Capítulo 5.

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Martes, otro nuevo y ajetreado día se hacía presente

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Martes, otro nuevo y ajetreado día se hacía presente. El humor de Gohan no había sido el mejor por la la mañana ya que, al despertarse, notó que el gato estaba durmiendo al lado de su novia, acurrucado en su abdomen, lugar donde le debía corresponder a él, pero que ese intruso acaparó toda la noche. Manchas se había salido con la suya... otra vez.
Siguiendo con su berrinche, se levantó e hizo de desayunar para los dos —aunque no le tocaba—, pero se retiró a la universidad casi al instante que notó que Airi aparecía en el comedor.

Estaba siendo irracional con sus celos, lo sabía en su interior.

Empero, en el lapso de tiempo que estuvo en la universidad, le sirvió para tranquilizarlo y hacerle pensar todo más fríamente. Fue allí cuando se sintió un completo idiota; se había puesto celoso de un gato, no de un chico que le coqueteó a su novia, no de un pretendiente o algo de esa índole, ¡de un gato! Había caído muy bajo.
En realidad, él no tendía a celar a Airi a esas alturas de sus vidas; solo un par de veces se había sentido así cuando estaban en preparatoria, aunque no solía demostrarlos. Después de todo, Ai no se caracterizaba por ser una persona muy afectuosa —lo era con familiares o amigos, pero no demasiado—, mucho menos con desconocidos, sin contar que era ella misma quien alejaba a la gente que intentaba sobrepasarse con su persona.

Pensar en eso lo hizo sentir más idiota aún.

En ese día a su novia le tocaba salir más temprano que él, por lo que sentía un poco de incomodidad y nerviosismo cuando estuvo frente a la puerta de su departamento; estaba más que consciente que su actitud no había sido la mejor, así que era probable que Airi estuviese molesta.
Sabiendo que no podía aplazar más su llegada, se adentró y no tardó en divisarla: estaba preparando la comida. En silencio se cambió y dejó sus cosas, no sabiendo si acercarse a Airi o esperar para verificar su humor, por lo que se fue a sentar al sofá junto a su laptop, con la intención de empezar la tarea.

Ai, cuando dejó el arroz cociendo en la arrocera —lo último para completar la comida—, se encaminó hacia su novio, con la intención de ya darle fin al incongruente problema.

—¿Ya no estás molesto? —Preguntó mientras se sentaba al lado, recargando sutilmente su cabeza en el hombro de él.

—No estaba molesto... —murmuró el Son soltando un suspiro y cerrando la laptop, un poco más tranquilo ya que el tono de voz de su novia era el de siempre.

—Tu actitud me dijo otra cosa —reprochó al tanto que alzaba su mano y acariciaba la área donde el Son tenía los rasguños; estos ya estaban cicatrizando gracias a los genes saiyajin. Se sintió culpable porque estaba consciente de que, si no hubiese insistido en que Gohan y Manchas se llevasen bien, no habría pasado nada de eso.

Vaya que habían discutido antes, pero... en esa ocasión había sido una completa tontería, y ambos lo tenían presente.

—Perdón —se disculpó el chico con verdadero arrepentimiento, colocando su mano en la de Ai, quien le dio una sonrisa que le dio a entender que no se preocupara. Sin más, se abrazó a ella—. Soy un tonto.

—Sí, lo eres —apoyó ella, correspondiendo el gesto sin dudar—, pero así te amo —se sinceró mientras depositaba un casto beso en su cuello, percibiendo cómo el mitad saiyajin se estremecía. Rio, algo divertida por la reacción.

Adoraba que, aún si llevaban un considerable tiempo saliendo, Gohan siguiera actuando así ante sus gestos cariñosos.

El universitario se separó un poco de ella, dispuesto a besarla por primera vez en ese día. Cuando estuvo a punto de cumplir su cometido, una particular bola de pelos les saltó encima, interrumpiéndolos y medio asustándolos por lo precipitado que fue su movimiento.
Manchas no perdió el tiempo y, con saña, encajó sus garras en el muslo derecho de Gohan, consiguiendo que este se echara atrás por la dolorosa agresión.

—¡Manchas! —Regañó la chica al tiempo que lo cargaba, alejándolo de su novio—. Lo siento, creo que es muy territorial —se disculpó mientras depositaba al felino en el otro asiento del sofá.

—No te preocupes. Tendré que acostumbrarme a esto, por lo que veo —comentó con un toque divertido, tratando de no tomarle tanta relevancia; no quería volver a discutir con su novia solo por algo como eso.

Manchas ya no iba a influenciar negativamente en su relación, claro que no.

—Entonces, ¿tienes hambre? —Preguntó Airi, pero no lo dejó contestar de inmediato ya que se aproximó a él y le dio un casto beso en los labios.

—Por supuesto —afirmó el Son, con una sonrisa bastante alegre.

Ambos se pusieron de pie, dispuestos a colocar la mesa para servir. Airi fue la primera que se adelantó para revisar el arroz, por lo que Gohan y Manchas quedaron frente a frente, siendo separados solo por un asiento del sofá.
El Son miró al felino, pensado que esa podría ser su oportunidad para hacer las pases con él, mas sin embargo, Manchas no pensaba igual; el último mencionado gruñó mientras le enseñaba sus colmillos, como advirtiéndole que no se le acercara o volvería a rasguñarlo. Gohan no tardó nada en entender, por lo que prefirió alejarse lentamente, no queriendo provocar otra reacción agresiva por parte del gato.

Al parecer, ganarse la confianza de Manchas iba a ser más difícil de lo que creía.

Al parecer, ganarse la confianza de Manchas iba a ser más difícil de lo que creía

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-Lindassj1

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐜𝐞𝐥𝐨𝐬 𝐲 𝐮𝐧 𝐠𝐚𝐭𝐨 |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora