Sara estaba dando los últimos retoques a su pintura más reciente. <<Realmente me gusta>> suspiro entre hablando.
Su alarma de las 6:30 sonó.
—Oh maldición se me hará tarde. Kino ven a desayunar.
El gatito fue hacia ella y Sara sonriendo le acarició su cabeza mientras depositaba comida para gato en su recipiente habitual. Seguido esto inmediatamente se dió una ducha y meditó con el agua refrescante bajando por su cuerpo.
Una vez lista y con todo en orden cogio las llaves, se despidió de su mascota y salió al trabajo como todas las mañanas de casi todos los días.
Camino a la biblioteca donde trabajaba disfrutaba de la vista al amanecer en una hermosa alba que le transmitía buenas sensaciones.
—Buen día Sarita — dijo un hombre de tez blanca y con barba extravagante que llevaba un carrito con cafés y pan que vendía mientras se cruzaba con Sara.
— Que tal Don Augusto. Lo de siempre por favor.
—Claro que si, permítame— el hombre preparaba con delicadeza el paquete de Sara que consistía en un café endulzado con dos de azúcar y una pizca de consistente crema de receta secreta de el mismo y unas galletas Galaxi de nombre que el mismo también horneaba . — Aquí tiene.
—Muchas gracias que tenga un buen día.
—Con usted de primer cliente seguro que si.
Ambos siguieron su rumbo sonriéndole a la vida sin saber si está les correspondería con la misma sonrisa y caminando apenas algunos metros a Sara le pareció ver a su amigo Charles en el asiento copiloto de una camioneta negra de lujo que iba pasando en direccion opuesta a la de ella a toda velocidad al parecer siendo perseguida por otros vehículos y algunas personas a pie de gesto desorientado.
En ese momento vino a su mente la última vez que se reunieron los 5 amigos en aquel épico viaje. De todos ninguno era tan acercado como para saber que después de eso nada volvió a ser como antes.
La paz que Sara sentía no la podía definir ni establecer permanentemente pero sabía que ahí estaba.Metió su mano derecha al bolsillo del mismo lado y saco la moneda que había traído del lugar donde se detuvieron en el templo Scapus Maghost. Al tenerla en su palma poco antes de verla, Sara imagino que cara seria si aquella que mostraba un triángulo sostenido en algo que al parecer eran nubes o la que reflejaba dos triángulos pero combinados entre si con un sol de círculo en medio. Al instante de comprobar que era la segunda un estruendo se dejó oír y algunos gritos.
<<Hay Dios>> <<corran a ver>> fueron algunas de las cosas que Sara escucho. Fue inevitable no girarse y tratar de comprender que sucedía.La moneda que apretada en su mano se dejó caer al suelo con un sentimiento de preocupación al ver el carrito de venta de don Augusto y su cuerpo mal posicionado por la caída y empapado de sangre.
Se dirigió a la escena mientras que veía a sujetos que intentaban coordinarse para seguir a los individuos que huyeron por el campo después de que impactaran la camioneta de lujo y al intentar marcharse no arrancara el motor.
—Don Augusto— Sara le acarició el cachete mientras veía sus ojos débiles y con ganas de cerrarse — Mireme todo va a estar bien usted confíe. Una ambulancia, llamen una maldita ambulancia por favor.
***
Poco más de las 4 de la madrugada Richard no lograba conciliar el sueño. Estaba preocupado por su hermano que no llegaba desde el día anterior a las 10 de la noche como lo había previsto. Se levantó de la cama y acercándose a la ventana miró afuera.
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A un porro de distancia: Que absurdo es el amor
LosoweVida ilícita de miseria entre el hemisferio de la supervivencia con drogas y desgracias marcadas por una vida continúa. Conexiones entrelazadas a un fin determinado donde entender las circunstancias es primordial. El amor desata perdición, dejando m...