Día 23

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Si dormí 45 segundos anoche fue demasiado; a pesar de que duré buen rato haciendo ejercicio hasta que no había una sola parte de mi cuerpo que no estuviera cubierta en sudor, tomé un baño y me acomodé entre las sábanas, sencillamente no hubo caso... eran poco más de las 6 de la mañana cuando la fría brisa golpeó mi cara y sacudió mi cabello, llamándome a mirar por la ventana.
Hoy presencié el que sin duda fue el amanecer más hermoso de mi vida, una lluvia de colores en perfecta harmonía donde ninguno resaltaba más que el otro, el frío me invitaba a quedarme contemplando la escena teñida de naranja y azul con las nubes residuales de la noche anterior dándole a la imagen justo lo que necesitaba...
Estaba tan conmovido que un par de lágrimas amenazaron con escapar de mis ojos, pero solo una lo logró.
Después de una noche tan agitada, este amanecer era justo lo que necesitaba mi ser... aunque haya sido para prepararse para lo que siguió solo un par de horas después...
"Y" ya no existe en mi vida... el mundo que estaba lleno de cosas preciosas está ahora vacío y es miserable. La perdoné por haberme dicho aquellas tajantes palabras, pero ella no se perdonó a si misma. Ya no está, se fue por siempre, alegando que era por mi propio bien y ahora, de aquella que pudo ser mi nuevo sueño, solo me quedan un par de caracolas viejas, un chat cuyas palabras se pierden en el eco, unas cuantas fotos que parecen ajenas y una maldita canción llena de mentiras...
Mi corazón se ha detenido en seco, no se siente herido, pero mi orgullo, al igual que mi antebrazo izquierdo, está golpeado y lleno de arañazos.
Sabía que abril iba a estar lleno de sorpresas, pero nunca imaginé que llegarían en esta presentación.
Viéndolo por el buen lado, tengo muchas canciones por escribir, sé lo que se siente estar enamorado y ahora entiendo como Dios siempre va un paso adelante, el amanecer no era solo literal, sino también simbólico... Él como siempre preparando de antemano a los suyos para que el golpe se reduzca, quizá sea por eso que no siento dolor... o eso quisiera decir, la verdad mis manos tiemblan cargadas de ansiedad, mi cabeza está a punto de explotar y no puedo ver nada porque mis ojos están llenos de lágrimas.
Aun en la peor situación, debo confesar que siempre le tuve miedo al futuro por no poder visualizarlo con claridad, Y me enseñó que este no tenía que ser claro y su legado es que ahora todo parece más brillante y fácil de desentrañar... ahora sé lo que debo hacer.
No me equivoqué en haberla llamado Mi sol y estrellas... jamás voy a olvidar el fuego que vi en sus ojos ni todo lo que vivimos...
Una nueva era empieza hoy.

Un pequeño diario en tiempos de coronavirus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora