Muy extraño

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Habitando tiempo inconmensurable, sus travesuras si así podían ser llamadas eran de todo tipo, medibles en niveles de soportables hasta extremos, denominadas simples, sin importancia, las crueles, las viles y las desastrosas. Tales acciones definían a los de su clase, los seres llamados demonios que están para atormentar y retorcer el mundo de otros seres.

Si era su naturaleza entonces ¿Por qué? ¿Por qué se arrepentía de ciertas acciones? Llegó a la conclusión de que todo se debía al lugar donde estaban paradas, el mundo humano, tan podrido como otros mundos pero con la diferencia de tratarse de seres sin poderes especiales dotados por sentimientos de todo tipo por igual.

Un demonio que empezaba a comportarse como humano, que buen metraje cómico para los dioses.

Una, otra, otra más, cada noche repetía lo mismo, permanecer en la barra bebiendo.

—Te encontré. —Esa noche parece que la rutina cambiaria.

—No vengas a romper con mi paz. —Se quejó al verla sentar a su lado.

La chica lobo, sonríete, fastidiosa, todo lo contrario a la vampira.

—Vaya llevas carrera larga. —Noto la ronda de shots terminada— Te acompañare. Tú, tres tragos. —Pidió al camarero el cual la miro con odio.

—Ten cuidado, a mí no me hacen efecto pero tú eres otro tipo de ser.

—¿Te estas preocupando por mí? en respuesta te voy a besar.

—Atrévete y hago que te despedaces la cara. —De verdad destruía la poca paz que había conseguido.

—Tranquila sabes que no lo haré, perdiste tu oportunidad.

—¿Qué? —Al parecer Jeong sacaba de las casillas más pronto que Mina.

—Puedo hacerte la última oferta. Ten sexo conmigo, salvaje, sucio como te gusta, prometo que no te vas a arrepentir.

Nayeon dejó salir su risa, gracias a la música del lugar nadie se asustó con la genuina risa de un demonio entre divertido y molesto.

—Veo tu respuesta, te arrepentirás. Sobre todo con el montón de chicas que tengo, el día que quieras algo, yo estaré muy ocupada. —Alardeo épicamente.

—Estás más creída de lo que yo soy y eso me ofende como no tienes idea. —Dio una mirada bastante intimidante.

—MIS MALDITOS TRAGOS. —Con su puño golpeó la barra, se ponía de nervios fácilmente.

—¿Quién los paga? —El barman lucía molesto.

—Nosotras. —De forma inesperada tres chicas se hicieron presentes— Apresúrate empleado.

El barman sin responder se fue a preparar los tragos.

Nayeon observó a las tres chicas descubriéndolas como simples mortales.

—Puedes tener de mi bebida. —Una rubia le entregó a Jeong.

—¿Quién es ella? —La pelirroja pregunto molesta refiriéndose al demonio.

—Nadie importante. —Respondió para alejarse con estas.

Todo fue bastante retorcido incluso para un demonio como Nayeon, tuvo a bien de marcharse del lugar, su noche arruinada, de igual manera no era tan especial.

Siempre terminaba pensando en Mina y hasta en Chaeyoung. En la primera, le venían todas aquellas escenas de la primera vez que la vio, cuando la mirada de ambas se cruzó, cuando Mina se mantenía en completo silencio, era pacífica, difícil de hacer enojar y no atacaba a nada ni nadie. Corromper, sacar lo peor de sí, es otro de los objetivos de existencia de los demonios, para que sentirse pésima si únicamente hizo su trabajo.

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