Gᴜᴀʀᴅɪᴀɴ ﹙Zʜᴇɴ Hᴜɴ﹚ FᴀɴFɪᴄ ﹣ [Hɪsᴛᴏʀɪᴀs ɴᴏ ᴄᴏɴᴛᴀᴅᴀs]

Prólogo : El lobo.

Nota: Recuerden que esté libro contiene varias historias, es decir en unos capitulos pueden tener relación con el libro, pero otras no, como este por ejemplo, la autora se mantendrá fiel a los personajes pero en temáticas diferentes, esta historia está enfocada a ciencia ficción. Dicho esto, los universos alternos y paralelos pueden ser difíciles de entender a veces, si no estás familiarizado con el tema. Si tienen duda, sean libres de comentar.

 

Siete días.  Como el destino lo ha querido, hoy sería el último día hasta la fecha límite.

¿Quién hubiera pensado que tomaría seis días localizar al hombre supuestamente inalcanzable?. El Lobo de Ciudad Dragón estaba en custodia.  Los cargos fueron por agresión, allanamiento, piratería y chantaje.  La lista era interminable, un generoso regalo para los fiscales que eligieran el crimen más severo para su caso.  Lo que es sorprendente fue cómo este hombre fue finalmente atrapado.  ¡Arrestado por una pelea por una prostituta!. El profesor Shen no sabía si debía agradecer a sus estrellas de la suerte o maldecir su desgracia.

Fue después de las horas de visita, pero nadie negaría una petición del Jefe del SID.  Tan pronto como reveló su placa detrás de su abrigo, la Guardia no hizo más preguntas.  Después de ser conducido a la celda correcta, no le sorprendió que fuera un confinamiento solitario.  Lejos del público en general, ya sea porque se le consideraba demasiado peligroso para mezclarse con otros, o porque el prisionero se había puesto en peligro a sí mismo.

Sorprendentemente, a pesar del encarcelamiento, su condición era mejor que la de la mayoría.  Con el pelo desordenado, los labios cortados y los nudillos magullados, el prisionero aún conservaba su poderosa aura.  El hombre relajado se sentó en su cama de un solo tamaño con la espalda contra la pared.  No parecía haber nada que pudiera perturbarle.  De hecho, su sola presencia capturó a todos los que estaban a su alcance.  No se le escapó al profesor que el guardia que estaba a su lado dio un paso atrás inconsciente cuando el hombre de la celda levantó la cabeza.  Amigos o enemigos, el Lobo de Ciudad Dragón dejaba una impresión memorable dondequiera que iba.

"¿Quién eres?" preguntó el prisionero de detrás de la puerta de la celda, aunque no debería ser necesario presentarlo.  Hoy no era la primera vez que se cruzaban.  Nunca olvidaría los ojos del Lobo, que aún se mantenían en su persona, incluso cuando no estaba mirando.

"Profesor Shen, Jefe del Departamento de Investigaciones Especiales", respondió Shen Wei sin palabras,

"Estoy aquí para pagar la fianza".

"¡Ja! ¿Es esto una estrategia?", se rió el prisionero.  "¿La realeza recogiendo a un vagabundo?"

"Confía en mí, si pudiera elegir, elegiría una raza mejor," replicó Shen Wei sombríamente.  Si tan solo tuviera la opción.

"¡Ay!" el prisionero forjó una expresión dolorosa antes de cambiar de tono.  Con un toque de terciopelo, su voz se suavizó.  "Si no te conociera mejor, pensaría que tienes un lado dulce debajo."

El profesor hizo un gesto al guardia para que abriera la puerta y escapó rápidamente después de que Shen lo despidiera.  Estaban solos ahora, con Shen Wei todavía de pie junto a la puerta de la celda, retándolo a hacer el prisionero para dar su primer paso hacia la libertad.  El silencio persistió, ambos esperando que el otro hablara primero.  Por supuesto, no pasó mucho tiempo para que el Lobo gruñera.

"¿Por qué estás dudando?  Quieres algo de mí, ¿no?", gruñó impaciente.  "Nadie se ofrece a pagar una fianza tan alta si no necesitas que se haga algo desagradable.  ¿Qué trabajo sucio quieres que haga para su Alteza?"