Sin compromisos | Deidara, Sasori Y Tu |

🍂06.00🍂

Minutos después.

13:04pm, Puente de Konohagakure

—Sakura, mi nombre es Kokomi Kamiruzu. —el pelo de mi amiga hizo un majestuoso vuelo cuando se dio la vuelta bruscamente, dejando de prestar atención a Sasuke para saber si había escuchado bien la semejante estupidez que había salido de mi boca.

O al menos eso fue lo que vi reflejado en sus ojos.

—Perdona, ¿Qué?

—Ya oíste, soy Kokomi Kamiruzu.

—Tu eres Uchiha, tienes el sharingan y todo. Además eres la fotocopia de un miembro del clan, ¿Tu hermana verdad?

—Ya, patrulla de la lógica, —puso los ojos en blanco.— hablo de que por sangre soy Uchiha, pero por amor soy Kamiruzu.

—¿Amor? ¿No deberías llamarte Uzumaki, entonces?

—Me di cuenta que el amor que sentía por Naruto es superficial y encontré al chico que parece ser el dueño de mis sentimientos.

—En otras palabras ni tu sabes lo que quieres. —me tiré al suelo resignada y bufé.

—Hmmm, estoy tan confundida, ya no sé qué es real y qué no. Me siento como Peeta en "Los Juegos del Hambre" —mi mejor amiga se sentó frente a mi apoyándose sobre el árbol que antes utilizaba para espiar, de manera fraudulenta y un tanto psicópata, a Sasuke.

—Okey, explícame. —confiaba plenamente en ella, no había nada que ella no supiera de mi que yo pudiera contarle, pero por alguna razón, en ese momento, no quise contarle la verdad.

En cuanto la espalda de ese chico rubio se perdió en la distancia y la oscuridad del bosque, con él se había perdido los sentimientos tan cálidamente cómodos que había logrado alcanzar luego de tanto tiempo. Resignada, había decido respirar el aire otoñal una última vez, para completar la tristeza que me inundó, antes de caminar sin rumbo alguno.

Le había creído a un desconocido del que parecía ser de otra aldea. Hasta podría tratarse de un espía de Iwa que buscaba usarme para sus malvados planes, pero mi cerebro no podía captar esa idea, o tan siquiera verla como una posiblidad; gritándome caprichosamente que él era lo que habíamos estado buscando y que, aunque lo más probable era que fuera un asesino que buscaba descuartizarnos, lo más lógico era confiar en sus palabras.

En mi pequeño rincón encargado de mis desiciones eso sonaba bastante lógico y la opción más fiable; sin embargo, sabía a ciencia cierta y sin dudar un poco, que mi mejor amiga -alias: pequeña acosadora- no vería eso como algo sensato y comenzaría a sospechar de mis facultades mentales o si estaba en buen juicio como para poder andar por la calle sin supervisión de alguien confiable.

—Ah... —Sakura me miró desconfiada.

—¿Estás dudando? —negué enérgicamente con la cabeza.— Esto debe ser muy grande para que dudes en contarme, así que suéltalo.

—Ponlo así, digamos que hipotéticamente... HIPOTÉTICAMENTE, ¿oíste? —Sakura revolió sus ojos verdes e hizo un ademán con la mano para que continuara— Digamos que en realidad me implantaron recuerdos...

—Wow, wow, ¿Sigues con eso? Yo no lo decía en serio, Kokomi.

—Calla, mujer. —llevé mi pie hasta su rodilla, empujándola.— Lo que creo es que tal vez eso sea cierto. Qué otra cosa explicaría lo que siento ¿Ah? Me siento perdida, como si hubiese olvidado algo muy importante y quisiera recuperarlo. Muchas cosas se me hacen familiares o me causan tristeza y felicidad, pero no hay nada en mis memorias que digan "Hey, chica, aquí está la razón de eso" —suspiré.— Cada vez que intento saber el porqué de estas sensaciones, mi mundo se vuelve borroso, escucho voces lejanas que jamás oí... —miré a Sakura a los ojos— O tal vez si oí, pero no tengo esos recuerdos porque fueron reemplazados por otros falsos...
»Lo único que siento real es a Itachi, pero no en las memorias que tengo, sino en otro contexto completamente distinto. O sea, ¿cómo una niña de doce años tiene recuerdos de la masacre de un clan donde tuvo sus mejores recuerdos y una familia feliz, pero no siente dolor, tristeza o enojo? O soy muy insensible (cosa que estoy segura, no es así) o mis recuerdos son falsos...