Sexo con un ciego; zh ☑️

6 Final

Niall lloraba mientras las sábanas se manchaban de la sangre que salía de su cuerpo. Le dolía demasiado.

Estaba nervioso, no sabía que hacer, ni qué decir, estaba en blanco.

–Ven muéstrame –Le pedí.
El asintió y tomó posición en cuatro dejando así al descubierto su ano sangrante. Evidentemente no podía ver nada ya que todo estaba lleno de sangre.

–¿Tienes botiquín en esta casa?–Niall asintió–¿ Donde?– pregunté poniéndome en pie.

–En el baño.

Fui al baño y tomé el botiquín que efectivamente estaba dentro de la encimera. Tome la gaza y un poco de solución ya que era lo único que tenía aparte del alcohol. Me coloque los guantes, abrí la gaza y le eché solución.

– ¿Puedes volver a ponerte en cuatro Niall?.

Él obedeció quejándose un poco, la sangre seguía saliendo pero no con la misma intensidad.

–Puede que te duela, no sé. Prometo darte algo para que te sientas mejor, ¿Vale?– Niall asintió.

Con mis manos separé aún más los glúteos de Niall el cual soltó un quejido. Con la gaza empecé a limpiar poco a poco la zona mientras que Niall lloraba del dolor.

–Falta poco, créeme –Le anime.
Poco a poco la zona empezó a verse limpia, luego de usar toda la gaza y casi medio tarro de solución.

–Listo– le dije al terminar de limpiar todo.

–¿Tengo algo en mi ano?, duele.

Le jale la cadera y lo acerque a mi, empecé a reparar su ano y efectivamente tenía una fisura, por esto la sangre y el dolor.

–Tienes una fisura, debemos ponerte crema y cuidar tu alimentación por unos días– Le recomendé.

–¿Las fisuras son normales en el sexo?– preguntó acostándose de lado en la cama a la cual hay que cambiarle las sábanas.

Son normales si tienes sexo muy rudo o si te penetran sin lubricación, a lo animal.

–Si claro, son relativamente normales. Siguiendo lo que te dije sanará muy pronto.

Él se quedó callado por unos minutos y en eso aproveché yo para limpiar un poco y botar las gazas sucias de la sangre.

–Zayn, ¿te puedo pedir algo?– pregunto con nerviosismo– pero no te vayas a molestar, ¿ok?.

–Dime. Mientras párate de la cama, quítate la sábana llena de sangre.

Él asintió y se puso en pie a lo que yo quite la sábana y la enrollé tirándola a una esquina del cuarto. Niall no dijo nada.

–Ya puedes acostarte– le dije tirándome a la cama– y ven cuéntame, ¿ qué quieres pedirme?.

Niall se acostó en la cama, y después de dar vueltas buscando una posición perfecta que no lastimara su ano por fin la encontró. sus manos estaban inquietas y sus mejillas coloradas.

–Es que quería que me masturbaras de nuevo, por favor.

Al decir esto su cara se tornó rojiza y mi sorpresa fue grande. El estar adolorido no le bastó, el quería más orgasmos y ¿quien soy yo para decirle que no?

–¿Te molestaste?– preguntó al no recibir respuesta de mi parte, sin embargo, no dije ninguna palabra.

Acomode mi cuerpo de manera en que el pene de Niall quedará enfrente de mi cara y me acerqué, mi aliento tibio rozó con su pene y este despertó.