Capitulo 2

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20-febre-2007.

Me levante del suelo, no podía quedarme ahí mucho tiempo, tenia que saber el porque.

Camine por las mismas calles de mi juventud, observando las cosas con cuidado y detalle, eran las 4 pm mas o menos y estaba cerca de la tienda así que decidí pasar un rato, ademas tenia hambre.

-Bienvenido.-Dijo una voz conocida.

-Buenas tardes.

-¿Roman eres tu?.

-¿Sebastián?.-lo reconocí con emoción, Sebastián fue uno de los pocos amigos que tuve en el colegio aunque había cambiado un poco parecía que los años no le hubieran cobrado nada, seguía siendo el mismo.

-Oh amigo cuanto tiempo, ¿cuanto a pasado? ¿5 años?.

-Si, 5 años.

-Pasa pasa, me alegra tanto que vinieras.-Dijo él dandome empujones para que entrara a la casa.

-Me alegra verte.-Le dije mientras me sentaba en el sofá que estaba recostado a una pared de su enorme sala.

-Y cuentame que haz hecho de tu vida.-Me pregunto sentándose en una silla frente a mi como un interrogatorio.

-No mucho, conseguí un trabajo con buena paga y ahora vivo en un pequeño apartamento.

-No me sorprende, tu sueño siempre fue estar en la gran ciudad.

-Si y cuentame de ti, veo que seguiste viviendo aca, bueno después de todo siempre te gusto este lugar. Me alegra que sigas siendo el mismo.

-Pues si hombre, mi padre me heredó la tienda así que decidí quedarme, el pueblo es sencillo y silencioso como si nunca fuera a cambiar. Ademas me case.

-¿Cuando te casaste?

-A finales del año pasado. Te quería invitar pero luego de que te fuiste perdimos por completo el contacto.

-Ya veo.

-¿Y? Supongo que no vienes simplemente a visitar.

-Como siempre eres bastante audaz.

-Todavía quieres averiguar sobre virre ¿no es así?.

El ambiente cambio de inmediato, el silencio adorno la enorme sala y durante unos segundos pude sentir como me destrozada con esa mirada penetrante dirigida a lo mas profundo de mi alma.

-Intente olvidarlo pero sigo teniendo pesadillas después de lo ocurrido.-Respondí con una presión en el pecho y haciendo un esfuerzo por mantener la calma.

-Ya veo.-Dijo con tal tranquilidad que daba una sensación de terror.

Fuimos interrumpidos por la llegada de un cliente, sebastian se levanto y se dirigió a atenderlo. Mientras tanto tuve tiempo para pensar, y me di cuenta que definitivamente él no había cambiado nada.

Como fue que lo había conocido, creo que fue en el ultimo año de mi vida escolar. Al principio parecía alguien amable e ignorante, pero siempre tenia un misticismo que era el causante de mi intriga. En los momentos que se necesitaba el mostraba su verdadera naturaleza, un chico con una inteligencia extraordinaria, que podía deducir la verdad con tan solo pequeños fragmentos de esta, y siempre llevando aquella mirada desgarradora que con audacia se introducía en tu ser, dejando solamente migajas de lo que fue.

Un Lugar Sin Compañía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora