Capítulo XIII: El fin

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Mahiru fue tomado de la muñeca de forma brusca y fue arrastrado por la mujer por todos los pasillos.

El intentaba que lo soltara pero fue inútil. Ella era mucho más fuerte gracias a lo furiosa que estaba.

— ¡¿No te dije que te quedaras en el árbol?! ¡¿Quién demonios te dejó irte?!—

Sin querer empezó a llorar. Se sentía con tanto miedo por algún motivo y solo pudo hacer algo.

— ¡¡Kuro!! ¡¡Ayúdame!!—

Intentó de nuevo hacer que la mujer lo soltara e incluso trató de detener su paso pero era muy complicado.

Además, nadie lo escuchaba.

Bueno, alguien si.

El perrito fue a su rescate y comenzó a morder y jalar el vestido morado de aquella mujer pero lo que se ganó fue una patada de esta, la cual lo hizo no poder levantarse.

— ¡¡Rugi!!—

Finalmente llegaron a un cuarto en dónde la mujer lo aventó contra un mueble, provocando que el castaño se diera un fuerte golpe en la cabeza cosa que hizo que cayera al suelo inconsciente.

— Siempre debes escuchar a mamá pequeño mocoso—

Y sin más ella salió del cuarto cerrándolo con llave.

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Kuro recién había despertado y siendo sinceros era demasiado tarde, tanto así que ya había anochecido. Se sentía un poco más calmado gracias a su larga siesta y cuando Shifumi le llevó el desayuno no pudo estar más agradecido. Era justo lo que necesitaba.

— Shifumi, ¿Mahiru está ocupado?—

Le preguntó a lo que la mujer no supo que responder con exactitud.

— Bueno, estaba jugando en el jardín pero...no lo he visto aún—

Pero si Shifumi decía que Mahiru solo estaba jugando entonces no había motivos para preocuparse.

— Bien, gracias—

Después de que Shifumi salió de su habitación con su plato ya vacío fue cuando optó por buscar al castaño. Era raro ya que no podía verlo desde su ventana y normalmente siempre estaba ahí, además dentro de poco se haría de noche y si las cosas seguían iguales sería muy peligroso dejarlo solo.

En el camino se encontró con Lily y Jeje, quienes al parecer habían sido llamados por la reina para su regaño y castigo.

Ya no les afectaba tanto puesto que esto se repetía constantemente y la última vez que alguno dijo algo, bueno, eso fue lo que ocurrió el día anterior y Lily no la pasó muy bien.

— Ah, Kuro-niisan. ¿Qué haces aquí?—

Preguntó el más pequeño.

— Estoy buscando a Mahiru, ¿lo han visto de casualidad?—

Ambos negaron. Fue en ese momento en que Kuro realmente comenzó a preocuparse.

— ¿Si lo ven pueden decirle que lo estoy buscando? Me extraña que no haya aparecido y todo este tan silencioso—

— ¿Y si te ayudamos a buscarlo? ¡Así podremos encontrarlo más rápido!—

Lily propuso a lo que Kuro aceptó. Seguramente Mahiru aparecería en cualquier momento y rogaba que así fuera ya que aún le debía una gran disculpa.

Nubes y Estrellas (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora