Últimamente Landon tiene mucho trabajo. Ya está menos por la uni pues solo tiene una clase al día, o a veces ni siquiera eso, y el resto lo hace en su casa. Se pasa el día en la galería o haciendo sesiones de fotos pues se ve que cada fin de semana lo contratan diversas personas para que les fotografíen y yo ni lo sabía. Tampoco había preguntado, lo admito.
Me está viniendo bien despegarme de él, aunque echo de menos que me lleve a sitios desconocidos. Lo echo de menos a él. Pero, poco a poco, voy aprendiendo a mitigar las mariposas del estómago, por mucho que cueste.
Llevo ya dos semanas trabajando en la revista "La Gran Manzana". Ésta es una revista bastante conocida en el estado porque hay secciones de todo tipo: de moda, de belleza, de literatura, de cine y series, geografía, ciencia, juventud, deporte, etcétera. Yo me encargaré de la de juventud -que suele albergar un rango de edad de los dieciséis a los veinticinco aproximadamente- y de literatura ocasionalmente. Sale un número de la revista cada martes, así que ya he publicado dos artículos y me siento súper orgullosa.
Solo de pensar que a partir de ahora voy a poder mantenerme por mí misma con mi propio sueldo, me pone muy feliz, de verdad. Solo me falta el piso y el gato para ser feliz del todo. Y terminar la carrera.
Ahora estoy con las chicas tumbadas en el suelo de mi habitación mientras vemos Netflix y comemos guarradas.
―¿Qué piensas decirle a Mark? ―me pregunta Mona.
―No lo sé... No me apetece salir con nadie ahora mismo.
―Un revolcón ―dice Cindy dándome un leve codazo.
Hace dos días, un chico que estaba en mi carrera y ahora estudia un máster en periodismo deportivo, me pidió salir a tomar algo -con un leve bailecito de cejas y un guiño de ojo después de pedirlo-. No es un misterio que no quiero salir con nadie ahora mismo, pero me dio un poco de cosa decirle que no así que le dije que me lo pensaría.
―Tú misma has dicho que a Landon no le gustas como algo más que tu amiga ―afirma Cindy, a lo que yo asiento con la cabeza―. Y nosotras sabemos que te gusta él.
―No me gus...
―Mariposas en el estómago es igual a gustar. No lo niegues ―me interrumpe―. ¿Qué saca al calvo uno? Un clavo número dos. El clavo uno es Landon y el dos es Mark. No tienes por que tener nada serio con él. Salís a tomar algo, más lo que significara ese meneíto de cejas y, si te gusta, salís más a menudo y ya está. Sin complicaciones.
―Ya, también... ―murmuro asintiendo con la cabeza.
Mientras las chicas hablan de... no sé exactamente de qué, mi cabeza no deja de darle vueltas al asunto. Nunca he sido de rollos esporádicos y no sé qué sería tener uno. Aunque creo que no estoy hecha para ellos, sinceramente. Soy más de compromisos incluso pensando que el amor es la mayor mierda jamás inventada. A mí me va la estabilidad. La rutina, aunque no muy monótona.
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ERES ARTE ©
RomanceLandon ha crecido escuchando las historias de amor que su abuela le contaba y eso ha hecho que, a sus veinticuatro años, siga creyendo en la leyenda del hilo rojo, en el amor a primera vista y en los finales felices. Abigail ha estado dos años en un...