Capítulo 6.

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—Así que, ¿hoy no hay clases? —Preguntó curioso Gohan, terminando de colocarse su playera holgada color azul

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—Así que, ¿hoy no hay clases? —Preguntó curioso Gohan, terminando de colocarse su playera holgada color azul.

—No. Hoy es el aniversario de la universidad, así que se suspendieron —respondió Airi al tanto que se hacía una coleta frente al espejo, mirando a su novio de reojo desde allí.

Eran las siete de la mañana y ambos estaban arreglándose en el baño, dispuestos a empezar un nuevo día.

—Tenemos suerte —comentó el Son mientras se acercaba a su contraria para depositarle un beso en los labios, tal y como acostumbraban a darse los bueno días—.  Por cierto, ¿qué quieres desayunar?

—Lo que te sea más sencillo de preparar —contestó la fémina, sonriéndole de forma cariñosa, gesto que fue devuelto por su novio.

—De acuerdo —murmuró el varón y salió del baño, dirigiéndose a la cocina.

Cuando llegó a dicha área, notó que Manchas estaba acurrucado en la cama pequeña para gatos que la chica había mandado a pedir, cama que había llegado el día anterior. ¡Por fin el gato ya no dormiría con ellos! ¡Airi volvería a ser completamente suya por las noches! Parecía que, poco a poco, su vida iba volviendo a la normalidad.
Saliendo de su alegría interna, se acercó al tazón del felino y lo llenó de comida, dejándolo cerca de su lugar —procurando no hacer movimientos bruscos ya que no quería volver a ser rasguñado—, y se encaminó al refrigerador para iniciar su labor matutino: hacer el desayuno.

Todo parecía ameno ese miércoles.

❰ ・ ❐ ・ ❱

El día había transcurrido con bastante tranquilidad; tranquilidad que, tras haber pasado por varias problemáticas en la semana, le era medio inusual a la pareja.
Manchas parecía estar ignorando totalmente a Gohan —aún si este se acercaba de más a Airi en su presencia—, lo que causó alivio e indignación en el azabache. Empero,¡finalmente se respiraba paz en la casa! Y eso era lo verdaderamente que importaba.

Al llegar la tarde, Ai recordó que debía ir al supermercado para comprar ingredientes para la cena que estaba próxima, lo que hizo que comenzara a arreglarse; no quería que la pereza la invadiera, no a sabiendas de que después estaría estresada por falta de alimentos en la alacena.

—Gohan, ¿podrías cambiarle el vendaje a Manchas? —Pidió la fémina mientras se colocaba sus zapatos en la entrada, mirando de soslayo a su pareja. El Son, quien se hallaba estudiando en el comedor, titubeó un poco, temiendo porque sabía que el gato y él no se llevaban bien, pero terminó por afirmar—. ¡Gracias! Bueno, nos vemos dentro de un rato —y con eso dicho, se retiró.

El varón se quedó estático unos momentos, sin saber cómo llevar a cabo la encomienda de su novia. Tras un par de segundos de meditación, decidió que lo mejor era hacerlo lo más pronto posible. Sin más dilación, buscó al felino con la mirada, no tardando en hallarlo encima del sofá, observando cómo este se acicalaba.

—Manchas, Manchas, psst —intentó llamarlo con el tono me que ocupaba su novia siempre que se dirigía al gato, pero el felino siguió lamiéndose, ignorándolo totalmente—. ¡Manchas, ven!

El cuadrúpedo se levantó de su lugar, saltó al suelo y comenzó a caminar de manera tranquila, tal y como si hubiese obedecido la orden. Por unos cortos momentos, Gohan se alegró ya que creyó que Manchas finalmente empezaba a tenerle respeto, por lo que no dudó en ponerse de cuclillas y estirar sus brazos, dispuesto a recibirlo. Mas sin embargo, Manchas simplemente pasó a su lado, totalmente indiferente a su presencia.
El Son se sintió indignado y engañado al ver dicho gesto, empero, hizo caso omiso a las sensaciones y se precipitó a agarrarlo de donde pudiese: la cola.
Como era obvio, el gato se erizó y de inmediato se giró hacia el de azabache, gruñéndole en amenaza, pero el ex Gran Saiyaman no desistió; lo tomó correctamente y consiguió alzarlo hasta la altura de su pecho. Grave error.

Manchas, totalmente enfurecido, encajó los colmillos en su mano al tanto que usaba las garras para rasguñarlo sin piedad alguna. Gohan, por acto reflejo —e invadido por el dolor—, lo soltó, así que el felino aprovechó la oportunidad para echarse a correr.

—¡Manchas, ven para acá! —Le ordenó, pero el susodicho siguió su trayectoria.

Y así comenzó el desastre del día.

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Por la prisa en la que Airi salió, se olvidó de su celular —allí tenía la cuenta bancaria con la que pagaba—, así que tuvo que regresarse al departamento a mitad de camino.
Cuando estaba sacando la llave para abrir la puerta, escuchó un ruido sonoro, lo que la extrañó de inmediato. Preocupada, abrió y buscó a Gohan con la mirada, pero vaya sorpresa se llevó al ver el desorden que había dentro: el sofá y la mesa ratonera estaban volteadas, los platos del gato al revés —por consiguiente, el agua y la comida se hallaban esparcidos por el suelo y encima de la cama de Manchas—, varios vendajes tirados y una lámpara rota.

Oh, y la cereza del pastel: Gohan estaba hincado mientras tomaba las patas traseras de Manchas, quien se removía fuertemente en el suelo y maullaba furioso. Todo un espectáculo.

—¡¿Solo me voy unos minutos y me encuentro con esto?! —Inquirió Airi con notorio enojo, asustando a Gohan y Manchas en el proceso; estos no se habían dado cuenta de la presencia de la chica—. Solo te pedí una cosa, Gohan, ¡una!

—A-Airi, yo... —balbuceó con timidez, incorporándose y casi temblando. Pocas veces había visto así de molesta a su novia.

—¡Más vale que cuando regrese ya hayas limpiado! —Advirtió con severidad al tanto que tomaba su celular, el cual se hallaba sobre la mesa del comedor. Y volvió a salir del departamento.

Gohan y Manchas compartieron una breve mirada, sabiendo que ahora sí habían estropeado todo.

Gohan y Manchas compartieron una breve mirada, sabiendo que ahora sí habían estropeado todo

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-Lindassj1

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐜𝐞𝐥𝐨𝐬 𝐲 𝐮𝐧 𝐠𝐚𝐭𝐨 |GoнαɴхFeмαle!OC| [Drαɢoɴ Bαll]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora