•Es una novela juvenil de romance, NO son poesías•
- Qué tal, "tal vez algún día"?-pregunte. Este sonrió con ternura.
- Tal vez algún día.- asintió.
Y así fue como ese día sellamos ese tal vez en nuestras pieles.
Dos personas que llevaban a penas h...
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Me encuentro en frente al espejo maquillándome, me decidí por algo sutil por lo que me coloqué un poco de rímel en los ojos y listo. En eso se basa mi maquillaje, lo sé patético.
Me coloqué unas sandalias blancas que combinaban con el vestido y cepille un poco mi cabello.
Mire a Sara por última vez, quien ya había comido hace un rato, y ahora volvió a dormir recostada en su nueva mantita. Esa gata lo único que hace es dormir todo el día, es un caso perdido.
Me inquieta el hecho de tener que dejarla, pero se que tiene el sueño pesado y es probable que no despierte en toda la noche.
Al salir Ale ya se encontraba listo, llevaba una camisa salmón y sus típicas bermudas. Este silbo cuando me vio, yo reí divertida.
— Ya vámonos.—expuse al ver su cara fingida de seducción.
Salimos por el pasillo y mamá se encontraba sentada en el sillón leyendo un libro.
— Ya nos vamos ma, adiós.—indique mientras caminábamos a su lado.
— Vuelvan antes de la una.—ordeno, yo asentí y salimos.
Bajamos por las escaleras y al salir los amigos de Ale nos esperaban.
— Estas hermosa, Ari.—alague. Esta llevaba una falda de jean corta y una blusa rosa.
— Tu igual, Lina.
— Bien, arriba.—ordenó Adam que nos veía desde el auto. Nos dirigimos a este y tome asiento atrás junto a Noah y Ari.
— Estas preciosa.—murmuro el primero.
— Tu también te ves bien.—comente. Este vestía una camisa de rallas azul y blanca y unos jeans básicos. Se veía bastante bien.
Llegamos luego de un rato y bajamos, la casa se veía repleta de gente y la música retumbaba por toda la cuadra.
— Si qué hay mucha gente.—comente asombrada.
— Si, las fiestas de Adam son geniales.—río Ari. Entramos entre el tumulto de gente y Ale no se separó de mi.
— ¿Quieres tomar algo?—gritó entre la música. Yo asentí y lo seguí.
