Pétalos de rosa manchaban como gotas de sangre el asiento trasero del coche. Steve llevaba las manos en el volante, dando pequeños golpecitos con los dedos pulgares. Estaba muy nervioso, quería acelerar, deseaba llegar cuanto antes, ya que no podía esperar a ver aparecer esa hermosa sonrisa en su precioso rostro cuando abriese la caja que daba pequeños saltos dentro de su camisa.
Casi la veía delante de él, enfadada por cualquier cosa que le causase el mínimo malestar; concentrada frente a la pantalla del ordenador, tecleando miles de números irrepetibles. Podía verla sonrojada cuando él le recordaba lo hermosa que era; triste cuando algo le hacía recordar su pasado y feliz cuando lo veía llegar, para después rodearle el cuello con los brazos, darle un dulce beso y sonreír en la boca de Steve.
Steve también sonrió, tan ampliamente que cualquiera que le hubiera visto, hubiera pensado que era irreal, ya que era imposible. Casi la sentía ahí a su lado, como cada dia, cada tarde, cada noche.
Las manos del rubio seguían controlando el volante, pero algo más vagamente, ya que su mente estaba demasiado ocupada en esos momentos con cosas más importantes,pero que, quizás, no deberían haber sido su prioridad en esos instantes, porque entonces, fue cuando tuvo que pasar.
Un fuerte golpe abatió el coche sin aviso alguno. Steve perdió el control sobre el volante, que empezó a girar como si no tuviera frenos. Los cristales saltaron de sus marcos, transformándose en piezas cortantes que se abalanzaron salvajes contra el Capitán América. Él se cubrió la cabeza con los brazos, utilizándolo a modo de protección, pero entonces llegó otro golpe, y la cabeza del muchacho se estrelló, sin poder impedirlo, contra el salpicadero. La vista de Steve comenzó a nublarse, como lo hace cuando estás cansado, solo que él no quería cerrar los ojos, no quería marcharse, y no iba a dejar que eso pasase. Pero aún todos sus esfuerzos, milésimas de segundo después, vio una potente luz blanca, tan cegadora que tuvo el impulso de tratar de cubrirse los ojos con las manos, pero no le dio tiempo a hacerlo, ya que la luz se apagó como si tuviera un interruptor, y todo se volvió negro.
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Hola a todos!
Lo prometido es deuda, prometí un fan-fic del Capitán América, y aquí está, este ha sido el prólogo, dejo que vosotros saquéis vuestras propias conclusiones. Tengo que decir que me hace muchísima ilusión esto, ya que yo amo Marvel, y me ha sido difícil decidirme porque tenía miedo de hacerlo mal, pero voy a intentarlo, a ver como sale.
No sé cuando lo continuaré, pero pretendo hacerlo en Navidad, como proyecto para vacaciones, ¿os parece bien? Bueno, espero que os haya gustado y que no os desilusione mucho. Muchas gracias y saludos.
