El inicio del fin ☑️

EL PAQUETE

Era una caja preciosa, de color rojo y con unos detalles de flores del mismo tono maravillosas. Encima de esta, estaba una nota de mamá.

Mi querida y dulce Luna,

Quiero que disfrutes de lo que hay dentro de la caja, porque todo lo que está en ella es por y para ti. Tú hiciste que cambiara mi vida, ahora permíteme a mi hacerte un empujón separa que tú disfrutes de la tuya mejor de lo que estás haciendo hasta ahora. Tú me diste el regalo de poder tenerte, permítele al mundo tenerte a ti como regalo.
No sabes cuanto siento no poder estar a tu lado para poder ver tu reacción. Pero como te dije, si sale bien en cuanto llegue serás distinta. Ese es el objetivo de todo. Te amo Luna, jamás lo olvides.

Me quedé sin palabras.

Mamá no era de decir cosas bonitas, no demostraba mucho sus sentimientos, ni conmigo ni con nadie. Era incluso raro que lo hiciera. Lo que habrá dentro de la caja será importante, no para de decir que seré distinta, que mi vida cambiará...
El caso es, ¿tan mala hija soy?, ¿soy un ser humano tan despreciable como para que ella quiera que cambie tanto?

No podía dejar de sentir cierta rabia dentro de mi. Me impactaba que solo por lo que hubiera dentro de esa caja, me cambiara tanto. Bajo mi punto de vista, no soy tan mala hija. Ni mala estudiante. Ni mucho menos mala amiga.
Es cierto que, me paso el día escuchando música o mirando series. Pero cualquier adolescente de mi edad lo hace.

Lo que no saben mis queridos progenitores es que tengo la necesidad de estar horas y horas escuchando música y mirando dichas series; es la única manera de liberarme un poco de la monotonía de mi vida, de poder imaginarme otros mundos, de poder teletransportarme ni que sea un momento a otros lugares.

Pero eso no me hace una mala persona.

Claro que se, que solo tengo una amiga.

Es extraño solo tener una amiga por muy maravillosa que ella sea. Soy una persona extrovertida, divertida, curiosa, aventurera, me encanta salir a pasear o hacer planes locos con Venus. Pero, soy tímida. De primeras, soy una persona muy reservada. Si una persona no se interesa en conocerme, yo tampoco soy capaz de dar el primer paso. Creo que todas las personas que somos tímidos tenemos el mismo problema. Que somos un ser de luz, pero ante los demás seres humanos pasamos desapercibidos. Nadie nos da una oportunidad, y es realmente frustrante.

Jamás permitiría que mis padres dijeran que soy mala hija. Se pasan mucho tiempo fuera. Se que no es culpa suya, han luchado mucho para llegar donde están. Pero preferiría vivir con menos dinero si así pudiera al menos estar un fin de semana seguido con ambos. Los echo de menos. Soy una persona que necesita mucha atención y cariño. Y desgraciadamente, la mayor parte de mi tiempo me lo paso sola. Es triste, ¿no?
Mi soledad hace que sea buena estudiante. Es mi refugio. Me encanta aprender cosas que desconozco. Me paso horas leyendo libros de la vida animal, del espacio, de las guerras sobre nuestros antepasados...
Saco sobresalientes en todas mis asignaturas. En todas, excepto en biología.
Podría decir que no es culpa de Jack, por hacerme distraer tanto. Pero, mmh...bueno si es su culpa. Si no fuera el amor de mi vida y no estuviera justo delante de mi en clase, podría perfectamente estar atenta y prestar atención al profesor y así, si podría ser una alumna ejemplar con sobresalientes en todo. No es que quiera ser la típica empollona del instituto, es que mi vida me a obligado ha serlo. Si no tienes compañía, te dedicas a hacer algo productivo con tu vida.

Al grano. Soy un ser humano despreciable. No lo digo yo, lo dice mamá. Sino, no querría que cambiara tanto.

Cuando por fin iba a abrir la caja, sonó el timbre de la puerta.

No se quien seria, nadie me viene a visitar a parte de Venus.

Me dirigí a la puerta, era el cartero con una gran encomienda.

—¿Luna Smith?

Asentí.

—Firme aquí por favor.

Firme.

—Gracias que tenga un buen día—se dio la vuelta.

—¡Espere! No contiene ningún remitente—observe bien la caja—, ¿no sabe quién podría  habérmela enviado? —pregunté curiosa.

—No—fijó su mirada en el paquete—, existente paquetes anónimos muchacha.—sonrío una última vez y siguió su camino.

Después de mirar bien la encomienda, me encontré con una nota.

Muchas felicidades Luna, espero que al escucharlo y verla lo disfrutes tanto como yo.
Con amor, 
X tú admirador secreto.

¿Acabo de leer bien? ¿Admirador secreto? ¿Pero quien se fijaría en una persona como yo?

Abrí el paquete tan rápido como el regalo de mamá.

La emoción al abrirlo y ver que contenía dentro fue aún mayor que el regalo de mi progenitora, era la ofrenda perfecta para la fan número uno de Harry Potter. En la caja contenía un proyector de películas junto a la saga completa de la autora.

Así se sentía estar en un limbo de felicidad, nada importaba más que este maravilloso tesoro.

Tras unos largos minutos, cobré finalmente el control de mi cuerpo y la tranquilidad esperada en él.

Decidí abrir de una vez por todas el obsequio de mamá.

La abrí con cuidado y delicadeza.

Dentro, habían dieciocho cartas.