17 de noviembre de 1918:

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Hoy a las 0100 horas llegaron más rápido de lo esperado refuerzos los cuales eran 50 alemanes y 70 estadounidenses haciendo unos 120 hombres en total. Vinieron con más munición, morteros y dos radios más junto con un mapa actualizado de las defensas alrededor de la ciudad. En el mapa Kropp y yo observamos que era cierto lo del circulo de trincheras alrededor de Carveola, también observamos que entre los edificios de la ciudad marcados en el mapa destacaba un antiguo castillo medieval que según el mapa estaba un poco más al norte del centro de la ciudad.

Luego de pasada media de la llegada de los refuerzos fuimos contactados por radio por mi superior al mando el Mayor Sayers. Él nos informó que el especialista es un ocultista británico llamado Aleister Crowley y que en cuanto el llegara se lanzaría un asalto contra la ciudad de Carveola para exterminar a las abominaciones que salían de ahí. También dijo que se estaban formando cuatro brigadas más alrededor de Carveola: una estadounidense al norte, una británica al este, una francesa al sureste y una alemana al oeste. Luego estaba nuestra fuerza mixta en el suroeste que al ser la que estaba mejor preparada de momento y además de ser la que había atraído la mayor parte de la atención de las abominaciones era la que sería la más importante pieza del aun no acabado plan para exterminar la ya denominada plaga de Carveola pues para entonces no solo en nuestra sección sino que en las demás había casos de soldados que habían sido mordidos y que habían muerto de una extremadamente dolorosa al de maneras similares a la de los rasos Williams y Francis y los que no habían muerto todavía a pesar de los esfuerzos de los equipos médicos mandados a la zona estaban agonizando del dolor pues sus venas y arterias se estaban tapando también con la pus roja.

El mayor Sayers también nos comunicó la orden de mandar una avanzadilla de al menos 40 hombres al amanecer para explorar las cercanías de la ciudad pues no se podía reconocer el terreno desde el cielo pues había demasiada niebla sin mencionar que ya se habían mandado también 6 aviones a buscar a los otros que se habían perdido y que al igual que ellos también desaparecieron sin dejar rastro.

Después de cortar comunicaciones organizamos un cuerpo de avanzada compuesto por tropas alemanas que se adentraron al interior de Carveola por el flanco izquierdo de nuestra posición a las 0758 horas. Después de pasaron alrededor de ocho horas sin que se supiera nada de ellos, pero a las 1600 horas se vio a dos de los 40 soldados que mandamos corriendo hacia nuestra posición y siendo perseguidos por un mar de esas abominaciones de todos los tipos: niños, ancianos, mujeres, soldados, campesinos, etc... de inmediato empezó una batalla con esas cosas como no habíamos tenido antes. Nos pasamos desde las 1600 horas hasta las 2100 horas manteniendo a raya a esas cosas.

De no haber sido por la bendita artillería y los 15 tanques Mark IV(7 hembra y 8 machos) que llegaron con más refuerzos y munición dos horas antes de finalizado el combate, nuestra línea hubiera caído pues venían corriendo a velocidad de atleta olímpico y en masa como nunca antes lo habían hecho sin mencionar que se nos estaba acabando la munición y eso que le dimos el doble de lo normal a los soldados en las trincheras y a las ametralladoras también, que por cierto, tres de ellas se estropearon por sobrecalentamiento.

Después de acabado los combates se contaron al menos 82 mordidos y 40 muertos por culpa de la pus roja. Los dos soldados de avanzadilla que mandamos estaban en shock y ninguno de los dos hablaba o si siquiera nos miraban a mi o a los médicos que los revisaban en busca de mordidas que por fortuna no tenían. A las 2230 horas comunique a detalle de lo sucedido en nuestro sector durante ese dia al Mayor Sayers y luego de media hora de conversación con el Mayor nos dijo que el alto mando mandaría más refuerzos a la zona para seguir manteniéndola hasta saber cómo lidiar con estúpida niebla que impedía entrar en la ciudad sin morir despellejado en el intento por esas abominaciones.

Sinceramente para esas alturas ni yo ni los hombres en la sección suroeste de las trincheras no habíamos dormido casi nada en los últimos 4 días por culpa de esas abominaciones que atacaban casi sin parar todo el dia, en especial en este donde aparecieron hasta 35 de las bolas de carne podrida de antes, las cuales eran cada vez más grandes y despedían por varios orificios la mortífera pus roja, por suerte la artillería y las ametralladoras los hacían pedazos antes de acercarse demasiado a las trincheras, pues estos a diferencia de las otras abominaciones explotaban antes de evaporarse tras su muerte lo que esparcía la pus roja junto con el vapor que desprendían por todas partes.

Para buena o malasuerte mía y de mis hombres no sabríamos más de esas cosas el resto de lanoche, lo cual nos dejó con más miedo del que teníamos pues sabíamos porexperiencia que cuando el enemigo cesa los ataques, solo hay dos opciones: o seestá retirando o se prepara para lanzar el ataque real. Aunque sinceramente nohabíamos dormido tan bien en los últimos cuatro días, aunque solo fueran treshoras y media.

"El Incidente Carveola".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora