5

37 4 1
                                    

Estaba helado, solo, por culpa de esos cobardes de mierda que me habían abandonado, todavía tenía el dedo encima del triángulo y entonces pregunté: puedes darme poder?

En ese momento el triángulo se movió hacia el "si" y le dije: quiero el poder de viajar en el tiempo sin limitaciones a voluntad y el de poder hablar todos los idiomas del mundo que existen o que ya no.

El triángulo se movió por varias letras hasta combinar la frase: tendrás que pagar el precio.

Entonces pensé que fuera lo que fuese que pidiese, valdría la pena y le dije que aceptaba. Al momento sentí como una sensación extrañísima que me llenaba de un poder enorme y espectacular y supe que había obtenido el poder que deseaba y que podría hacer grandes cosas con él.

el pactoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora