ATMÓSFERA (Secuela aislados)

CAPITULO 18

Abro los ojos, ni siquiera pude dormir, solo eso, poner la vista en negro, me levanté y comencé a despertar a los que estaban dormidos, que eran muy pocos, cuando mucho 20, volteo a ver a Leman, sentado en la misma piedra de siempre dentro de su grieta.

-Vendrás con nosotros ¿verdad?

-No lo sé chico.

-¿Por qué?

-No tengo ningún motivo para ir a la tierra, si voy, no duraría ni 5 meses ahí, comenzaría a debilitarme y al final, morir.

-Por lo menos ahí morirías acompañado, no como aquí- el levantó su mirada y la fijó en mi- Tal vez no tengas familia de sangre en la tierra, pero...nos ayudaste a sobrevivir dentro de este planeta, y no planeo dejarte aquí, eres parte de esta familia.

-Creo que nunca te había escuchado decir algo así- al escuchar eso evado su mirada y me alejo de él, las palabras habían salido de mi boca sin siquiera pensarlas, pero tenía razón.

-Ya nos tenemos que ir Nátori- me dice Aldrich al acercarse a mí.

-Vámonos.

Todos comenzaron a caminar bastante rápido hacia afuera de la cueva, y antes de poder ver la luz del sol sobre nosotros, escuchamos un fuerte estruendo que hace tambalearnos.

-¡¿Qué carajos fue eso?!- pregunta con un grito Dallas desde atrás.

-Ya llegó- comenzamos a tomar más velocidad, la caminata rápida se volvió una corrida, no podíamos perder tiempo, y eso que se encontraba bastante cerca la nave, pero no sabíamos aún ni como era, o si teníamos que hacer algo para entrar, no teníamos la más mínima idea de si realmente los compañeros de silla iban a dar, Blake no nos dio mucha información y eso era lo que más me conmocionaba. Al llegar notamos que parece una flor de loto la nave, estaba abierta y al fondo se apreciaba un conteo de color rojo fluorescente, era totalmente diferente a las naves que conocíamos, pero era más que obvio que Blake la había mandado, porque dejó muy en claro el tiempo, y este estaba corriendo, podía sentir como cada cambio de número retumbaba en mi cabeza, todos comenzaron a subir a la nave, la cabeza empezaba a arderme y un ruido en la lejanía no podía dejar de estar presente, una vez arriba de la nave comienzo a ver a mi alrededor, escuchaba las voces de los Seekers pero como si estuviéramos en una habitación llena de eco, hace demasiado tiempo no sentía esto, unos gritos comienzan a llenar mi cabeza, me caigo en el piso de la nave en forma fetal y aprieto mi cabeza con mis manos, corrían gritos a mi alrededor, sentía quemadas en mis brazos y podía ver a lo lejos a...Kriss, el sudor comenzaba caer por mi rostro, Kriss estaba corriendo hacia la nave, comienzo a gatear con dolor hacia la orilla de la nave que ya se estaba levantando.

-Kriss-susurro para después gritar su nombre 2 veces más, cada vez acercándome un poco más a la orilla, la nave ya se estaba elevando lo suficiente como para que ella no pudiera llegar, escucho detrás de mí como gritan mi nombre, la nave comenzaba a cerrarse y lo caliente del motor comenzaba a quemarme el pecho, me estiro por fuera de la nave antes de que pudiera cerrarse por completo mientras que me sostengo con mi mano derecha y estiro la izquierda hacia Kriss quien ya estaba cerca de la nave corriendo, hasta que de un parpadeo su rostro cambia, era...Sarán, cierro los ojos y los vuelvo abrir, y de nuevo era Kriss, con el paso del parpadeo su rostro cambiaba, hasta que toma mi mano Kriss y los gritos de todos se hacen más intensos porque la puerta de la nave estaba a punto de aplastarme, el sudor y mi cabello invadían mis ojos, hasta que comencé a sentir que se resbalaba de mi mano, tomó mi collar como único soporte después de soltar mi mano y este comenzaba a cortarme, mis gritos invadían la nave, mi cabella ardía e intentaba levantar su brazo para que dejara mi collar pero antes de poder hacerlo este se rompió y al caer pude ver el rostro de Grove alejándose entre gritos desde una gran altura, entré rápidamente a la nave y comencé a respirar rápido, los ojos se me llenaron de agua, mi vista comenzó a tornarse borrosa por lo mismo, y con mi mano comencé a quitar las lágrimas de mis ojos.

-¡Nátori, ve a tu asiento!- me grita Aldrich detrás de mí, pero no podía reaccionar, las imágenes comenzaban a pasar por mi cabeza una y otra vez, el collar se rompió ¿Por qué sucedió eso? ¿Qué acaba de pasar?, volteo a ver a Leman y este está igual de perplejo que yo. – ¡Nátori!- vuelve a gritar Aldrich, comencé a sentir unas ligeros turbulencias y estas hacen que reaccione, me levanto lentamente y vuelvo a caer, las turbulencias comenzaban a ponerse fuertes, tan fuertes que comenzaban a elevarme del piso, decidí gatear hacia mi asiento pero algunos movimientos me alejaban, aún tenía la vista borrosa y los brazos débiles, el pecho me quemaba y mi equilibrio era totalmente nulo, parecía ebrio, noto como Aldrich sale de su asiento y comienza a jalarme debajo de la unión del hombro y el brazo con mucha dificultad, quería hacer algo, me siento inútil, pero mis piernas no respondían, la comencé a ver de nuevo, parada enfrente de mí, a Kriss...hasta que de un momento para otro desapareció y Sarán tomó su lugar "Recuerda la luciérnaga" escucho que dice entre todo el ruido "Ya estás llegando", esas palabras comienzan a volar en mi mente como moscas, Aldrich cayó, otra vez por los disturbios.

-Vamos amigo, vamos- le escucho decirme.

-La vi...Aldrich, la vi.

-Era Grove Nátori, está jugando contigo...- en ese momento un fuerte golpe choca contra la nave haciendo que los que tengan cinturones estén a salvo y solo reciban una sacudida, mientras que a Aldrich y a mí nos elevó por el techo de la nave haciendo que recibamos un fuerte golpe para después caer de momento contra el piso, de nuevo, esta vez mi pómulo recibió uno de los más fuertes, hasta que después de un rato, no se sintió nada, no había ruido, movimiento, nada, pero si podíamos percibir más calor de lo normal, a lo lejos se le escuchó a la máquina decir "Localización terminada, G1845 ha llegado a su destino", me levanto del piso aún con las piernas temblando y noto como la flor de loto comienza a abrirse lentamente, el sol comienza a entrar y cegarnos, el calor toca mi cuerpo con una brisa caliente y pequeños granos de los que parecía ser arena, hasta que nos percatamos de algo, estábamos en medio del desierto.