The black Moon

Absent

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El pelirrojo de apenas 2 años de edad, caminaba por los largos pasillos del gran convento donde se encontraba, miraba a todos lados, pocas veces caminaba solo por ahí, de alguna manera u otra lograba escaparse de la mirada atenta de las monjas que estaban a su cargo, sin quitarle un ojo de encima claramente, sus padres de aquel niño era gente de dinero pero sin tiempo para cuidar de su hijo. El pequeño le gustaba merodear por ahí solo y tranquilo.

Pero no solo era eso, ese hermoso niño de dos años, ojos color hazel , piel clara y lindo rostro, querido por todos en aquel lugar, iba a un lugar en especial, la primera y única vez que había estado ahí había visto algo que no había visto nunca, y ese algo tenia nombre, a lo que el pequeño le dio mucha curiosidad volver a ir utilizando todos sus esfuerzos para ir solo y que las monjas no lo molestaran.

Caminando algunos metros mas comenzaba a recordar el lugar, los pasillos con grandes alfombras rojas, pinturas enormes, y unos arcos de madera. Comenzó a caminar más deprisa encontrándose con un gran jardín lleno de árboles, plantas y una gran fuente, miraba a todos lados sin señal de ninguna persona, comenzó a caminar entre los árboles, miraba los alrededores encantado de la vista que tenía.

Curiosamente al pequeño nunca se le dejaba ir a esos lados del convento, a pesar de que la zona en la que estaba ubicado el pequeño de cabello rojizo era mucho más lujosa que en la que estaba parado en ese momento, claramente eso no le importaba al pequeño, pero la razón principal era porque en ese lado del convento de ubicaban a los niños abandonados, sin padres, encontrados, refugiados, entre otros niños con diferentes historias pero un factor en común, o no tenían a nadie que cuidara de ellos, o nadie quería cuidar de ellos y la iglesia se hacía responsable.

El pequeño mientras caminaba se encontraba mirando los arboles con detenimiento, una vez frente a la fuente, escucho muy a lo lejos voces desesperadas, escucho una voz conocida que lo hizo voltear de repente.

-"El joven Clayton no está en la habitación, está aquí!?"- Mencionaba una monja desesperada a lo lejos, El de cabello rojizo se asunto lo que hizo que girara la cabeza.

Su vista se detuvo en dos siluetas a lo lejos. Era un pequeño niño como el, junto con un hombre más grande de cabello rubio, se quedó mirando hipnotizado a aquellas dos personas frente a él, El niño pequeño que estaba junto al joven pudo sentir la mirada del peli-rojo, volteo y se miraron por unos minutos y el pequeño de cabellos plateados que eran iluminados intensamente por el sol y con unos ojos dorados intensos le regalo una sonrisa hermosa lo que hizo que a nuestro pequeño de cabellos rojizos se le erizara la piel y sonriera como reflejo. Pero su sonrisa de borro en el momento que el mayor de cabellos rubios se dio cuenta de su presencia y le dedico una mirada oscura y una mala faceta, el pequeño sintió miedo con esa simple mirada que lo absorbió por completo.

-Ahí estas!, Born tu no deberías estar aquí!- Mencionaba la voz de la monja encargada del pequeño Born