Prólogo

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¿Te haz preguntado quién controla el día y la noche?

Seguramente si, pero te respondieron que era la rotación del mundo.

Pero cuando Kuro lo preguntó a sus padres ellos le respondieron algo muy distinto.

Existen dos reyes, Sol y Luna. Ellos controlan el día y la noche para que los humanos podamos trabajar y descansar, pero como castigo ellos no pueden verse. Si llegara a existir un momento en que ambos amantes se encuentren, nuestro mundo se detendría—

Su madre le explicó cuando tenía tan solo cuarto años.

¿Entonces ellos no pueden estar juntos?

Ella negó con una sonrisa mientras acariciaba los cabellos de su lindo hijo.

Pero algún día lo estarán mi pequeño Ash, y cuando eso suceda podrán amarse por el resto de la eternidad—

Sol y Luna eran dos amantes que jamás se encontrarían y el día en que lo hicieran provocarían la extinción de los humanos y animales.

Muy cruel, ¿no?

Si.

Si que lo era.

Ash era joven pero comprendía a la perfección el como esos dos debían sufrir por no verse.

Quizás la vida les daría una oportunidad de encontrarse, de tan siquiera decirse lo mucho que se amaban.

¿En qué tanto piensas mi niño?

Su madre siempre le cuidaba y sabía cuándo algo molestaba su mente de infante.

Mamá ¿dónde viven Sol y Luna?

Vaya pregunta difícil.

La en ese entonces reina acarició su vientre abultado y sonrió nuevamente.

Ellos viven en un palacio, detrás de las montañas. En un sitio en el cual tus ojos y mente quedarán tan maravillados—

La mirada carmín del pequeño príncipe se iluminó.

Un lugar tan fantástico solo podía tener una cosa:

¡Debe haber muchas almohadas suaves ahí!

Gritó con entusiasmo a lo que su madre rió.

Si Ash. Seguramente las hay—

A pesar de que Ash fuera el mayor de los príncipes, su madre sabía que aún era un niño pequeño.

Su niño pequeño.

En este momento estaba esperando a su quinto hijo pero sin duda Ash era quien había heredado su apariencia.

El cabello celeste, los ojos carmín, la increíble imaginación.

Su esposo, el rey, solo se dedicaba a su pueblo, y claro, a embarazarla.

Pero eso no le importaba.

Amaba a todos sus hijos por igual.

Mamá, ¿algún día podremos visitar a Sol y Luna—

Cómo decirle que no a ese pequeño con una mirada tan llena de inocencia y cariño.

—Claro que si mi niño, algún día iremos—

Ojalá ese sueño se cumpliera algún día.

Todas las noches, Ash pedía a su madre un beso antes de dormir cuando está le arropaba, pero a escondidas de todo habitante del palacio solía ver la luna por la ventana de su alcoba y susurrarle ciertas palabras:

"Algún día verás a sol y ambos serán felices. Estoy seguro"

No había noche en que Ash no dijera tales palabras.

Tal vez la luna le escuchaba, quien sabe.

Ojalá tengas razón niño...

Susurró cierto rey desde su palacio mientras mantenía la noche.

Deseaba ver a su pareja, pero a ese paso jamás lo lograrían.

Dos amantes separados por el bien de la humanidad.

¿Qué pasará si deciden poner alto a esto?

Nadie lo sabe con exactitud pero seguro solo será una tragedia.

La madre de Ash murió al dar a luz a su séptimo hijo, quien por un milagro se salvó.

Ese día, todo el reino se sumió una terrible depresión y para empeorar las cosas, el sol como la luna desaparecieron de la vista de todos.

Todo era oscuro.

No había nada de luz por ninguna parte.

Ash estaba más ocupado cuidando de sus hermanos y tratando de ser fuerte que ni siquiera se había percatado de la desaparición del sol y la luna.

Este evento duró aproximadamente cuatro años.

Cuatro largos años en los cuales el reino no prosperó.

Cuatro años después de la muerte de su madre.

Cuatro años en los que a su padre le importó un bledo su familia y prefiero conseguir otra esposa.

Cuatro años en que los amantes pudieron encontrarse y decirse tantas veces lo mucho que se amaban.

El rey se volvió a casar con otra mujer la cual ya tenía un hijo, justamente un año menor que su hermano más pequeño. Justo en el momento en que los declararon marido y mujer y coronaron a la esposa como la nueva reina la luz volvió.

Todos lo tomaron como un mensaje divino, el cual anunciaba que su nueva reina sería su nueva salvación.

Más bien era una bruja para los príncipes y princesa.

Su peor pesadilla era su madrastra y por órdenes de su padre debía respetarla y obedecerla.

Vaya asco.

Pero, ¿que más podían hacer?

Nada.

Absolutamente nada.

Por lo menos ahora tenían al sol y la luna de vuelta y ellos serían los testigos de su vida tan miserable dentro de ese castillo.

Y quizás de una aventura que algún día tendrían.

¿O no?

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¡Sopresa!

¡Tenemos el prólogo!

Creo que quedó bastante lindo, osea tenemos a un Kuro chiquito jejeje ♥️

En fin, tengo un chingo de sueño así que no seré muy largo, solo espero que den amor a este nuevo proyecto así como lo dieron a la otra historia.

Sin más me despido, les deseo lo mejor y les mando muchos abrazos ✨

Nos vemos en la próxima actualización 🤭

¡Ciao!

Nubes y Estrellas (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora