El inicio del fin ☑️

SEGUNDA CARTA

Que manía tienen las alarmas de despertarnos en la mejor parte de nuestro sueño. Estaba soñando con mi amado, Jack. Soñaba que él era mi admirador secreto, pero se perfectamente que no es más que un simple sueño porque el jamás se fijaría en mi. Nadie lo haría.

Me levanté de la cama y me preparé para el instituto. Me vestí una sudadera ancha negra, unos shorts y unas zapatillas blancas. En el pelo me hice un moño, me coloqué unos anillos dorados y unos aros. Baje al salón y desayuné una manzana. De lo normal no suelo desayunar. No me gusta comer por las mañanas.

Antes de salir de casa, me pare a mirar mi móvil. Tenía una notificación de WhatsApp donde me habían agregado al grupo de clase, pero no era una clase cualquiera sino que era biología. La mejor clase de todas. Se podría decir que iba al instituto solo por biología. ¿O seria solo por Jack? Aún y así no le di mucha importancia, porque esos tipos de chats están destinados solo para hablar de trabajos y tareas.

Salí de casa, conecté mis auriculares al móvil donde se reproducía sin parar Stolen Dance y me fui caminando tranquilamente al instituto. En la entrada del instituto me esperaba Venus cómo de costumbre. La veía algo emocionada.

— ¡Buenos días! —me brindó un abrazo tan fuerte que apenas podía respirar.

— Venus — me alejé de ella —, me estabas ahogando—reí. ¿A que viene tanta alegría? —Pregunté sonriendo.

— Me han dicho que tienes una admirador secreto — bajó la mirada sutilmente —, ¿es cierto?

Me quedé callada.

— ¿Acaso te ha comido la lengua el gato? ¿Es cierto o no?—insistió-

— Si... ¿Pero cómo es que tú lo sabes?

— Luna, acerca de ti lo se todo. Incluso lo que ni tú misma sabes. ¿Te gustó al menos lo qué te regaló el admirador?

— Me encanto—respondí un tanto insegura .

— Entonces te conoce — sonrió — Venga, entremos que nos toca historía.

Hoy era martes. Odiaba los martes y los jueves. No tenía biología, lo que significaba que no vería a Jack. Nos fuimos a historía, geografía, psicología y por último química.

En ningún momento del día por desgracia vi a mi amado, y tampoco me percaté de ningún movimiento exquisito por parte de mis compañeros que delatara a mi admirador secreto. En general, había sido una jornada tan aburrida como de usual.

(...)

Finalmente, sonó el timbre dando por finalizado las aulas de hoy. Como de costumbre, hoy el día sucedió tan monótono como mi vida. Monótona y solitaria; desgraciadamente sin ningún tipo de aventura o motivos para querer sonreír más de lo normal.

Me fui a casa del mismo modo que ayer, en soledad. Y otra vez por decisión mía.

(...)

Tiré la mochila por la habitación, me acomodé en la cama y me dispuse a abrir la segunda carta. Esta vez la abrí con más rapidez que la anterior; ya que la intriga de saber quien era Larisa corría entre mis venas.

      
                                                          

                                                                       Segunda carta

Larisa..., Larisa fue mi primer amor.

Si, se que es nombre de chica, porque Larisa es una chica. Me enamoré perdidamente y locamente de una chica.