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Desde muy pequeña me había enfrentado a circunstancias muy difíciles, a una corta edad tuve que despedirme de mi padre después de muchas visitas al hospital, un golpe muy fuerte para una niña de tan solo seis años de edad.

Una cruda enfermedad como la esclerosis arrebató su vida y yo aún no podía entender el porqué las cosas se habían tornado así.

Al parecer la vida tenía preparadas para mi muchas batallas, ya que, a esa misma edad fui trasladada a un internado fuera de mi lugar de nacimiento, fue algo a lo que me rehusé, por supuesto. Me negaba abandonar el lugar en donde coseché los últimos momentos de felicidad e inocencia. Visité a mi madre una última vez, le conté que yo no estaba de acuerdo en dejarla, pero la decisión no estaba en mis manos.

¿Con qué palabras le dices a un niño que su madre no puede hacerse cargo de él por una enfermedad?

Y es que, no existe una forma que no sea dolorosa, y yo con tan poca edad no lograba entender esos temas aún.

Puedo decir que el primer año en aquel internado fue el peor, porque muy a pesar de ser una chiquilla, todas las parejas buscaban tener a un bebé y guiarlo desde cero.

Las esperanzas para mi comenzaban a desvanecerse y yo tenía muy claro eso. Hasta el día en que llegaron mis futuros padres, ellos buscaban algo similar a los demás matrimonios, pero al conocerme decidieron darme una oportunidad, digamos que, la vida había decidido darme un respiro, un poco de compasión.

No tenía de qué quejarme, mi nueva familia era muy cariñosa y buscaban darme lo mejor. Los primeros años los estudié en una escuela privada, y realmente no funcionó para mi, no ponía de mi parte, solo me limitaba a ver que aquellos niños para mi, llevaban una vida perfecta...

Vida que yo envidiaba...

Y por tanto, me negaba a reconocer que necesitaba de alguien con quien compartir lo que restaba de mi infancia.

Sino hasta que él llegó a mi vida, lo conocí repentinamente, en el momento que, sin saberlo más lo necesitaba, lo presentaron ante mi como el hijo de los mejores amigos de mis padres, fue ahí el momento en el que pude sentir paz después de mucho tiempo.

Solo fue cuestión de una sonrisa juguetona por parte de él, para convertirnos en los mejores amigos amigos.

Sin saber que él se convertiría para mi, algo más especial...

Las últimas semanas sin duda habían sido de mucha presión y cargadas de nostalgia. Ahora que terminaba el bachillerato era el momento de dar el paso siguiente, prepararnos para los exámenes de admisión a las universidades y despedirnos de muchos compañeros con los que, con el tiempo habíamos creado un vínculo especial. Era hora de afrontar otro tipo de realidad, la realidad en donde la vida se hacía un poco más dura y en la que nuestras decisiones tienen un peso mayor.

Y cuando mi vida al fin había tomado un buen ritmo, no caí en cuenta que lo que venía sería un golpe muy duro y por supuesto tendría que vivir con ello...


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Okayyyy, debo decir que estoy muy emocionada por esto, llevo tiempo pensando en querer escribir mi propia historia después de yo haber sido lectora de muchas.
Quiero con esta pequeña introducción darles a conocer un poco de la vida de nuestra protagonista, si que ha pasado por momentos de dificultad.
Nuevamente quiero decir que estoy muy ansiosa por escribir y espero que la disfruten tanto como yo, creo que eso es todo por ahoraaa, nos leemos✨🙈

Unrequited Love | J.JeonggukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora