De Regreso al Laberinto

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Disclaimer:

InuYasha ni sus personajes me pertenecen, son propiedad exclusiva de su creadora Rumiko Takahashi.

De Regreso al Laberinto

Kagome

"Ya no tengo fuerzas... siento que me voy a desmayar en cualquier momento" ese pensamiento corría por mi cabeza mientras trataba de defenderme con todas mis fuerzas.

¿Cómo puede ser tan poderosa? Nunca creí que me atacaría con este nivel de ferocidad, pero no puedo distraerme ahora, de lo contrario yo... yo...

Mis pensamientos fueron interrumpidos al sentir como una flecha atravesaba mi pecho, caí de rodillas al suelo, mientras la veía acercarse...

El dolor es insoportable, me falta el aire... la veo de pie frente a mí, mirándome con un semblante severo, su sonrisa cálida y gentil había desaparecido.

El dolor en mi pecho aumenta a cada segundo mientras mis fuerzas se debilitan, no puedo respirar, no puedo moverme, ya no puedo seguir... lo único que puedo hacer es...

-Por favor Kikio...-

Kaede

Hace días que Kagome entro en el laberinto y no ha vuelto a salir... me pregunto ¿cómo le estará yendo?

Hoy es estado más inquieta que de costumbre... ¿será por la visita del Daiyoukai?

-Ja, quien iba a pensar que yo, una Miko, estaría sentada frente al terrible Lord de las tierras del oeste, el gran Daiyoukai Sesshomaru, tomando el té tranquilamente- dije más para mí que para el inusual invitado

-uhhhh- fue la única respuesta que escuche de sus labios

-Así alguien me hubiera dicho eso hace un tiempo atrás... aun me estaría riendo, pero aquí estamos- dije sin esperar respuesta

-Yo tampoco esperaba verme nunca en una situación como esta anciana- dijo para mi sorpresa-pero hay ciertas circunstancias que debemos aclarar- dijo mirándome fijamente, en ese momento supe que la conversión iba a ponerse seria e inmediatamente intuí lo que quería preguntar

- Hice lo que me pediste- dije tomando un sorbo de té- ¿Has venido por"eso"?-

El asintió

-Comprendo- dije tomando otro sorbo de mi humeante té

Flash Back

Había pasado un tiempo desde que Kikio y Kagome habían atravesado el portal, cuando de repente vi una luz aparecer, inmediatamente 3 figuras aparecieron en la entra

Me acerque rápidamente, y lo que vi me dejo perpleja

Midoriko apareció en la entrada del laberinto junto a Kagome y Sesshomaru quienes estaban inconscientes.

Ambos salieron levitando del portal gracias a los poderes de Midoriko, pero ella no salió, se mantuvo en la entrada.

Me acerque preocupada para atenderlos.

-Descuida, ambos están a salvo, solo necesitan descansar y recuperar fuerzas, con unos pocos cuidados estarán como nuevos- dijo Midoriko sonriendo, yo solo asentí- Acércate, necesito hablarte, pero no puedo salir del laberinto-

Me acerque a la puerta, y ella comenzó a hablarme. La explicación fue corta, pero pude entender claramente la situación

-Cuida mucho de mi hermana, te lo suplico- fueron mis palabras, Midoriko sonrió, señalo las manos de Kagome y desapareció. Inmediatamente fui a atender a los heridos.

Al revisar las manos de Kagome, pude darme cuenta de un pequeño objeto envuelto en un pañuelo y atado con una delicada cinta, no sabía lo que era, y según las instrucciones de Midoriko, no lo debía abrir.

Guarde el pequeño paquete y continúe con mi labor.

Sesshomaru no necesito muchos cuidados, unas cuantas pomadas para cuidar a sus heridas y un brebaje revitalizante fueron suficiente para despertarlo.

Él se encargó de cargar a Kagome hasta la cabaña, una vez termine atenderla, Salí y él estaba esperándome afuera.

-Creo que debemos hablar- le dije, el solo asintió – Mi hermana...-comencé a decir.

-Debes llevarla devuelta al laberinto- me dijo sin previo aviso

-¿Qué?- dije confundida, el solo dirigió una mirada hacia la cabaña, entonces lo entendí.

-El Laberinto Sagrado es bien conocido incluso en el mundo de los Youkai, ¿No es cierto?- Le pregunte, recibiendo solo leve afirmación de su parte.

-Lo entiendo, el laberinto no representara ningún peligro para Kagome si tú no estás en el- el volvió a asentir.

-Pero mi hermana...- el me miró fijamente y volvió a mirar hacia la cabaña, entonces lo entendí

-Ya veo, ¿tan peligroso es?- el no dijo nada y volvió a mirarme

-Descuida, no le diré nada, yo me encargare de cuidarla y de que no te siga- el asintió

Fin del Flash Back

Suspire al recordarlo.

-Quiero agradecer lo que haces por mi hermana- dije

El me miró fijamente

-Yo, el Gran Sesshomaru, no puedo deberle nada a nadie, y mucho menos a una humana- dijo

-Ah, ya veo... lo entiendo, no nos estas ayudando, lo haces solo por tu "honor" ¿verdad?- dije –Supongo que la intervención de una hermosa y joven Miko no tiene nada que ver en tu decisión- dije dándole una mirada picara.

Creo que nunca en mi vida había visto el rostro de aquel Daiyoukai hacer algún tipo de expresión que no fuera de enojo, o durante una batalla, aun no estoy segura si lo imagine, pero por una millonésima de segundo, podría jurar que vi algo en su rostro... no puedo afirmar que paso, no sé con seguridad que era, pero algo me dice que si paso.

Él se puso de pie, inmediatamente le entregue lo que Kagome había traído del laberinto.

-No lo he abierto, tal como me dijo Midoriko- dije más para mí que para el

-Tiene un conjuro, si lo hubieras abierto, seria inservible y todo el esfuerzo hubiera sido en vano- sus palabras por un momento congelaron mi corazón.

-Muchas veces sentí la curiosidad de abrirlo, pero no lo hice, pensé en darle solo una pequeña mirada...- dije atónita

-No sería posible traerla devuelta- dijo, yo palidecí

En ese momento él se marchó dejándome paralizada... si yo me hubiera rendido a mis instintos de curiosidad... si solo le hubiera dado un pequeño vistazo...

-Mi pobre hermana...

Ella habría podido...

Ella no...

Sentí mis piernas temblar, y volví a sentirme en mi lugar, ahora tenía toda mi confianza depositada en ese Daiyokai

-Hermana, confió en que el podrá traerte de regreso, solo ten paciencia y espera un poco, por favor- dije mirando al techo mientras lagrimas comenzaban a caer de mi rostro.

-Por favor Kikio...-

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Hola! Gracias por su apoyo, lo prometio es deuda. Espero que lo disfruten 

Un Pacto DemoníacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora