CAPÍTULO 4

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-¿Qué hace ella aquí?- me pregunta Aldrich

-¿Crees que yo voy a saber?- No estaba de humor, y mucho menos después de ver a esa niña.

-¿Cómo que por ella entró tu hermano? ¿Quién es ella?- comenzó a interrogar Eun Hae

-Es una larga historia- interviene Aldrich

-¿Qué haremos para sacarlos?- Justin hizo la pregunta que todos teníamos en nuestras mentes, y en la mía habían más de una.

-Romper el cristal sería buena idea.

-Es imposible, Dallas, es cristal blindado, te romperías la muñeca antes de que esta cosa tenga un rasguño- Respondo sin mirar a los ojos al chico mientras toco el material.

-¿Caminamos hasta aquí sin tener idea de cómo sacarlos de las cápsulas? ¡Genios!- comienza con su sarcasmo Green.

-¿Ah sí? ¿Tenías una mejor idea? Adelante dila, somos todos oídos- comienzo a enojarme.

-Pues no sé, ¡Quedarnos en la maldita cueva y no arriesgar nuestro pellejo por unos estúpidos Seekers!- me comienza a levantar la voz y mi paciencia a quedar al límite.

-¿Tú crees? ¿CÓMO LO HEMOS ESTADO HACIENDO POR 12 MALDITOS MESES, PEDAZO DE MIERDA?- Lo empujo e inmediatamente Aldrich se mete en medio de los dos, quedando Green a espaldas de Aldrich -¡Solo sabes mover tu maldito trasero hacia alguna zona blanda para recostarte, no haces nada!

-¿YO NO HAGO NADA? ¡Yo no soy el que estuvo 4 meses sin dirigirnos una palabra después de que murió Kriss! ¡Se suponía que tú eras el maldito Mildier!

-¡Eso era antes de que la puta nave nos dejara para morir!- me di cuenta de que si...a eso nos dejaron, pero por causas del destino ya habían pasado bastantes meses y seguíamos con vida, bueno...en realidad no era el destino, era Leman.

Green se quedó callado y se tranquilizó, yo me alejé y senté en una roca. Pasaron más o menos unos 70 minutos, o yo lo sentí de esa manera, no tenía nada para comprobar el tiempo, Leman media los días grabándolos en las paredes de la cueva contando cuantas veces salía y se escondía el sol, pero, para medir la hora, su procedimiento era un tanto más complejo. Nos habíamos quedado esperando a que las cápsulas se abran pero por alguna extraña razón no pasaba nada, no sabíamos cuanto tiempo llevaría esto y en realidad era muy extraño.

-Nátori, creo que sería bueno regresar a la cueva, hace calor, mañana o al rato podemos regresar- tenía razón Justin, pero yo aún tenía mis dudas ¿Por qué no se abren las cápsulas?, yo afirmo con mi cabeza y nos levantamos todos de las rocas en las que estábamos, comenzamos a regresar, ya habíamos caminado lo suficiente para perder de vista las cápsulas, pero algo nos detuvo e hizo que entre todos nos miráramos para regresar corriendo hacia la zona donde se encontraban las naves, el sonido de las puertas abriéndose. Nos quedamos detrás de un árbol mirando como las compuertas de cada una de las cápsulas suelta un vapor frío al abrirse, <no recuerdo eso cuando salí de mi cápsula> camino hacia ellas y comienzo a notar como los 75 Seekers comienzan a despertarse con estruendo, sus caras se quedan petrificadas y sin filtro de temor.

-¿Crees que sepan quiénes somos?- susurra Aldrich detrás de mí, pero no sé cómo responder así que opto por mantenerlo sin respuesta. Los Seekers comienzan a salir lentamente de las cápsulas y algunos sacan cuchillos de sus trajes.

-¿Quiénes son ustedes?- nos pregunta un joven de piel morena, un poco más bajo que yo, cabello negro rapado, ojos marrones y labios grandes

-La misma pregunta les hago.

