Capítulo 2: perdón

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"Good Omens es un libro propiedad de Terry Pratchett y Neil Gaiman, una serie de Amazon prime"

El olor a mantequilla inundaba la cafetería por completo, un té y un chocolate caliente fueron puestos en la mesa, junto con unos bollos de pan recién hechos, Gabriel observo al principiado deleitarse con el aroma para después engullir con gula uno de aquellos esponjosos alimentos.

Aziraphale era bueno en muchas cosas, era excelente en las matemáticas tanto como para engañar a los recaudadores de impuestos, un asiduo lector su colección era envidiada por colegas y seguía aumentando con el paso del tiempo, es un excelente estratega, Crowley le había reconocido ser un rival digno, pero, también era muy crédulo con las personas, esto lo llevó a confiar ciegamente en el cielo y desconfiar de manera mesurada con los demonios, así que no vio nada malo en la aparente e inocente petición de Gabriel para ir a comer a su cafetería favorita.

El arcángel no comía, de hecho, detestaba casi todo lo relacionado a los humanos, eran una bajeza de la creación divina, pero tenía que acostumbrarse a ser el mensajero de dios, solo le gustaba la moda masculina de la época humana, era muy asiduo a las casas de moda de alta costura europea, y visitaba de vez en cuando el mundo humano para ver que piezas habían inventado. Sin embargo, criticaba fuertemente al rubio por su enorme amor por los placeres mundanos, como eran la comida y la bebida, miro aquel trozo color café embadurnado en una sustancia amarilla, como no queriendo la cosa le dio un ligero mordisco a aquel alimento y sintió un cumulo de sensaciones nuevas, era lo equivalente a un ciego que ve la luz por primera vez.

— ¡Esto, es estupendo! — dijo convencido, de que aquello era mejor que el ejercicio, Aziraphale le dedico una sonrisa dulce, provocando que Gabriel mirara directo a la taza de té, intentando ignorar por completo al ser frente a él — ahora entiendo tu negativa en dejar ir a los humanos.

El rubio torció el gesto, en una amabilidad fingida, él sabia lo que había vivido Crowley en su propio cuerpo, el fuego infernal, la forma de callarlo por parte de Gabriel, sintió miedo de nuevo por ambos así que solo intento seguirle el juego a su exjefe

— Si los humanos son seres complejos y maravillosos, ¿Qué te trae aquí, Gabriel? — inquirió Aziraphale, tomando un sorbo de cocoa de su taza, adoraba el especiado del chocolate recién hecho de aquella cafetería, Gabriel tomó un poco de su té y observó el rostro del ángel frente a él, no quería ser honesto, pero debía de serlo, le llevó algo de tiempo encontrarlo después del Armagedón.

— Tú — soltó con simpleza, eso provoco que el rubio sintiera un nudo en la garganta, que diantres se traía Gabriel entre manos, lo miró con duda, la confianza en si mismo se hizo ovillo en su interior, los ojos purpura del arcángel no lo perdían de vista, se clavaban en él, como una daga.

— ¿Y-yo? — tartamudeo, dejó la taza en la mesa y levanto el mentón indignado — Aun nos están cazando, es inaudito, inconcebible.

Aziraphale se puso de pie, dejando unas cuantas libras en la mesa, Gabriel fue detrás de él, al ver que se disponía a irse, uso un milagro para que las miraras no se clavaran en ellos, afuera el clima era cálido, pero Aziraphale no se inmutaba con aquella ropa nada veraniega, el arcángel lo detuvo, sujetándolo del brazo.

— ¡Aziraphale! Espera, no malinterpretes mi presencia, si bien se que intente acabar con ambos por traidores, sabemos que las cosas cambiaron en el cielo, Dios quiere respuestas de lo que paso.

El ángel abrió los ojos, el creador del cielo ¿quería saber lo que sucedió?, pensaron que era parte de su plan, ¿y si se equivocaban?

— ¿Dios te envió? — pregunto nervioso, y Gabriel al ver el miedo, sintió ganas de ser sincero, mentir era un enorme pecado, pero, sin esa "pequeña" mentira, el rubio lo echaría.

Triunfo-Good OmensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora