Nuez de Adán [hyunmin]

Final

Hyunjin quedó asombrado y se éxito rápidamente con la vista de su novia que obtuvo cuando entró en su departamento, Minnie estaba totalmente desnuda, a excepción de unas pequeñas bragas de encaje rosa pálido, sentada en el sofá con las piernas abiertas, Hyunjin no podía ver su entrepierna porque sus manos la cubrían.

El pelinegro mordió su labio inferior, sonriendo de lado y pasando la mirada por todo el cuerpo de la castaña, desde sus pequeños pies con sus uñas pintadas de rojo hasta sus hombros ligeramente encogidos. Pero claro que esta acción de observar, él no la había visto totalmente desnuda nunca y necesitaba, no entendía como podía haber existido del todo bien son haber visto esos redondos muslos bronceados y suaves tan bien y atentamente como lo estaba haciendo ahora, pero no creía que iba poder seguir sin volverlos a ver.

Pero la sonrisa de Hyunjin se esfumó de su rostro en cuanto su mirada llegó al rostro de Minnie, sus ojos estaban agudos y su labio inferior entre sus dientes. Se mordía su labio inferior sí, pero no de una forma lujuriosa, sino trataba de aguantar las lágrimas, mordiendo de aguantar las lágrimas, mordiendo con tanta fuerza que llegaba a hacerse daño. Hyunjin se acercó un poco pero freno en medio de la sala cuando vio que el cuerpo de su novia se removí en el sillón.

— ¿Qué pasa, amor? — Preguntó con verdadera preocupación en su rostro.

Minnie en vez de contarle quito sus manos de su entrepierna, dejando al descubierto su pene flácido, era de tamaño promedio, un muy grande, ni muy chico.

Se veía apretado en las bragas y eso ni imaginar de como lo haría si estuviera erecto y duro, tirando de la tela hasta romperla, seguramente, o por lo menos eso pensaba el pelinegro.

Hyunjin miro el miembro de Minnie sorprendido, con los ojos como platos y sus labios entreabiertos, hace segundos había soltado un pequeño y ronco "oh", y su boca había quedado como si él estuviera alargando infinitamente la expresión, aunque no lo estaba haciendo.

Minnie pensó que a continuación él le iba a gritar e insultar, y luego se iba a dar la vuelta y golpeando la puerta fuertemente, se iba a ir, esa era su casa sí, pero ella estaba seguro que él iba a hacer eso, quizás pasaría la noche en un hotel y volvía por la mañana enojado y la echaba, volviéndola a insultar, eso seguro.

Pero Hyunjin no hizo nada de lo que Minnie pensó, es más, hasta hizo lo que ella nunca había pensado que haría. Ya que cambio su expresión radicalmente, de una sorprendida a una lasciva, sus ojos ya no estaban abiertos, sino, fijo en ella, con un brillo especial, la mira con lujuria y pasión. Su boca ya no estaba entreabierta, ahora había una sonrisa de lado, traviesa, juguetona.

—Aquí no, bebé. — Hyunjin dio los pasos que le faltaban para llegar hasta su novia, mientras hablaba lenta y roncamente. Le tendió la mano antes de volver a hablar. — Vamos a la habitación. — Dijo en un tono más bajo, ronco y grueso, siendo totalmente seductor para ella.

Minnie lo miró con el ceño fruncido por unos segundos, sin entender por qué reaccionaba así cuando debería estar insultándola o tal vez ya yéndose. Pero luego se dejó de hacer preguntas mentalmente estiró su mano a la Hyunjin, tomándola y entrelazando sus dedos con los ajenos.

Hyunjin le sonrió ampliamente y tiro de su mano, indicándole que debía pararse, ella lo hizo con una sonrisa de lado en su rostro. Caminaron de la mano hasta la habitación, Minnie con muchísimas dudas en su cabeza y Hyunjin con muchísimas gana de follar a Minnie y ella no entendía por qué.

Cuando entraron en la habitación que ambos compartían, Hyunjin agarro de la cintura a Minnie y pego su cuerpo con el suyo, la beso suave, apenas moviendo sus labios contra los de ella, no era el objetivo principal besarla, se decía Hyunjin, mientras la llevaba a paso lento hasta la cama. Minie se recostó en la cama en cuanto sus piernas chocaron contra la rígida madera dejando sus piernas abiertas para que Hyunjin se acomodara entre ellas pero Hyunjin tenía otros planes, y se lo dejo saber cuándo se arrodillo en el suelo, cerca de la cama y cerca suyo.