Capítulo 20

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Abraxas se removía en la cama de sus padres, estaba completamente bañado en sudor mientras balbuceaba el nombre "Athenea", estaba soñando con ella. Hermione entro a la casa de campaña la cuál arreglaron después de la pelea, le tocó la frente a y noto que estaba ardiendo en fiebre, tomo un plato y lo lleno con agua, arrancó un pedazo de tela para después mojar está un poco y así ponérsela en la frente, el chico sintió el frío del agua haciendo que despierte.

— ¿Cómo estás?— pregunto Hermione

— me siento como si me hubieran lanzado a desde un tercer piso— Abraxas observó a su mamá- soñé con Athenea- ella asintió triste

— lo sé, escuché que dijiste su nombre

— me habló: tengan cuidado, Hoy sucederá lo peor del mundo y prepárense porque la noche será mezclada con la muerte y dejara destrucción a su paso— Draco entro con Aradia quien tenía los ojos hinchados de tanto llorar, no pudo ayudar a Brutus pero se contento al ver a su hermano despierto

— ¿Cómo te sientes?— llegó Aradia y se sentó a su lado

— fatal, seguramente fue porque estuve mucho tiempo hechizado— Hermione le cambio el trapo húmedo

— Ocho meses, Abraxas. ¿No recuerdas nada de lo que sucedió?— él negó ante la pregunta de su hermana

— debemos decirle lo que hizo— Hermione miro a Draco— lo sabrá tarde o temprano... Abraxas- Draco se acercó a un lado de su hijo— peleaste con James y... Lo mataste

Abraxas no dijo nada y solamente miro el techo, por el suspiro que soltó se sintió culpable de sus actos, « ¿Cómo les digo que eso sí lo hice consiente? ».

— seguramente los Aurores me buscan como locos por esa muerte...

— si, por eso escapamos de la Madriguera, también porque nos echaron la culpa de esconderte

Abraxas se incorporó en la cama con dificultad mientras veía a sus padres, había algo muy malo que sucedería en ese mismo instante y seguramente Delphini ya estuviera comenzando por lo que él no tenía que faltar, lo que nadie sabía era que Abraxas estaba del lado de ella, lo había convencido al día siguiente solamente que fingió muy bien estar bajo el Maleficio Imperius.

— iremos al callejón Diagon por los libros de Scorpius y Aradia, deberías descansar mientras nosotros no estamos— Abraxas volvió a recostarse. Draco y Hermione desaparecieron, Aradia salió de la casa de campaña para acompañar a su otro hermano mientras el mayor "descansaba"

— lo siento familia— Abraxas respiró hondo para después desaparecer

Natalia gritaba hasta desgarrar su garganta, dos Mortífagos la llevaban sostenida de los brazos mientras era llevada afuera de la Mansión Goyle. Se habían cambiado luego de que los Aurores descubrieran su antigua guarida, la joven Lupín también lloraba, pero esto no les importaba a ellos.

— ¡¡POR FAVOR DÉJENME IR!!— los gritos resonaban por todo el lugar donde pasaban- ¡¡MAMÁ, PAPÁ AYÚDENME!!— un Mortífago se detuvo y le dió una bofetada tan fuerte que le salió sangre de la boca, le dió otra para que se callará y dejará de gritar. Siguieron caminando.

Al salir de la mansión estaban más de ellos rodeados en círculo con sus máscaras de calaberas cubiertos con los mantos negros. Abraxas apareció y tomo a Natalia de la nuca para ponerla cerca de un círculo con la marca tenebrosa dibujada dentro. Delphini también entro en el círculo igualmente vestida que los demás.

— ¡Estamos aquí reunidos para que nuestro señor vuelva y complete su misión!— los Mortífagos gritaban de emoción— ¡Una Era termina mientras otra da comienzo, está Era será la más importante y quedará grabada en la mente de todo aquel que nos desafíe, esto es para que vean que nosotros no estamos jugando a ser los malos y que vamos muy encerio!— Delphini saco la daga de Bellatrix. Natalia se revolvió pero Abraxas puso más fuerza en su agarre lo que la hizo debilitarse

— por...por favor— dijo con dificultad

— ¡Comencemos!— un Mortífago, sin previo aviso le cortó la mano a Natalia de un simple hachazo. Natalia grito pero está vez no fue uno común, su grito provenía del alma que gritaba desgarradoramente— ¡La carne de un impuro!— la mano fue arrojada enmedio del círculo, un Mortífago trajo un hueso— ¡El hueso del padre tomados sin permiso!— también fue arrojado al círculo— ¡Por último, la Sangre del enemigo!

Delphini le dió la daga a Abraxas, este tomo del cabello a Natalia y la obligó a ver a Delphini, le puso la daga en la garganta y sin miedo se la cortó, la sangre corrió por el piso hasta llegar al círculo. Delphini sonrió y beso a Abraxas quien correspondió. Se separó y empuño su varita mientras apuntaba al círculo.

— ¡Inferio!— grito Delphini fuerte y claro. El cielo comenzó a tornarse oscuro mientras el viento comenzó a soplar con gran fuerza, un rayo impacto en el círculo con gran fuerza que causó una llamarada de tres metros de altura, tanto fue el calor que tuvieron que hacerse hacia atrás. La imagen de Voldemort volvió a verse nuevamente entre las llamas pero no era como lo recordaban, su cuerpo estaba tan flaco que se le podían ver los huesos, la cabeza estaba desfigurada, sus ojos eran rojos llenos de odio. El fuego se extinguió y todo se tranquilizó.

— mi señor— Delphini junto a los presentes se inclinaron— tome su varita— su hija le extendió la varita con mucha cortesía, Voldemort se la arrebató de las manos

— ¡Quiero que todos me vean a los ojos!— su voz congelaba la sangre al escucharla— esto es producto de su estupidez por perder aquel día, son todos unos idiotas buenos para nada— se dirigió a uno de ellos— te recuerdo muy bien, tu fuiste uno de los que me abandono

— mi señor puedo explicarlo...— Voldemort le atravesó el estómago con su mano

— no hay nada que explicar, dejaste muy en claro de que lado estás— miro a Delphini quien aún estaba inclinada pero luego miro todos a su alrededor— ¡Está vez no quiero que dejen a nadie vivo, los Sangre Sucia no merecen estar aquí!

— lo único que nos falta poseer es el colegio mi señor— Voldemort golpeó a Delphini

— estúpida, a quien le importa un colegio, yo solo quiero venganza, asesinen a los Sangre Sucia, quiero que sufran... ¡¡VAYAN!!— los que se encontraban ahí comenzaron a desparecer uno a uno. Delphini se acercó a Abraxas.

— nadie debe sospechar que estás de mi lado, asesina a los nuestros si es necesario, con tal de que no te descubran— Abraxas asintió, en un último beso, los dos desaparecieron y fueron por caminos diferentes.

Draco y Hermione tenían las cosas para sus hijos ya listas pero notaron como el cielo se oscureció con rapidez, eso era una mala señal, Draco dejó caer dos libros que llevaba al sentir un fuerte dolor en su brazo, se subió la manga y se dió cuenta de que la serpiente se movía.

— ¡Draco!— Hermione lo abrazo

— ¡El regreso!— dijo aún quejándose del dolor.

Sacrificios y PrejuiciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora