Capítulo 3.

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Creí haber aprendido la lección. Me había repetido una y mil veces la misma norma. Pero es cosa de humanos cometer un error dos veces en el mismo lugar, situación o entorno.

No sabía muy bien lo que había pasado. Solo sabía que esto no estaba bien, que me estaba guiando por un sentimiento de pánico, de casi desesperación. Pero en el fondo, en la parte más racional de mi cerebro, sabía que lo que estaba haciendo, tendría consecuencias. Y, claro está, serían malas. Recordé lo que leí esa vez sobre el carma. Puede que sí estuviera destinada a que me sucedieran cosas malas si me pasaba algo bueno. Como encontrar a Louis después de meses –parte buena- y ser descubiertos por un paparazzi –parte mala-.

Puede que hubiera dejado atrás mi temporada de “perseguidora de paparazzi”, pero algo en mí, hizo que mis piernas se movieran y escaparan a correr justo detrás del periodista. Louis me seguía, pero creo que solo lo hacía para que no me metiera en problemas, ya que esta escena no pintaba muy bien. Le grité al paparazzi que se detuviera. No lo hizo. Respiré hondo, mis piernas iban lo más rápido que podían y cada vez me estaba costando más dar el siguiente paso. El entrenamiento que tenía todas las mañanas, sin duda estaba dando resultados. Cada vez el paparazzi estaba más cerca. Cruzamos calles, bares llenos de gente, semáforos en rojo y, cuando pensaba que mi cuerpo iba a desfallecer, llegamos a un callejón.

Me doblé sobre mí misma cuando me detuve. El aire quemaba en mis pulmones, parecía como si estuvieran ardiendo, como si me estuviera quemando desde dentro. Jadeé e intenté recomponerme. Vi que Louis se paraba a mi lado y, cogiendo una gran respiración, intentó ralentizas sus pulsaciones. Su cabello estaba despeinado, no quería pensar en cómo estaría el mío. Observé con atención al periodista, sujetaba su cámara como si fuera su tesoro más preciado, parecía comportarse como ese personaje de El Señor de los Anillos. Reí para mis adentros, pero luego borré la sonrisa que se me había formado involuntariamente en el rostro. No era momento para bromear.

Enderecé los hombros y aclaré mi garganta, Louis y el paparazzi fijaron su mirada en mí, esperando a que continuara. No sabía muy bien cómo proseguir, solo había pensado, mientras lo perseguía, en explicarle la razón por la cual nos había visto juntos. Podíamos llegar hasta a un acuerdo o algo por el estilo. O llamar a un sicario para que se encargara de él, aunque esa no me parecía tan buena opción.

-          El hecho de que Louis y yo nos hayamos visto, no quiere decir nada, nuestros managers nos han reunido o algo por el estilo. Las fotografías que acabas de tomar, no pueden salir a la luz y, si lo hacen, no puede haber otra disputa amorosa –le advertí, aunque a mí me parecía que se lo rogaba más bien-.

-          Estas fotos van a valer mucho –dijo el paparazzi, encogiéndose de hombros-. Además, solo hago mi trabajo.

-          Podemos llamar a la policía y alegar que nos has estado siguiendo –comentó Louis a mi lado-.

Rio. –Yo podría decir lo mismo.

Maldije interiormente y, me recordé una vez más que no era buena idea el perseguir a la gente y luego amenazarla con llamar a la policía. Suspiré. No sabía qué hacer. Miré a Louis, él también estaba algo nervioso y me miraba fijamente, como si se estuviera intentando comunicar conmigo a través de mis pensamientos. No lo entendí.

-          Vamos a hacer un concierto juntos, esa es la razón por la que hemos coincidido –soltó. Me lo quedé mirando durante unos segundos, su cara no mostraba ninguna emoción, solo estaba serio-.

Fruncí el ceño. ¿Era esta la razón por la cual Paul me había invitado a venir? Hacer un concierto con otros artistas no es nada nuevo, puede que estés recaudando fondos o que, simplemente sea un invitado. Miré al paparazzi, tenía una sonrisa en la cara, una verdaderamente gigante. Parecía feliz.

YouTube girl 2: Endless Love |Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora