Despertad a las almas

No hay esperanza

Me llevaron en patrulla, y observé detalladamente que desconocidos venían a la ciudad a hacer un futuro aquelarre. Nótese que en realidad reconocí a uno de los que asaltaron el restaurante: pienso que serían turcos. Temo que deseen torturarnos más que la masacre de hace más de un siglo. A menos que la tortura sea con el método Ludovico, obligándonos a ver Elif. No sé mucho del argumento, pero la mayoría se encuentra ya harto de tan larga historia. Los oficiales me condujeron hasta donde estaba el mayor.

- Dígame, ¿qué los trae por acá? – el mayor tenía 50 años, pero debido a su voz, parecía octogenario. Era calvo, pero su larga barba estaba llena de canas. Salió del atrio, si es que se le llama a ese lugar, y vi que no era muy alto.

- Esta joven dice que dejó un bebé aquí. Además de que vio dos cadáveres dentro de la casa y...

- Sí, es ella, ¿tu nombre...? – preguntó la autoridad.

- Arax Nazaretian, señor. – Respondí, subiendo mi cabeza. Los hombres quedaron dudando hasta que finalmente aceptaron mi declaración como sincera. El anciano ordenó a los agentes retirarse del lugar, aunque pidió que me quedara con él para dar mi testimonio de lo sucedido.

- Todo empezó cuando terminaba de salir del restaurante porque me invitaron a cenar; sin embargo, cuando caminaba por las calles escuché un llanto muy cerca de donde me encontraba. Tan pronto como como pude corrí velozmente, llegué a la casa donde hallé los cadáveres de los señores. También noté que no eran armenios, sino americanos. Desconozco de qué país. El bebé lloraba y le di de comer. Me quedé ahí quise saber que era lo que pasó y el por qué.

El anciano anotó todo en una computadora, y accedió a que me retirara. Salí del lugar esperando que nada empeorara, cuando de repente un turco había llegado para secuestrarme. ¿Por qué querría hacerme daño? ¿Qué hizo Armenia para que Turquía lo odie? ¿Es por religión? ¿Será que es por que no es un país bélico? Y por supuesto, ¿qué hice mal yo para pasar por las peores desgracias? No somos pobres, pero no somos ni de chiste ricos. No somos una potencia mundial. De hecho, creo que somos un país que del que no todas las personas conocen, a menos que escuchen artistas que hayan nacido en este país o que sean descendentes de armenios. Salí despavorida para llegar a un lugar seguro, pero era demasiado tarde.