𝓛𝓵𝓸𝓻𝓪𝓻

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De nuevo el chico de la farmacia me veía con pena, pero ahora multiplicado por dos. Que triste, ser una drogadicta que ahora vino a comprar una prueba de embarazo, la pobre chica tonta. Salí de la farmacia, las manos me temblaban y me metí al coche. Observé la caja, rosa, con tintas femeninas, me dio asco, sentí que me iba a vomitar en cualquier momento pero tome una bocanada de aire y trate de relajarme. Vi la hora, conduje hasta mi piso y Tom ya estaba ahí, metí la caja en mi bolso y entré. 

Estaba contando varios fajos de dinero, supuse que había asaltado a alguien más pero pasé de largo y me fui a la cocina, tome un vaso y lo llene con agua del grifo. Me gire a verlo, estaba guardando todo dentro de una bolsa y se levanto, la guardó donde siempre y me miro fijo.

—¿Qué sucede? —Temía decirle que sospechaba que estaba embarazada, los ojos se me llenaron de lagrimas y su mano tomó mi barbilla, obligándome a verlo. —¿Qué sucede? 

—No me ha llegado mi periodo —Lo dije bajo, desvió su mirada, temía que se encabronada conmigo, me dijera cosas horribles o quizás me golpeara, pero no. 

—Tienes que hacerte una prueba —Le dije que sí, que ya la había comprado, solo necesitaba hacer pis en ella. Me dijo que lo hiciera, me dijo que estaría aquí para mi. Me dio un beso en la frente y tome la caja de mi bolso, me metí al baño.


Sentía los segundos pesados, Tom se metió dos líneas y me abrazó fuerte mientras esperábamos los cinco minutos que la caja indicaba. Le pregunte que pasaría si daba positivo, me dijo que no lo sabía pero que sabríamos que hacer en su momento, lo dude. El tiempo avanzó, me levante por la prueba, estaba en el baño, sentía mi corazón acelerado y no me gustaba la sensación de nerviosismo, prefería sentir el corazón acelerado por la culpa de una droga en mi sistema. 

La tome entre mis manos, las dos líneas paralelas en color rosa me avisaron que efectivamente, estaba embarazada. Comencé a lloriquear, Tom me abrazó y me dijo que estaba bien, que todo iba a salir bien, pero yo sabía que no iba a salir bien. Que clase de madre llegaré a ser si lo único que quería en ese momento era poncharme la vena con liquido negro y perderme en el abismo, lo único que quería era morir. 

Comencé a hiperventilar, le dije que necesitaba meterme algo, sentía mi garganta cerrarse, me dijo que no, porque estaba embarazada, pero vamos, me he metido mucha mierda días antes y ya estaba embarazada, que mas daba. Le daba golpes en los brazos, diciéndome que me dejara, quería alcanzar el cajón de la cocina y sacar una pastilla, el evitaba que lo hiciera, le di una cachetada pero él no dejo de abrazarme con fuerza. 

Mis piernas flaquearon, me sostuvo y caí de rodillas con él a mi lado, me hundí en su pecho, llorando, rota, una vez más, la vida me decía que era una basura y que terminara con mi sufrimiento de una vez, pero Tom me amaba, y eso era lo único que me hacía querer seguir viviendo. Levante mi vista, me dio un beso en la frente. 

—Tranquila, vamos a la cama un segundo —Me levanto como si un libro se tratara, me colocó en la cama y no lo solté, se acostó a mi lado y continué llorando, mojé su camisa con mis lagrimas y termine cediendo ante el agotamiento físico y mental. 

Desperté, eran las 2 de la madrugada, Tom roncaba a mi lado, la cabeza me dolía como la puta madre y me levante con cuidado de no despertarlo, fui al baño y vi la prueba aún marcando el positivo. Me vi al espejo, hecha más mierda de lo normal, mi piel ligeramente amarillenta en algunas zonas y las ojeras debajo de mi ojos amoratadas con gris, horrible. Me preguntaba que es lo que Tom veía en mi, era un asco. Comencé a buscar una jeringa nueva pero no había, estaban las que ya habíamos usado, observé a Tom, seguía roncando, comencé a hervir las jeringas para desinfectarlas. 

Me pinche la vena del brazo derecho, fue difícil pero lo logré, me pegó como su puta madre y tire la jeringa a la basura. Me acosté al lado de Tom, comencé a decirle que lo amaba, lo amaba más que a mi puta vida de basura. El seguía roncando, pasé mi mano por su rostro, parecía de plástico, al menos así lo sentía, esta mierda me estaba pegando duro, el corazón se me aceleró y tuve que levantarme, comencé a caminar en círculos, respiraba acelerado y mis manos temblaban. 

Desperté por la voz de Tom que me hablaba, estaba en el suelo frío, sus manos me levantaron y la cabeza me dio vueltas, lance un quejido. 

—¿Te has metido verdad? —Me preguntó, le dije que sí. —Ya no te vas a meter, estas embarazada, no le puedes hacer esto a nuestro hijo. 

—No debería de tener este hijo —Lo dije bajo. —¿No ves que su madre es una puta drogadicta?. 

Me quedé dormida después de volver a llorar, Tom se enfureció y salió de ahí, dijo que necesitaba pensar, lo más seguro es que vaya a comprar cocaína o algo por el estilo. No quería saber nada, quería dormir todo el día, no sentir nada, no quería vivir, no quería nada. Desperté como a la medio día, sentía la boca reseca, le marque a Tom como diez veces y ninguna atendió, comencé a pensar que quizás me había abandonado, porque soy una puta mierda. 


𝑻𝑶𝑿𝑰𝑪 - 𝑻𝑶𝑴 𝑯𝑶𝑳𝑳𝑨𝑵𝑫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora