Héroe Slytherin

Volverte a ver

Harry, Megan y Draco ya habían arreglado todo, pero había algo que aún los separaba, aunque ninguno de ellos sabia exactamente de que se trataba.
–¿Iremos con Lovegood?
–¿Donde vive?–preguntó Harry.
–Vive en una casa extraña–responde Megan–, creo que esta por la madriguera.
–¿No es peligroso? Digo, si esta por la madriguera, podrían vigilarla–dice Draco.
Megan asiente.
Harry aún estaba con el mapa en la cara, algo que Draco y Megan habían acordado dejar de reprocharle.
Había olvidado por completo todo lo que pasó con Megan aquella noche y solo en su mente existía un nombre: Hermione.
Odiaba verla cerca de Ron y odiaba verla cerca de todo mundo.
Era suya y de nadie más.
–Creo que ya debemos ir con Lovegood–dijo Harry.
–¿Seguro?
–Sí–responde de inmediato.
Draco y Megan asienten y comienzan a preparar todo para irse.
Al empacar las cosas, Harry no ayudó, no soltaba el mapa y lo mantenía muy cerca del corazón, así podia sentir a Hermione cerca.

Se aparecieron en un prado verde con las varitas en alto y comenzaron a caminar.
Pronto llegaron a una casa extraña y algo destruída, con extrañas plantas flotantes y suspiraron a la vez, sabiendo que esa casa era la de Luna Lovegood, una chica algo peculiar, no chiflada, sino única.
Tocaron a la puerta y nadie les abría, hasta que lo hicieron por cuarta vez. Un hombre de pelo largo amarillento con vestimenta extraña les abrió la puerta.
–¿Quiénes son?
–¿Señor Lovegood, me recuerda?–dijo Harry asomando su cabeza por detrás de Draco.
–Oh, pasen...pasen...–dijo y al ver a Draco soltó un chillido.
Entraron y nadie dijo nada, la casa estaba algo destruída y muy desordenada.
El señor Lovegood los sentó en una pequeña y redonda habitación y nadie sabía que decir, hasta que él dijo:
–¿Te?
Harry para no ser grosero, respondió que si.
El señor Lovegood regresó con cuatro tazas y le dio una cada a uno.
Luego de sentó y los observó atentamente.
–¿Donde esta Luna?–preguntó Megan.
–Oh...no sé–dijo nervioso.
–Señor Lovegood...hemos venido por algo que usted uso en la boda de Bill y Fleur...un símbolo–explico al desorbitado señor Lovegood.
–¿Este?–dijo mostrando un símbolo de triangulo en un collar, el mismo que había visto Harry.
–Exacto.
–Es el símbolo de las reliquias de la muerte, señor Potter–respondió.
–¿De las reliquias de la muerte?
–Así es.
Harry miró a Draco y a Megan sin comprender.
Luego el señor Lovegood dijo:
–¿Ha escuchado el cuento de los tres hermanos?
–No.
–Yo lo tengo–dijo Megan–. Aquí, en el libro esta el cuento de los tres hermanos.
Le mostró el libro al señor Lovegood y este sonrió y luego las manos comenzaron a temblarle.
–Léalo señorita, ahí están cuáles son las reliquias de la muerte–dice Lovegood.
Draco arrugó la nariz y luego trató de beber de su té, pero no quiso hacerlo debido a que era una sustancia muy viscosa.
El señor Lovegood esperaba con impaciencia a que Megan comenzara a leer.
Harry observaba la casa y sentía algo extraño dentro de él, como si algo fuera a suceder tarde o temprano.
–Había una vez tres hermanos que caminaban a media noche–comenzó Megan–. Los tres, diestros en artes de la magia, llegaron a un río, un río que ninguno había podido cruzar ya que todos, se ahogaban en él.
>>Como eran diestros en magia, los hermanos crearon un puente para poder cruzar y esto, enfureció a la muerte. Pero, como ella era mas lista, fingió felicitar a los hermanos por engañarla y a cambio les concedió a cada uno regalos.
>>El hermano mayor, pidió una varita que fuera más fuerte y poderosa que todas la demás y la muerte, de un árbol de sauco, tomo una rama y se la dió.
>> El segundo hermano, pidió el poder de traer a los seres amados de vuelta de la muerte y la muerte, tomó una piedra cerca del río y se la dió.
>> El último y tercer hermano, que era el más listo, pidió a la muerte la habilidad de esconderse de ella y esta, enojada por su deseo, le dió su capa de invisibilidad.
>>Los tres hermanos partieron y cada uno se fue por su rumbo.  El mayor, venció a todo mago que lo retaba con ayuda de su poderosa varita, pero un día, ahogado en licor. Se quedó dormido y otro mago, le cortó la garganta y se quedo con la varita. Y la muerte reclamó al hermano mayor.
>>El segundo, giró la piedra que la muerte le había dado y con ella, trajo a la vida a su amada, quien había muerte antes de casarse con él. Pero al verla triste y sin vida, decidió acompañarla. Y así la muerte reclamó al segundo hermano.
>>Pero al último hermano, el astuto, no pudo hallarlo a pesar de que busco y busco por todas partes. Fue ya a una edad muy avanzada, cuando logro encontrarlo, el mago le dió la capa a su hijo mayor y recibió a la muerte, como una vieja amiga>>