Diálogos con la muerte

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Mi camarada ríe de nuevo. Una risa estruendosa. No ha parado de reír desde que empezamos a fumar. Le da otra calada al porro que lleva en manos, y me lo pasa.

Le doy una calada grande, al igual que él; la sostengo, y exhalo el humo; pensándolo bien, yo también quiero reír. Creo que salir a fumar al caer el sol, no fue una mala idea.

Por unos segundos, el estrecho callejón se ve iluminado por las farolas de un auto. Un estruendo, crujido plástico, un grito y luego silencio. Aparentemente 2 autos han chocado, no de manera grave, pero estimo que las reparaciones serán costosas.

Ambas personas comienzan a discutir "¡¿Qué te pasa, idiota?! ¡Me has chocado, hijo de puta!" y cosas así; tras unos diálogos más, comienzan a empujarse, caen al suelo. La policía intenta separarlos.

Mi compañero suspira con fastidio, con su mano me pide el porro de regreso, se lo paso, y fuma de nuevo. Creo que no le importa el hecho de que tenemos a la policía en la esquina, tratando con un par de revoltosos.

La policía se acerca al accidente; puedo oír las sirenas de las patrullas acercarse desde lejos. Ahora yo suspiro, disfruto el mareo que se acumula en mi cabeza y las figuras abstractas que se forman en torno a mí. No lo pienso bastante, y suelto la primera frase que me viene a la cabeza tras las imágenes que acabo de presenciar:

—El mundo es una mierda— Murmuré mientras me pasaban el porro por última vez.

—Pero es nuestra mierda — Responde mi compañero, mirando al cielo, disfrutando de la combinación de luces y smog. Apuesto a que nunca en su vida, ha visto de verdad el cielo.

Ignoro su respuesta y continúo con mi momento filosófico: —Te has tomado el tiempo de ver qué es lo que está pasando en el mundo; muerte, enfermedad, guerra, hambre. Unos contra otros. Siempre buscando culpables. A veces me pongo a pensar, y no entiendo cómo es que la humanidad sigue en pie. Somos tan horribles e imperfectos. Nos masacramos entre nosotros, despreciamos la unidad, nos detestamos sólo por la más mínima diferencia; color de piel, lengua nativa, sexualidad. ¿Qué cosa buena nos deja eso? La humanidad es mierda.

—Creo que alguien fumó demasiado hoy — Me dice a tono de burla. Ríe por su comentario y le da otra calada al porro que lleva entre manos.

Un murmullo se oye a lo lejos, y una persona se asoma al callejón, la figura avanza unos cuantos pasos y se detiene, no alcanzo a ver lo que está haciendo.

Suelto un bufido, me acabo el porro, y a lo lejos escucho gritos, los ignoro. No me importa una mierda. Un disparo, los gritos paran; y de la nada la soledad me acoge, me abraza sin soltarme, y el ambiente se torna extraño.

Regresiones     H I A T U SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora