Yoon gi

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No podía correr más, las piernas no le aguantaban, le costaba respirar y estaba mareado, pero no paró.

Intentó llamarla muchas veces, pero comunicaba constantemente.

Podría haberlo dejado pasar, podría haberlo negado, podría haber bloqueado el número y hablar con la agencia pero sus piernas echaron a correr antes de sopesar ninguna opción más y aun no entendía porque, pero corrió y corrió por las calles de Seul hasta llegar a la puerta verde, esa  puerta que había memorizado tan bien.

Estaba agotado, aun así aporreó con fuerza la puerta.- ¡¡¡ABRE!!!- Nadie contestaba y volvió a aporrear la puerta por varias veces más son obtener resultado alguno.

JODERRRR!- su grito retumbó en la calle vacía.- ¿por qué no contestaba nadie?!

Observó la fachada alterado , buscando otra alternativa que no fuera la puerta, entonces vio a Oreo, el gato de Eun saliendo de un lateral del edificio y decidió comprobar si por ahí había otra entrada.

No se podía considerar otra entrada, pero se podía entrar. Eun tenía una ventana abierta. Suga se agarró al muro que tenía al lado, cogió impulso y trepó por encima del muro que separaba la casa de Eun de la calle. Lo había conseguido.

Entró por la ventana, bajando por la cama de su dormitorio, entonces se quedó un momento de rodillas en la habitación observándola.

-Guau...-La habitación era una habitación bonita y ordenada, pero había muchas cosas de BTS. Tenía posters de Ego, posters de Shadow, posters de Persona, tenía todos los discos en orden, tenía  army boombs , tenía cojines y peluches...

-Sé que no es una fanática loca, pero es tremendo...- se aproximó a un corchó que tenía en su escritorio y comprobó entradas de sus conciertos.- De verdad es muy fan. Es increíble lo tranquila que consiguió estar conmigo si le gustamos tanto.

Movió la cabeza hacia los lados,- en otro momento, ahora tengo que hablar con ella.

Salió de la habitación con sigilo, rápidamente escucho voces en el salón de la muchacha y sé escondió en la habitación más cercana del pasillo para poder escuchar que ocurría.

-Osea que ahora no solo eres una aburrida solterona, sino que además te gustan los críos esos...¡vivir para ver!- El chico se reía a carcajadas en un tono muy calmado.-¿no te cansas de hacer el ridículo?

-No sé a qué has venido a mi casa Jun, ¿a reírte de mí en mi propio salón?

-No mujer, no, aunque lo de hoy ha sido de otro planeta .-seguía con ese tono de risa mientras hablaba- he venido a ayudarte.

-¿Qué?-Gruñó enfadada- ¿A ayudarme? ¿Cómo en el Hotel? Osea me como tu mierda, te salvo el culo y¿ me gritas y desacreditas allí para quedar tu bien?

-Por supuesto! No puedo permitir que piensen que los encargados del hotel somos unos inútiles, pero está claro que necesitas mi ayuda, si te has enganchado a esa secta es que debes encontrarte muy sola y desesperada.- se aproximó calmadamente a ella y la cogió de la cara por los mofletes, apretándolos y obligándola a levantar la cabeza para mirarle a los ojos.

-¿Secta? -a Suga le resultó insultante el termino.

-Me han hecho más feliz de lo que me has hecho tú en tu vida.-Eun ya tenía lágrimas en los ojos, lagrimas de impotencia.

Feliz... sin conocerlos... que asco! hasta hoy no habías tenido un contacto con esos chavales y dudo que vuelvas a tenerlo- giró la cabeza mirando a la ventana- estás enferma, necesitas ayuda Eun. Al menos antes eras aburrida pero tenías dos dedos de frente.

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