Un pasado tan vivo nunca muere

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SANA

Es realmente gracioso ver como terminaron y cómo terminará todo esto, se pudo evitar si tan solo fueran un poco menos despreciables y hubieran confiado en mí, si se hubieran dignado a escucharme.

Piensan que soy yo quien ha estado manipulando esto, quien las puso aquí, pobres ilusas, yo poco tengo que ver con ellas.

He estado furiosa desde hace tiempo y si ellas podían aparentar algo y en el fondo tener otros pensamientos, lo mío es nada. Esto de usar una doble cara donde aún mantenía mi lado temeroso, sí, es nada.

Desde la caída recordé todo sobre mí pero decírselos les habría resultado ridículo, no lo hubieran creído, menos el demonio estúpido. Esa estúpida término aniquilada y no es divertido por la reacción de Mina.

Pobre de mí Mina, despertando al monstruo que lleva dentro por semejante episodio que bien pudo evitarse. Ahora es una bestia peor que las propias dos bestias, el suelo se ha cubierto de hielo, la tormenta helada que esta por caer será letal, picos de hielo que nadie podrá deshacer.

Ellas saben que el hielo las acabara, pero la bruja es lista y les ordena acercarse a mí, debería empujarlas lejos, lo merecen. La única razón por la que me detengo a hacerlo es por Mina y porque ya no soy así de cruel.

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Con todas resguardadas alrededor de Sana podían observar la escena de Mina mientras mantenían esperanza por sobrevivir al hielo. Aunque eso no parecía ser lo peor, el hielo era lo de menos, la bestia en Mina les preocupo más.

Una descontrolada Mina ha atrapado a uno de los seres e introducido lo que antes era su brazo, ya deformado, en el interior del ser para desprenderle la columna y hacerla pedazos.

El hielo que debía caer sobre Sana y compañía, simplemente cambio de dirección cayendo a costados de estas, haciendo efectivo el hecho de que nada podía dañar al ser superior.

El resto de seres tuvo una suerte contraria, eso que el ser de fuego que tenían entre ellos intentó derretir el hielo, fue en vano. Sus cuerpos fueron atravesados provocándoles daños letales, sin embargo, sobrevivieron, el hielo parecía servir como una especie de prisión.

La masacré apenas comenzaba. Mina seguía con el ser al que le desprendió la columna, se trata del que había atrapado a Nayeon antes de ser aniquilada y, aunque la vampira desconocía cómo se dio todo, tomaría las vidas de los intrusos con brutalidad por igual.

El ser capaz de manipular minerales se encontraba agonizante, los minutos que le quedaban antes de morir fueron la peor de las torturas, su cuerpo empezó a ser triturado por la filosa dentadura de la vampira.

Los compañeros de este no podían escapar, las puntas del hielo entre sus cuerpos endurecieron volviéndose casi indestructibles. El ser de fuego insistía con sus poderes mientras gritaba y le pedía explicaciones a su líder pues sus llamas eran inservibles.

Gravedad, el líder recordó que la controla y ya no perdió tiempo, desequilibró a la vampira y lo más grande que provocó fue hacerla salir del shock para que entrara a la locura, Mina se reía sin control.

¿Cuál era la causa? Él no la entendía, ni siquiera cómo es que tenía tanto poder si solo se trataba de otro ser, un vampiro, se pensó que estaba ante la famosa Reina absoluta de los vampiros, aquella leyenda. Pronto dejó de ver, había sido cubierto por hielo como si hubiera quedado en una lápida, una estrecha donde no podía moverse, en la que su cuerpo se haría piedra en cuestión de minutos y la hipotermia lo imposibilitaría en segundos.

—Espera, espera, yo no la elimine fue ella. —El ser de fuego vendió a su última compañera, la que se dividía en dos iguales o más.

Mina no fue que le hiciera caso, simplemente ya tenía en mente destruir a ese ser, basto con tomarle el rostro y apretar, apretar hasta que despedazó su cabeza. Entonces se aproximó al faltante y le congeló el cuerpo dejándole el rostro intacto.

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