La muchacha salió del despacho y se apoyó en la puerta, respirando profundo. Caminó hasta los baños donde se acomodó el maquillaje.
—Oh, Dios —suspiró, cerrando sus ojos. Los recuerdos de las manos de aquel hombre le revolvía el estómago. Él la había violado. Él se había aprovechado de ella. Se removió en su lugar y se agachó en el váter, metiéndose los dedos.
Un líquido salió de su garganta, aquella repulsión y asco y sentimientos salieron fuera de su cuerpo, causando que ella intente contener las lágrimas. Quería sacar su asco, no exponer su tristeza. Aquel sonido causado por su garganta que se contraía y salía el líquido era asqueroso.
—D–Dios... —soltó un sollozo y el vómito se mezcló con sus lágrimas.
—Oh, te estaba buscando —la rosada se levantó, tiró la cadena y se dirigió al fregadero —me extrañaba que no estuvieras chupándosela a mi esposo —rió burlona.
—¿Qué quieres, Perla? —lavé mi boca y suspiré.
—Te vengo a avisar algo —la rosada la miró seria, no estaba para burlas.
—¿Qué?
—Me pasó lo mismo que a ti.
—¿De qué hablas? —ladeó su cabeza.
—Él, vino a mí con promesas de dinero y amor —se cruzó de brazos y miró al suelo —no te ilusiones, linda, no siempre es bueno. Cuando me casé con él me di cuenta.
—¿Te propu——
—No, yo le propuse y le insistí. Me voy a divorciar de él —la rosada abrió los ojos —pero no lo hace por ti, chiquita, yo le pedí el divorcio —la rosada asintió.
—¿Por qué me cuentas esto?
—No quiero que cometas el mismo error que yo, Spinel. Te dejará por alguien más pequeña que tú porque te considerá una vieja —habló clara. La rosada bajó la mirada, causando que la contraria le levante el mentón. —Oye, he visto cómo te ves con mi hijo.
—¿E–Eh?
—Si solo quieres estar con él por el dinero puedes——
—¡L–Lo amo! Si quisiera dinero, querría seguir con Steven —Perla la soltó y volvió a cruzarse de brazos.
—¿De qué hablas? ¿No quieres su dinero?
—Quiero, pero no de esta forma —removió sus piernas.
—¿Te...——
—No quiero hablar de eso, Perla —interrumpió. La crema asintió con cuidado.
—Ten cuidado, chiquita. Él es muy agresivo con sus cosas —y sin más se giró.
—¡E–Espera...!
—¿Qué? —la menor dudó pero sonrió.
—Gracias —Perla sonrió y volvió a caminar.
...
La muchacha miró su celular, observando aquel mensaje enviado:
“Nos vemos en el café. Tenemos que hablar...”
Tragó saliva y se levantó de su lugar al ver a ese hombre.
—Hola, Steven —él levantó una ceja.
—Hola, bebé, ¿qué necesitas? —sentó enfrente de ella, imitando el acto ajeno.
—Es serio... —habló.
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The Sugar Daddy's Toy | Stevnel
FanfictionElla siempre le faltó amor y él se lo quería brindar a una bebé. Ambos se necesitaban, por algo estaban juntos.