Un pequeño diario en tiempos de coronavirus

Día 34

FACE THE BITTER WINDS OF NIFLHEIM!!
De nueva cuenta, me encuentro tranquilo, contento y con buen aliento. Es un día más, otro día que en un suspiro se va a reiniciar como un déjà vu y que tendrá pocas diferencias con el día de mañana. Bajo circunstancias normales, esta sería mi vida perfecta, pero siento que los días duran tan poco que sencillamente no me parecen fáciles de disfrutar. Ayer mi madre se asustó por el sueño que tuve y no quiere que ni mi hermano ni yo salgamos a la calle... madre solo una, ja?

Sabéis? Dentro de mi vida hay 4 cosas que no tienen lugar:
1. Arrepentimientos
2. Rencores
3. Odio (excepto a la represión estudiantil y el lag, pero eso es caso aparte)
A medida que construyo mi futuro vivo mi presente con las lecciones que me dejó el pasado. Y saben qué? Que no me arrepiento de nada por mucho que haya dolido en su día; para alguien que vivió gran parte de su vida pensando en los demás sin preocuparse por sí mismo, realmente amo el sentimiento de llevar las riendas de mi vida aunque al final me equivoque

Sufrí por Y, pero me enamoré de ella porque yo así lo decidí. Fue agotador estudiar en la alianza y el colombo a la vez que trabajaba, pero lo hice porque yo así lo quise. Aunque mis padres me juzguen por mi poco interes en socializar y en salir de mi cuarto, así me gusta.
Todas estas cosas me recuerdan una lección, la más importante de todas: Mi vida me pertenece solo a mi, soy lo que decidí ser.
Y aunqur este mundo no le de valor a eso, soy un tesoro en las manos de Dios
¿Qué más se le puede pedir a la vida?