Capitulo 4

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Me encuentro eligiendo que ponerme, Noah había llamado temprano a casa invitándome a un cafe llamado "Comet", sin duda será todo un reto poder encontrarlo

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Me encuentro eligiendo que ponerme, Noah había llamado temprano a casa invitándome a un cafe llamado "Comet", sin duda será todo un reto poder encontrarlo.

Al final me decidí por una blusa rosa y unos shorts comunes junto a unas sandalias. Me coloqué un poco de mascara de pestañas y listo.

Cuando abrí la puerta me encontré con Ale afuera justo saliendo al mismo tiempo. No dije nada pues ya nos habíamos saludado en el desayuno por lo que salí por el pasillo y me encontré a mamá recostada en el sillón leyendo un libro.

— Voy a salir con el chico del parque.—anuncie dándole un fugaz beso.

— Okey, no vuelvas tarde.—indicó sonriendo. Yo asentí y salí.

Camine por las calles desconcertada por un largo tiempo, por suerte salí antes para no llegar tan tarde.
Lo lógico que suele hacer la gente normal cuando no encuentra un lugar es pedirla ayuda a alguien, pero soy Italina Conti señores, la persona más orgullosa y vergonzosa del mundo, si me llegara a rebajar para pedir indicaciones a alguien tendría que estar realmente perdida, lo cual no considero que sea el caso por ahora.

En en una esquina visualize un letrero de metal en lo alto que decía "comet coffee", suspire tranquila y entre, haciendo sonar la campana de la puerta. No había mucha gente en el lugar, lo cual agradecí bastante, me estresa la muchedumbre.

Mire en todas las direcciones buscando si Noah ya había llegado hasta que lo visualize sentado en una mesa en la esquina, me acerqué a él y sonreí mientras nos saludamos con un beso en la mejilla.

— ¿Como estas? —preguntó mientras tomábamos asiento.

— Bien, ¿y tu?—inquirí amistosa.

— Bien ahora que te veo.—sonrió. Yo sonreí
amigable. En eso llegó el mesero y pedimos dos cafés simples.

— Cuéntame de ti Lina.—indico curioso.

— Pues vivía en Siena con mi madre y mi padre pero nos mudamos aquí con mi abuela, ahora cuéntame tu.—sustituí la parte de la muerte de mi padre, no quería que me tenga lástima ni mucho menos.

Entre las poesías del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora