SeeSaw

El concierto.

Yoongi miró con intensidad a Eun que temblaba de una manera arrítmica , con la respiración entrecortada y saboreando ese beso húmedo con sabor a sal mientras las lágrimas de Eun inundaban todo.

-No estoy jugando contigo. Te lo prometo.- tragó saliva ansioso y la miró como si fuera la última vez que la vería , dándose cuenta de lo fuerte que su corazón latía en su pecho, golpeando cada rincón de su interior preguntándose dónde había estado esta persona escondida . Sujetó las mejillas de la muchacha entre sus manos y ella acomodó su cabeza entre sus dedos.

-¿Yoongi, alguna vez has tenido un sueño tan grande e importante que cuando estás a las puertas de él, al límite de cumplirlo, tienes tanto miedo de despertar que te duele el alma? - La muchacha abrió los ojos y miró fijamente a los del muchacho.- Porque tú has sido mi sueño desde hace mucho, mucho tiempo y me aterroriza  despertarme- gimoteó.

El chico asintió lentamente intuyendo como debía sentirse ella en ese momento. Sabía perfectamente lo que es desear algo, que todo esté en tu contra y cuando logras plantarte ante ello, que las piernas no respondan, que tus emociones te traicionen y el miedo maneje tu vida como si fueras una marioneta sin voz propia o capacidad para actuar.

Yoongi se inclinó hacia adelante y apoyó su frente en el pecho de la chica que subía y bajaba con ímpetu. Ella alargó sus manos hacia el rojizo cabello del idol y entrelazó sus dedos con su pelo , acariciándolo como si tocara lo más suave y valioso del mundo, prestando atención a cada movimiento de sus mechones al pasear las manos sobre el, oliendo la fragancia a coco que desprendía y marcándose a fuego ese instante en las retinas de sus ojos mientras la respiración de Yoongi se relajaba sobre su cuerpo.

-No quiero volver a escucharte decir nunca en la vida que eres una chica cualquiera- gruño en un susurro.

-Es como la vida me ha hecho sentir, a veces no eliges el camino que te toca caminar.

-Pero puedes elegir la fuerza con la que quieres dar los pasos. –agarró su camiseta con las manos atraiéndola un poco más hacia su cabeza para hundirla un poco .- O plantarte. Es tu vida.

- Desde pequeña he estado sola, no recuerdo momentos felices de mi infancia, me recuerdo a mí misma diciéndome que viviría mi vida y que cumpliría mis sueños, peleando para ser yo quien cuidara de mi misma pero eventualmente mis sueños fueron diluyéndose y se desvanecieron en la rutina. – cogió una fuerte bocanada de aire - luego... luego creí que mi vida retomaba un sentido cuando conocí a Jun, es el hombre que mejor me había tratado en el mundo. Me enamoré perdidamente de él, era perfecto, era guapo, amable, dulce, meticuloso, siempre con una sonrisa en la cara. Me recuerdo hablándole de mis sueños de ser artista y de exponer, de viajar a su lado y él sonriéndome como la luz más brillante que jamás me hubiera iluminado diciéndome el talento que tenía, haciendo que me lo creyera , recalcándome lo especial que era...- la vocecilla de Eun empezó a apagarse lentamente.

Un día mientras estaba comprando materiales para dibujo, Jun me llamó para vernos,no consigo quitarme ese momento de la cabeza porque considero que fue el día que cambió todo. A mi me hacía mucha ilusión que viniera de sorpresa a verme , cuando me vio con la bolsas  recuerdo que me dió dos besos fríos y que torció el morro de una manera muy amarga, nunca lo había hecho o yo no me había fijado pero me miró de arriba abajo y me dijo: " ¿No puedes gastar algo de dinero en comprarte ropa bonita o ir a un centro de estética y dejar de comprar materiales para tus dibujitos?... No supe que responderle...

Me quedé helada y me di cuenta de la manera en la que estaba analizando cada parte de la ropa que llevaba, el pelo, la cara, las uñas... todo. Me hizo sentir avergonzada y devolví todos los materiales repitiéndome que era normal que mi novio quisiera que me gastara algo de dinero en mi y no solo en mi trabajo, que se preocupaba por mí y nada más... pero el eligió toda mi ropa y mi nuevo corte de pelo, era una ropa que no me va para nada, me sentía una muñequita y no me gustaba pero "¿ si a él le gustaba porque no iba a hacer el esfuerzo"?