La estabilidad de la casa

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El "Gran Lofi" como aveces Jason también llamaba a su perro veía a su amo alejarse así como infinidad de ocasiones antes. Justo cuando ya no pudo mirar más allá a lo que la vista de animal le permitía fue cuando Lofi decidió regresar pasando por la mitad del camino de piedras  por el que su amo también pasó después de salir de casa.

Cuando el perro ya se encontraba justo enfrente de la puerta se acostó con la vista a un buen ángulo que le permitió ver el cielo y el horizonte de las más altas montañas de Castay de la Fe lugar donde no lo sabía pero vivía.
Aves en multitudes volando y silbando caracterizando la mañana al despertar de un martes en aquel lugar.

Clementina la mamá de Jason por su parte como era de costumbre solía estar afuera de su cuarto ya vestida y peinada con la cara despejada de los signos nocturnos y lista para una nueva jordana como madre, trabajadora y ama de casa a las 7:00 en punto de la mañana y ni un minuto más ni un minuto menos porque era muy estricta incluso en su persona.
Ponía el agua a calentar y preparaba el desayuno  a la vez que siempre se aseguraba también de que estuvieran sus otros dos hijos Dorian y Darío y abría la puerta para echar un vistazo  y comprobar que  todo marchaba bien como cualquier mañana aunque no tenía motivos para dudar porque sus hijos Dorian y Darío siempre habían mostrado el carácter disciplinar que  se les impuso, pero aún así lo hacía. Luego cerraba la puerta otra vez y minutos después los hermanos salían.

Entre el lapso que demoraron  Clementina apenas tuvo tiempo para darse cuenta que había una nota en la puerta de su cuarto. Aveces era frecuente y las recibía con aprecio aunque casi nunca se lo hacía saber  a Jason también su hijo pero de diferente padre.

Tomo la nota y la dobló, metiendola a uno de sus cuadernos donde también guardaba los papeles de la contabilidad que llevaba de la casa y los gastos adicionales para sus hijos.

Dario se sentó al costado de la mesa donde a menudo se encontraba el frutero.
Tomo como siempre una manzana y mientras la comía esperaba el desayuno pensando en la favorabilidad del día.
Mientras que Dorian siempre  esperaba tranquilo y sin rasgo de emoción el desayuno.
En realidad tenía una marca de soledad que le hacía pensar eso a cualquiera pero en la mente de Dorian más por las mañanas aparecían las más deslumbrantes ideas que impulsaban la realidad que a el le gustaría que muchos más también vivieran en el futuro.

Dario y Dorian eran gemelos pero pese a ello los rasgos para distinguirlos de alguna rara forma los adquirías. Era así de simple.
A diferencia de Jason ellos jamás conocieron a su papá.

                           ***
Fue cuando sus hijos ya habrían estado al menos en el pase de lista  al inicio de la clase más puntual que era la inicial en la mañana cuando Clementina aprovechó la instancia solitaria para hundirse en una tina de recuerdos melancólicos y nostálgicos que no le decía a nadie pero que sentía a la vez que barría, limpiaba y cocinaba como parte de sus labores diarios.

Cuando estuvo exhausta (que fue más pronto de lo normal) se dejó caer el la hamaca que estaba puesta en el jardín trasero de la vivienda.
Entre los diversos árboles que abundaban no tenía preocupación alguna por un posible fastidio del sol.

Ella era así. Podía pasar días sin descansar ni dormir por la preocupación  y atención de los suyos así como también pasaba eternidades ahogada en añoranzas.
Esas eternidades eran lo mejor que disfrutaba... Lo más esperado del día.

Siempre sucedían ,todos los días en algún u otro momento

Y para ella esté era el momento, justo el momento.

Sin darse cuenta ya pensaba en Fausto su primer y único gran amor tomándola de la mano caminando por los jardines de Florida en la casa de sus papás cuando ella tenía la gran certeza de entregarle todo a el y él por su parte tan apuesto y romántico leal siempre a ella.
Dejo una gran herida su ausencia y en el alma le dolió y casi al instante se torturaba recordando la última vez que lo tuvo y ni siquiera imagino que sería la última vez.
Nadie supo a ciencia cierta que sucedió con el ya que nunca le notificaron si es que murió por algún lugar o algo parecido.
Por mucho tiempo lo espero, 7 años 20 días para ser exactos y la última noche que estuvo con el durmió abrazada a Fausto Barrera en una comodidad indescriptible que la reconforto hasta en el más recóndito hueco del alma.

Ella no sintió la mañana en qué su esposo se levantó y salió de la casa así como tampoco supo que por alguna casualidad extraordinaria Jason había de abrir los ojos acosado por una intranquilidad no comprensible que le hizo levantarse, salir y ver justo a tiempo de frente a su papá después de que el se diera la vuelta luego de que prendió una veladora que dejó sin razón alguna para ellos.

Clementina estaba en un estado vital de reposo con sueños suaves, lindos y comprensibles que se vio echo pedazos cuando la ahogó otro sueño.
Entre el terror y la desesperación de un sueño que sólo ella sabe, despertó gritando como si sintiera que acaba de ocurrir aquel suceso.

Se relajo al ver el cielo tranquilo y azul y casi dominada por un impulso se levantó y dijo de la nada suspirando lento <<donde quiera que estés , ojalá estés bien>>

Y como algún tipo de programación absurda se lavó las manos y se encerró en la cocina.

 A un porro de distancia: Que absurdo es el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora