Ella se lavó la cara con tal de volver a tener ese color rosado en su piel. Un sonrojo no tan fuerte permanecía gracias al sudor y los nervios, limpiando su boca de vez en cuando, se acercó a un vaso para servirse agua con tal de quitarse ese repugnante sabor a vómito.
¿Por qué había vomitado? Fue de repente, sintió cómo toda su garganta se contraía formando una arcada y expulsó todo. Quizás era el estrés que estaba pasando o el cambio de temperatura fue tan brusco que iba a tener fiebre por ello. Se acomodó el cabello y caminó a la cocina, observando los vegetales cortados con vómito encima. Hizo una mueca y se dedicó a tirar lo que había en la tabla de cortar y comenzar a lavarla. Miles de pensamientos sucumbían en sus pensamientos y entre ellos: él. Si no hubiera huído, ¿qué estaría haciendo? Quizás se la esté mamando a ese hombre asqueroso o gastando su dinero en ropa, quizás fue imprudente escaparse sin avisar o algo, quizás debería llamarlo. Sí, lo iba a hacer. Al terminar de lavar, caminó a su bolso y comprobó que su novio continuara bañándose. Agarró su teléfono y buscó el contacto y dudando, suspiró, tecleándolo. Un tono, dos tonos, tres to-
✆-¿Hola? -la voz de una muchacha sonó en la otra línea. Cerró sus ojos, pensativa de la otra voz, la conocía: Connie.
-Hola... -intentó no tartamudear -... ¿Puede pasarme con el señor Universe? Es algo sobre el instituto -susurró lo último, ¿la mentira sonó creíble?
✆-Está ocupado, ¿quién le habla? -la rosada cerró los ojos con fuerza y su garganta se contrajo pero esta vez no se formó una arcada, solamente se acumuló una bola de palabras, estaba apunto de vomitar pero un vómito de palabras.
-Habla Spinel... -susurró a lo bajo. Y ahí lo supo: supo que a él no le importaba, que ella siempre fue un juguete y que solo debía tener dinero, todo era inútil para él y para ella. Fue tan cruel toda esa sensación. Parecía que tenía en su cuerpo un peso inigualable y que caería en cualquier momento. Se repetía "no llores" pero ya las lágrimas se asomaban por sus pequeños ojos y casi se ponía a sollozar.
✆-Ya te paso con él -y el aire volvió. Ella respiró agitada y se aferró a su celular, asintiendo a pesar que nadie podía ver sus facciones.
-Claro, espero -por unos minutos se escuchaban murmuros en la otra línea, como si dos personas estuvieran discutiendo pero no se entendiera porqué. La línea volvió a captar una voz. Aquella repugnante voz. La voz masculina y rasposa del hombre que había abusado de ella, del hombre que la agarró del cabello y lo tiró en más de una ocasión, del hombre que le había escupido en la cara cuando ella suplicaba por clemencia, sí, de ese hombre: de Steven Universe.
✆-Spinel... Linda... -arrastró. Se notaba que estaba jadeando como si hubiera corrido, pero ella sabía que no era así, él se estaba cogiendo a aquella negra. Bueno, la entendía. Ella no lo amaba: solo deseaba su hermoso y riquísimo dinero. -... ¿Por qué te fuiste? Te extraño.
-Si me extrañases hubieras venido por mí.
✆-Pero no sé dónde estás -ella frunció el ceño.
-¡Claro que sí! ¡No me mientas!
✆-Ni siquiera sé dónde está Kevin -jadeó. Se le notaba angustiado. Ella frunció el ceño y miró la puerta del baño que era abierta, dejando ver al rey de Roma. Aquel moreno de abdominales algo marcados, con una toalla blanca alrededor de su cintura y acomodando su cabello con otra toalla.
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The Sugar Daddy's Toy | Stevnel
FanfictionElla siempre le faltó amor y él se lo quería brindar a una bebé. Ambos se necesitaban, por algo estaban juntos.