No puedo dejarte de amar (Erick Pulgar)

Capitulo 2 : "Encantada"

Mayo 2019

  - Belu , te buscan -gritó mi hermano Sebastian desde el primer piso. Me miré al espejo por última vez y sonreí. Hoy sería un gran día, ya que al fin, después de varios meses, vería a mi mejor amigo y bueno... a su familia. El Eduardo y yo nos conocíamos desde hace años, milenios quizás. Él y su familia eran los vecinos de mi abuela y como mi abu prácticamente me crió, ya que mi mamá siempre estaba trabajando, crecimos juntos. Aunque el Eduardo dejó muy joven el país y casi nunca lo veía, nuestra amistad había perdurado de lo mejor .
  - Ya voy Sebita - le respondí mientras metía mi celular, billetera y documentos dentro de mi pequeña cartera de mezclilla, además, agarré todos los regalos que le tenía a los hijos de mi amigo. Me puse una chaqueta y emprendí el rumbo hacia el primer piso
  - Te viene a buscar el ahueonao del Camilo y una tipa - dijo mi hermano mientras miraba su celular y me ignoraba. A mi hermano jamás le había caído bien mi mejor amigo o su familia, los ignoraba a mas no poder. Mas encima siempre se ponía súper celoso porque decía que yo lo dejaba botado cuando el Eduardo llegaba. Lamentablemente mis papás se separaron cuando mi hermano y yo éramos muy chicos, y mi mamá casi vivía en el trabajo para poder mantenernos, ya que mi papá nunca estuvo muy presente. Es por eso que el Sebastian y yo éramos full apegados y solía ponerse celoso de mi amigo. Era un pendejo mamon, aunque de pendejo no tenia nada, ya tenia 18 años, ya era un hombre.
  - Oye Sebi - dije poniendo mi mano en la pantalla del celular de mi hermano para que me pusiera atención. Él me miró con el ceño fruncido - Voy a llegar tarde, te dejé comida en el microondas, pero no es todo para ti, guárdale a la mamá también - él asintió . Agarré su cara entre mis manos, que estaban heladas y le planté un beso en cada mejilla - Por favor no te quedes hasta tan tarde jugando en el computador, mañana tienes clases.
Mi hermano sonrió y asintió como niño pequeño, sabia que no iba a hacer nada de lo que le había dicho, pero bueno...

Salí casi corriendo de la casa, puesto que las personas que me habían venido a buscar, debían llevar mucho rato esperando.

  - Disculpen - dije mientras abría la puerta del auto y me subía - Tenia que darle unas instrucciones a mi hermano antes de irme. Hola Camilo y hola Ca...- mi boca se cerró al ver que esa no era la Catalina, la polola del Camilo que yo conocía, si no que era la Catherine la ex del Camilo. Bueno, resulta que el Camilo había tenido a la Catalina que era como su polola de la vida, después había dejado a la Cata por la Catherine, y después había vuelto con la Cata... y ahora estaba con la Catherine de nuevo. - Hola Cathy - le dije - Hace mucho tiempo que no te veía - dije esbozando mi mejor sonrisa falsa. Dios, ¿estas pobres niñas en verdad no se podían conseguir a alguien mejor?. Bueno, ya se que dije que el Eduardo era mi mejor amigo, pero el Camilo nunca había sido santo de mi devoción y creo que es obvio el porque.

El camino transcurrió lento y aburrido mientras la Catherine y el Camilo hablaban no se que chucha sobre un amigo en común que tenían. No se porque el Edu mandaba a su hermano a buscarme, si yo podía tomar un Uber o esperar a que mi mamá llegara del trabajo con el auto e ir tranquilamente a su casa. Pero no, el quería que llegara temprano porque quería verme. Igual, hace mucho tiempo que no nos veíamos, desde su matrimonio con la Daniela... otra tipa que no era santa de mi devoción. Y no, no es de celos, aunque mis amigas del colegio y de la universidad siempre me habían dicho que se notaba demasiado que yo estaba enamorada del Edu , pero eso no era verdad ¿que acaso una mujer y un hombre no pueden ser mejores amigos? Siempre esta gente malinterpretando todo . Cuando ya casi me había quedado dormida, el Camilo me habló.

  - Belu, ya llegamos - dijo mientras tocaba mi rodilla y me movía un poco. Mmm, no quería abrir los ojos, tenia demasiado sueño. Sentí que me volvían a mover pero mas fuerte - Ya po Belén, no webes po.

Muy a pesar abrí mis ojos y pude visualizar que estábamos en el estacionamiento del edificio del Eduardo. Miré al Camilo, el cual me veía con una cara divertida.