-¿De qué grupo son?

-K- respondo, pero al parecer les llegó de sorpresa porque comienzo a notar que algunos sacan silenciosamente sus cuchillos y armas para apuntarlos hacia mí, yo levanto mis manos para hacerles ver que no poseo nada que atente contra su seguridad.

-Es imposible, nosotros somos el K- me responde con voz autoritaria.

-Somos el K, del grupo pasado enviado a Hertal.

-Eso es imposible, SCAN saca a todos los grupos de Hertal- interviene un pelirrojo.-Mientes.

-No, no miento, vean nuestro uniformes, son muy parecidos a los de ustedes, solo que los nuestros están desgastados, llevamos 1 año en este lugar sin recibir nada de SCAN.

-Debió de haber encontrado una Obtaria- escucho decir entre risas a lo lejos a un muchacho de cabello castaño y ojos azules, clavo mi mirada en él y a éste se le borra lentamente la sonrisa de la cara.

-Lo siento pero no tenemos ningún motivo para creerte- expresa el que yo creo que es el Soltary porque es el que más está hablando conmigo.

-No necesito que lo tengan, solo quiero que me presten un momento su Joblet, necesito intercomunicarme con la Asociación.

-No te vamos a prestar nada- interviene de nuevo el pelirrojo pero el Moreno pone una mano al frente y lo detiene.

-¿Para qué lo necesitas?

-Necesito comunicarme con los hermanos Nepostí.

-¿Hermanos?- pregunta bastante confundido.

-¿Blake? ¿Kimara? ¿No los conocen?- interrogo sacado de onda.

-Blake sí, pero...no tiene hermana.

-¿Ven? No saben ni siquiera lo que están diciendo, les apuesto que son unos de los desertores de la Spora y quedó infectado, por eso los dejaron aquí- me está empezando a colmar la paciencia el niño de ojos azules.-Yo digo que les hagamos un favor y los matemos- alza una pistola y me apunta con ella, pero no me intimida en lo absoluto, sabía que él no tenía el mando, y sin la aprobación del Soltary o Mildier no puedes asesinar a un Seeker, al menos que sea defensa propia y yo demostré que estaba desarmado, consiente y sin intenciones de pelear.

-Baja el arma, Grove- exige el moreno con tono autoritario, pero el caucásico lo ignora -¡Grove!- grita, y los dos clavan su mirada el uno al otro para después bajar el arma el que ahora sé que se llama Grove.

-Cuando entramos a la institución, Blake y Kimara Nepostí eran los tíos de un amigo nuestro, por eso necesitamos hablar con ellos- Aldrich comienza a hablar al ver que mi paciencia se estaba acabando.

-Si, esa parte ya la entendí, pero no hay nadie en la institución con el nombre de Kimara.

-¿Eran? ¿Qué pasó?- pregunta una joven a lo lejos, con cabello rubio y ojos marrón.

-Murió- digo de una manera seca y sin expresión, hay un momento de silencio.

-Es normal, eso nos lo advirtieron antes de entrar a Hertal- vuelve a hablar Grove.

-¿Nos lo advirtieron? Hubiera sido una advertencia si nos hubieran dado la opción de venir a este lugar- interviene Justin- Nunca nos preguntaron si queríamos estar aquí, solo nos tiraron y dijeron que iban a morir personas, amigos, he visto a gente morir frente a mis ojos, ahogarse, sangrar, gritar, llorar, y no se compara en lo más mínimo a la institución.

-Escuchen, cuando estábamos en la institución encontramos un libro, un libro que...-un fuerte golpe interrumpió a Aldrich, haciendo que el piso se mueva y todos caigamos, era tan fuerte que lastimaba los oídos y las rocas saltaban de la tierra, hasta que de momento todo se detuvo y una masa enorme de nubes grises comenzaron a parecer encima nuestro.

-La lluvia ácida.

ATMÓSFERA (Secuela aislados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora