Capítulo 26

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En el bowling.

Iban por el quinto tiro ya, y Jeongyeon prácticamente estaba barriendo el suelo con cada una de ellas por las siguientes sencillas razones:

Momo, cada vez que iba a tirar, lo hacía realizando un paso de baile distinto antes de soltar la bola. De más está decir que sus tiros no tenían buen encuentro.

Ella, no tenía mucha fuerza, ni tampoco práctica. Tiraba la bola con dos manos y casi siempre tiraba los palos del medio.

Por último, Jisoo y Jennie, tenían otro tipo de problema. Desde que llegaron al lugar no se habían podido sacar las manos de encima. Jisoo se sentó y tirando de su mano obligó a Jennie a sentarse arriba de ella. No quería espacio entre ellas. Jisoo necesitaba estar pegada a su novia todo el tiempo, no importaba si no había para respirar o si no tenía agua para beber, si tenía a Jennie cerca Jisoo se sentía viva.

Esa última era la verdadera razón por la que Jeongyeon iba ganando.

La deportista y la fotógrafa se paraban, lanzaban la bola lo más rápido posible y volvían a su lugar, una arriba de la otra.


─Mami, tengo sed ─la más pequeña del grupo sí necesitaba algo de beber.

Jennie atinó a moverse de su cómodo lugar, evidentemente Jisoo en su otra vida debió haber sido mueble. Pero su novia la frenó.

─Deja bonita, ya voy yo ─le dejó un corto beso a su novia ─Vamos bicho bolita ─agarró la mano de su niña y ambas se dirigieron a la cantina.

─Voy con ustedes ─las siguió Momo.

Yoo, que venía de hacer su tiro (una chuza nuevamente), siguió la mirada de su amiga y llegó exactamente  a donde sabía que iba a llegar, a la espalda de BK Jisoo.

─A veces me canso de ser jodidamente buena en este juego ─alardeó la abogada.

Miró a su amiga y se irritó al darse cuenta que la castaña no le prestaba un mínimo de atención.

─ Jen... JEEEN.... ¡JENNIE! ─Gritó para que la castaña volteara a verla─ En serio Jen, ¿qué demonios estás esperando para comerte al bomboncito? Juro que cada vez que se tocan sale una onda expansiva capaz de voltear todos los pinos de una sola vez ─la pelicorta no se equivocaba en su descripción.

─No sé que pasa Yeon ─necesitaba hablarlo con alguien─ No puedo dejar de mirarla, de tocarla, de besarla... Nunca me había pasado nada igual... Necesito.... Necesito que... ─De repente miró a Ella y luego a Jeongyeon.

─NO NO y NO ─al parecer nuestra abogada ya sabía las intenciones de Jennie.

─Por favor Jeongyeon. Por esta noche nada más. Por favor ─rogaba Jennie.

─Jennie, ¿sabes cuánto tiempo llevo sin poder tocar a mi futura esposa.... DÍAS... ¿Me oyes?.... Llevo DÍAS. Si Ella se queda con nosotras esta noche, Momo y ella me van a hacer ver la estúpida película del pescado ese... Mencho y.... 

─Nemo ─la corrigió la castaña.

─Bueno ese ─aceptó la corrección girando los ojos─ Y después van a querer hacer palomitas y así sucesivamente hasta que todo termina en esas dos quedándose dormidas en el sofá y yo tratando de dormirme sola en mi cama y sin haber tenido mi ejercicio nocturno preferido ─explicó Jeongyeon pausadamente de manera que su amiga entendiera su necesidad.

─Cuido a Silvestre durante una semana ─ofreció a modo de intercambio la fotógrafa.

Las exporristas eran su única opción, ya que el resto de sus amigos estaba en Miami.

El efecto Kim (Jensoo).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora