–¡Harry! Oh Harry vuelve y llévame contigo–¡Debiste llevarme a mi Harry! Te extraño...¿en donde estás?
Hermione lloraba desconsoladamente en los jardines de Hogwarts oculta de todos los peligros en el interior y tratando de pensar en estrategias para el E.D que pueda reunirse.
Hogwarts había cambiado y Harry...Harry solo ocupaba sus pensamientos. Solo en la adversidad con peligros asechando y con la guerra mágica ya en pie. Quería abrazarlo. Lloraba por tenerlo cerca y poder hablarle. Que su nombre saliera de sus labios y que sus ojos la miraran solo a ella y...siempre a ella.
Lloró. Como nunca había llorado. Harry. Harry. Aquel nombre sonaba como melodía en su cabeza. Más en su corazón. ¿Donde estaba? ¿Como podia ayudarlo? ¿Por que no estaba ella con él? Lloró aún más y escondió su rostro en las rodillas. Rogaba por que Harry estuviera bien.
–¡Vuelve!–gritó al viento, confiando en que llevarían su mensaje al chico.
Si no hubiera seguido a Ron...si no hubiera dicho esas cosas...¿por qué lo hizo? Y sin explicación, el pelirrojo seguía también clavado en su corazón ¿cono puede ser que alguien que le hizo tanto daño este en su corazón? Solo quería besar a Harry. A Harry. Tenerlo con ella y protegerlo de todo. Su corazón era de él solamente y de nadie más. Absolutamente de nadie más. Pero Ron...¡Oh Ron! Ron también estaba en su corazón. Simplemente no podia explicarse el hecho de tenerlo tan incrustado en su corazón. Simplemente así era. ¿Harry volverás? ¡Vuelve conmigo! Su alma lloraba y gritaba a aquel chico solitario que solo pensaba en ella...en su Hermione.
–Te amo Harry–dijo al viento y luego se levantó–. Debes saberlo.
Claro que el viento no llevaría su mensaje, pero ahora lo había dicho sin pena, sin miedo, estaba sola cerca de aquella cabaña de Hagrid. Sola.
Caminó y llegó a Hogwarts, suplicando que no la encontraran. Llegó a la sala común y ahí volvió a llorar y se quedó dormida...Harry...Harry caminaba con muchos pensamientos. Hacia ya varios días desde que Draco Malfoy se había ido y ahora no tenía ningún amigo cerca, excepto Megan, quien hacía lo posible por ayudarlo y hacerlo sentir bien.
Por un segundo, hasta él creyó que perdía a su mejor amiga. Pero no fue así.
Solo tenía miedo de que los mortifagos le hicieran daño a Draco por haberlos traicionado ¿pero a él que le importa? Negó y entró de nuevo a la tienda.
Refunfuño y Megan lo voltea a ver sin entender que le pasaba, pero le vasto con verlo observar el mapa del merodeador y supo que buscaba a Hermione.
Megan estaba segura de que Hermione estaba bien, era una persona fuerte y muy inteligente que sabría cuidarse. Pero tenía miedo de que algo les pasara a todos en Hogwarts, pero ahora no debía pensar en los demás, si no en el siguiente plan para derrotar a Voldemort.Harry observó el mapa y Hermione se movía cerca de Ginny, y luego el nombre de Ron aparecía de la nada. Al menos estaba con alguien, pensó Harry y lo que le dió más rabia, fue ver a Snape en la oficina de Dumbledore como si él fuera el dueño y cerró el mapa del merodeador de golpe.
Observó el horrocrux que Megan observaba en la mano y luego se levantó.
–Debemos seguir–dijo Harry.
–Lo sé Harry–dijo Megan tratando de estar calmada, no quería pelear con Harry.
–¿Algún plan?
–¿Sabes de algo que sirva para destruir horrocrux, Kreacher no mencionó eso–respondió la chica pasándole el guardapelo a Harry.
–Tienes razón, la espada de Gryffindor ¿donde podemos hallarla?–pensó Harry en voz alta.
Megan se cruzó de brazos y observó el techo de la tienda.
–No lo sé ¿cómo la sacaste del sombrero?
–El fénix de Dumbledore la llevó a mi en la cámara de los secretos, estaba en el sombrero seleccionador–responde Harry recordando cada detalle.
–Solo aparece ante un verdadero Gryffindor...tal vez si estamos en problemas aparece. Pero eso...no creo que se pueda–comentó Megan.
Harry asintió.
–Cierto.
–¿Alguna otra idea?
–Quiero ir al valle de Godric–dijo Harry.
Había estado pensando en eso, ya que el día de la boda de Bill y Fleur, habló con Elphias Dodge y el le había dicho que Dumbledore vivió en el valle de Godric
–Harry es peligroso.
–Lo sé pero...
–Ahí se le ocurrirá buscarte primero, sabe que ese lugar es importante para ti–le dijo Megan.
Harry rodó los ojos y dijo:
–Que me encuentre, podremos terminar con esto más fácil.
–¡Harry!
–¿Qué?
–...no debemos decir su nombre–dijo Megan abriendo los ojos y sacando la varita por si Harry gritaba su nombre a todo pulmón–...recuerda que pueden aparecer mortifagos y eso le daría fin a nuestra misión y todo esto sera en vano.
Harry bajó la cabeza y solo asintió.
–Solo piensalo–le dijo Harry a Megan.
Ella asintió y Harry tomó el mapa del merodeador y salió de la tienda.Se sentó en las rocas y observó el cielo.
Ese cielo azul ocultaba algo extraño, algo malo, algo que tenía que acabar y que solo él podía hacer. Harry sabía que tenía que tratar de pensar las cosas mejor. Así lo haría Hermione.
Sonrió al recordarla. Daría lo que fuera por tenerla cerca y que fuera ella quien la ayudara y quien se quedara con él en esos momentos.
Sonrió como bobo y luego recordó su sonrisa ¿cómo fue que se separaron?
Para empezar él había sido muy orgulloso y tonto y Hermione, había sido ingenua al confiar demasiado en Ron, quien siempre los había querido separar.
Deseaba que con su voz dijera su nombre, deseaba protegerla y mantenerla a su lado en todo momento. Sonrió al recordar su beso el día del baile y las veces que reían en aquellos jardines del colegio.
Hogwarts, pase lo que pase, siempre sería su hogar y jamás los abandonaría por nada del mundo.Entró de nuevo con el corazón latiendo a mil por hora, pensar en Hermione lo había mantenido de un mejor humos y solo sonrió a la nada y se acostó.
Megan había salido de la tienda a montar guardia y Harry veía el mapa cuidando cada uno de los pasos de Hermione. Luna también estaba con ella y por un momento deseó ver el nombre de Malfoy corriendo por los pasillos, pero pensó que eso sería la muerte para su amigo.
Harry caminaba por un lago, parecía que sus pies flotaban y que no se hundían. Algo lo animaba a seguir. Una nutria brillante le iluminaba el camino y luego, aquella nutria se transformo en una chica, hermosa, de piel blanca y ojos castaños preciosos. Labios finos y una sonrisa que le derretía el corazón. Le dió su mano y él con gusto la aceptó sin siquiera detenerse a pensar en nada más que en ella...ella y solo ella ocupaba sus pensamientos. Deseaba que fuera ella quien estuviera con él y no Megan...Hermione...su Hermione...
Sintió los ojos pesados y al levantarse solo sintió un aire de soledad, Hermione ya no estaba a su lado con ese hermoso vestido blanco.
Se talló los ojos y sacó su varita.
Megan estaba sentada en un árbol jugando con un pedazo de madera y viendo a la nada.
–Harry.
–Hola.
–Ya esta el desayuno servido, hace poco lo hice, come antes de que se enfríe–le dijo con una sonrisa.
–De acuerdo.
Ella le sonrió y volvió a jugar con el palo y a hacer garabatos en el pasto.
Harry entró y comió lo que le había hecho la chica, que en realidad estaba bastante bueno, claro que extrañaba los postres y comidas de Hogwarts, pero en una guerra, hasta la comida sabe amarga.Salió de la tienda y se sentó junto a Megan.
–¿Y?
–Esta bien Harry–dijo ella–. Iremos a Godric's Hollow ¿de acuerdo? Pero hay que tener mucho cuidado.
–Esta bien, comencemos a empacar.
–¿Ya has desayunado?
–Sí–respondió. Se ríe al escuchar a Megan como si fuera su madre regañando.
–Bien entonces ¡andando!
Harry a veces tenía la ligera sospecha de que Megan estaba triste por la partida de Draco, claro que lo disimulaba bastante bien, pero él sabía que en el fondo le dolía mucho su partida y a él también.
Guardaron todo lo de la tienda y luego decidieron irse antes de que amaneciera.
–¿Listo?–dijo Megan después de guardar bien el guardapelo de Slytherin.
–Sí.
–Uf, andando–dijo y desaparecieron.
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Héroe Slytherin
FanfictionLa segunda parte de Corazón Slytherin. El duelo final se acerca. Harry Potter y sus amigos más leales de la casa Slytherin deben enfrentar los retos y peligros de la vida real. Fuera de Hogwarts. Sin protección alguna y solo teniéndose los unos a lo...