Capitulo 1: zumba

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-Por favor Tae, acompáñame.- seguía diciendo una y otra vez mi mejor amigo Jimin, un chico algo bajito con pelo rubio y unos ojos suplicantes. -Te compraré lo que sea pero acompáñame.- su tono de voz era casi cómo un ruego para mi.

-¿Por qué rayos quieres que te acompañe a las clases de zumba en la iglesia? Sólo van las señoras, Jimin.- dije en un tono sarcástico, realmente tomar ese tipo de actividades no era de mi interés ahora mismo.

-¡No son para señoras!- sonaba molesto -Es bailar mientras hacemos ejercicio...- en ese momento decidí interrumpirlo.

-Nosotros ya bailamos Jimin y también hacemos ejercicio.- reí levemente ante su frase.

-Pero es diferente, son otros ritmos y te puede gustar, anda, sólo acompáñame a una clase ¿si? Mira no tienes nada que perder, vamos a la clase, salimos y después vamos a desayunar a las quesadillas de Doña Pelos y yo pago. ¿Jalas o te vas a agüitar?- Dí un largo suspiro.

-Está bien Jimin, iré contigo.-soltó un chillido de alegría. -Pero le preguntaré a Jungkook si me quiere acompañar.- y luego bufó.

-¡¿Por qué siempre tienes que invitar a Jungkook?!- su voz sonaba bastante molesta e irritada.

-Es mi novio, sería grosero si no lo invito ¿no?- traté de sonar lo más calmado posible.

-No, él nunca se ha interesado por ti o por tus gustos Tae; deberías cortarlo. Siempre está con sus juegos o vete a saber en dónde.- otra vez, desde hace cinco meses lo único que Jimin me decía era sobre cortar con Jungkook; a pesar de que éramos pareja desde hace dos años, últimamente se había vuelto más raro, sólo estaba con su computadora todo el día y ni siquiera me contestaba los mensajes. Pero estoy seguro de que esta vez me podrá acompañar y haremos algo lindo cómo pareja.

-Probablemente le interese. Finalmente lo conocí en las clases gratis de salsa en la plaza. No creo que me diga que no.

-Pues allá tú, no digas que no te lo advertí.- dijo en un tono bastante altanero. -Te veo mañana afuera de la iglesia a las 9:00 de la mañana, no llegues tarde, si no, no vamos a alcanzar lugar y acuérdate que la clase cuesta 20 pesos.

-Pero dijiste que tu pagarías.

-Sólo el desayuno con Doña Pelos.- comenzó a reírse mientras hacía un ademán de despedida con la mano. -No llegues tarde, si no hay rifa de vergazos y tú te vas a llevar todos los boletos.- dijo divertido para finalmente irse a su casa.

Comencé a caminar hacia la casa de Jungkook, quería verlo para poderlo invitar a la clase de zumba, esperaba que a él le pudiera interesar la propuesta (y que ni estuviera en su computadora otra vez).

Últimamente parece que a Jungkook sólo le interesan dos cosas: ponerse mamado y los jueguitos de su computadora. Cada vez tiene aficiones más raras, el mes pasado era ver anime todo el día; llegó a tal punto su obsesión que sólo quería ir a la FrikiPlaza a jugar con sus cartitas de Yugi Oh!, yo odiaba ir a ese lugar, olía a madres y había gente por todos lados, verlo gastar 1000 pesos por una pinche carta me irritaba, pero no fuera por mi que ahí ni un puto peso daba por mi.

Aún así esperaba que me acompañara a esa clase de zumba, él siempre fue de los mejores, sólo siendo superado por el señor Pedro.

Toqué el timbre para su apartamento y después de esperarlo 15 minutos, por fin pude entrar. Subí en el elevador para llegar a el, tercer piso, apartamento 305, lo tenía bien memorizado, al igual que mis llaves en mi mano; si él no me abría tocando normal tocaría con las llaves para que fuera más fuerte el sonido. Finalmente después de 10 minutos Jungkook se dignó a abrir la puerta.

-¡Hola bebé!- lo saludé efusivamente, abrazándolo. -¿Cómo ha estado tu día? ¿Ya comiste?-pregunté tratando de hacer una cara inocente y linda.

-Estaba bien, digo, casi llego al primer lugar en el Overwatch, hasta que el ruido de tus llaves me hizo perder la concentración y me mataron... pero ¿a que se debe tu visita?- sonaba algo molesto, voy a tratar de entretenerlo mucho.

-Jimin, me invitó a tomar clases de zumba con él, en la iglesia. Quería saber si te gustaría venir conmigo... podríamos tomarla juntos y...-ni siquiera me dejó terminar.

-Ya sabes que no me gustan esas joterías Tae.-tomó una pausa y continuo.-Siempre hacemos lo que tu quieres, y son cosas que a mi, no me gustan realmente.

-Pero...

-Sin peros, no quiero ir y ya, ¿venías solamente a eso?

-Si...-dije cabizbajo, realmente me había dolido lo que dijo.

-Bueno, creo que ya puedes irte. Voy a seguir jugando Overwatch.-caminé hasta la puerta para qué el me abriera y salí de ahí.

Mientras caminaba de regreso a mi casa, me sentía muy muy mal, no me gustaba que Jungkook me desvalorizara, creo que, a pesar de que no me gustaban sus cosas, siempre le puse empeño a saber sus gustos y preferencias, nunca sentí eso de su parte. Solamente su rechazo. Estaba harto, creo que el desmeritar el baile había sido la gota que derramó el vaso.

Tomé mi teléfono, y en plena calle, llamé a Jungkook.
Sonó el timbre una, dos, tres veces hasta que contestó el teléfono.

-¿Que quieres Tae?-sonaba igual de molesto que hace un rato.

-No me tomará mucho tiempo, no te preocupes.-tomé un largo respiro. -Quiero terminar contigo.- dije fríamente por el teléfono.

-¿Por qué? ¿Que hice?-

-¡Que no hiciste! ¡Siempre desvalorizándome y sólo tienes ojos para tus putos videojuegos! Yo no quiero esto para mí, y no creo que a ti te preocupe más nuestra relación.- estaba llorando silenciosamente, aún estaba a tiempo de arrepentirme y decirle que era una broma...

-Mira, realmente, creo que tienes razón, no tengo tiempo para una relación; además, creo que tú ya no me gustas. Cuando te veo no siento lo mismo.-respiró para luego terminar con un.-Hasta luego Tae, espero que encuentres a alguien pronto o a un gato.- y colgó.

Zumba || HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora