Un Lugar Sin Compañía.

Capitulo 6

20-febre-2007

Camine junto a Sebastián hasta el viejo parque, aquella banca seguía igual que en aquellos tiempo y sentimientos de nostalgia recorrieron mi cuerpo.

Cuando nos sentamos, empece a atacar a Sebastián con preguntas, una tras otra.

-¿Que paso?....¿Porque la casa de ese hombre esta en cenizas?...Pensé que si volvía a hablar con el, quizás encontraría una respuesta...¿Porque tuvo que pasar?.

Mientras yo me adentraba cada vez mas a la desesperación, Sebastián me observaba con tristeza en sus ojos.

-Primero debes calmarte.

Tome un gran suspiro y le dije que ya estaba bien, que por favor me contara. Él comenzó:

"Unos pocos meses después de que fuiste rumbo a la gran ciudad, dejando atrás aquel pueblo que te había visto crecer para poder cumplir tus sueños y olvidar tu miseria, ocurrió.

Aunque a todos nos afecto, el señor Reyes no pudo sobrellevar la desaparición de su hija, primero su esposa y ahora ella, simplemente no podía. Empezó a beber mas de lo habitual y habia algo que lo atormentada, quizás la culpa por haber sido una asquerosa persona, o simplemente el hecho de que había perdido su generador de dinero, nadie lo sabia.

Bebía a diario, y en las madrugadas cuando los dueños lo sacaban a golpes de sus cantinas, a duras penas llegaba a su casa.

Los vecinos comentaban que en las noches que las cantinas no abrían o cuando no tenia nada que beber, él gritaba, eran gritos de dolor y de desesperación.

Con el paso de las semanas fue empeorando, se volvió mas violento y ahora la lastima de los habitantes se había convertido en terror, el señor Reyes había recibido advertencias de la Policía por muchas veces golpear a las personas que intentaban ayudarlo, y hubieron muchas noches en las que tuvo que dormir en aquellas frías celdas de la prisión.

Los rumores empezaban a abundar "Escucharon, dicen que golpeo a un pobre hombre que solo intentaba ayudar", "Dicen que amenazo a el cantinro porque no quiso servirle otra copa", "creo que mato a alguien, pero no encontraron las pruebas por eso lo tenian prisionero", ""Quizás por eso su hija se fue", "que miedo, que tal si el la asesino y por eso se siente tan culpable".

Así los días siguieron avanzando hasta que una tarde recibió una carta del banco, era una carta de desalojo, cansado de todo lo que estaba pasando, decidió hacer una atrocidad.

Esa noche parecía ser igual, el señor Reyes había ido a la cantina y pidió una cerveza, cuando pasaron las horas y ya era momento de irse se resistió, el jefe del lugar lo golpeo para que se marcharán, pero no se dieron cuenta que en esa noche Reyes tenia una mirada diferente, perdida y de odio. Cuando el señor dio la espalda, dejándolo tirado en el basurero, Reyes agarro una botella que tenia a su alcance y la rompio, en un momento de rabia la clavo en la garganta de aquel señor, que tenia una esposa y dos hijos que estaban esperando ansiosos su regreso a casa, algo que por desgracia jamás pudo pasar.

Insatisfecho volvio a su hogar manchado de sangre, esa mirada seguía ahí. Tomo la gasolina de su garage y la derramó por toda la casa, las habitaciones, la sala, la cocina, no dejo ni un lugar seco, luego prendió un fósforo y lo lanzo. Los vecinos que escucharon el escándalo, salieron a ver que ocurría, y mientras todos miraban todo era incendiado, en el silencio solo se podía escuchar, una espeluznante combinación de risa y llanto que provenía de aquella casa de demonios."

Quede atónito ante la noticia, no sabia que contestar simplemente quede mirando al vacío y Sebastián agrego aquella frase que durante tantos años no había vuelto a escuchar:

-"Nos conectamos al mismo tiempo que nos aislamos. De forma consiente sabemos que nos estamos adentrando en la oscuridad, pero aveces solo queremos avanzar y abrir los ojos ante aquel abismo repleto de soledad." Es lo que ella nos dijo una vez ¿no?

Un poco perdido lo mire y lagrimas corrieron por mi cara y con una difícil sonrisa conteste:

-Por mucho que lo intente, jamás pude descifrar lo que significaba.

-Si, yo tampoco pude saber lo que quería decir.-Respondio Sebastián devolviendo aquella sonrisa llorosa.