Capitulo 2

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Fuimos a observar la zona, era hermosa, muchas flores, árboles, había un lago, no era tan grande pero el agua nos llegaba al cuello, aproximadamente, era muy grande y ondo, y ya nos veía metidos en el lago.

Entramos a la cabaña y acomodamos todo en el refrigerador y en la alacena,  subímos a ver los cuartos, habían solo tres, cada uno con dos camas, ¿nos iba tocar dormir con otra persona?, No, ni siquiera los conozco bien y vamos a compartir cuarto. Bajamos a la sala para ver cómo nos acomodaríamos, hicimos seis papeles, cuando cada uno tenía el papel en la mano todos nos miramos y los habríamos.
¡NO PUEDE SER! me había salido Lucas, creo que me iba a desmayar, a Abigail le tocó con Nicolás y a Mariana con Andrés, nos dirigimos a los cuartos a organizar todo, Lucas me miraba todo el tiempo, me sentía como si estuviera viviendo otra vez el momento en el que Santiago me seguia y me secuestro, pero todo eso ya es el pasado.

Cuando era de noche nos dirigimos a sacar fotos, la noche nos favorecía; sacamos demasiadas fotos pero ninguna era como la que buscábamos, tenía que transmitir sentimientos, emociones, que cuando la vieras no supieras que sientes pero te gusta, eso era lo que buscábamos.

Después de una hora, volvimos a la cabaña, nos sentamos en la sala a comer, todo estaba normal hasta que comenzamos a escuchar voces, gritos, las luces se apagaron, todos entraron en pánico, pero yo no lo sentía así, en vez de sentir miedo sentía dolor, tristeza y enojó; era muy raro, tenía que saber que pasaba; después de que pasó todo esto, tarde tratando de calmar a los chicos, estaban muy asustados y decidimos irnos a dormir, era lo mejor.

En la habitación, Lucas me preguntó:
-No tedio miedo, ¿Por que?
Mi respuesta fue:
-No sentí miedo, sentí una vibra de tristeza, enojo, pero a la vez de dolor.
El me miraba con asombro, y decidi que le iba preguntar a Amelia, espere a que todos se durmieran, baje a la sala y le pregunté, comenze a ver luces de colores y hay estaba Amelia, le pregunté que había pasado, por qué me había sentido así, Amelia me dijo:
-Tienes que ayudarlo para que pueda descansar en paz.
Y se esfumó, me fui a dormir, muy confundida.

A las tres de la mañana me desperté por qué escuché un susurro y a mi mente vinieron unas  imagenes de un hombre que no conocía, esto ya estaba muy raro.

SU ÁNGEL GUARDIÁNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora