Vello crecido

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El estómago de Hyunjin gruñó en protesta, él se había distraído tanto con Minnie esa mañana que se dejó su almuerzo sobre la mesada de la cocina y ahora no tenía que comer, él solo podía ir a comprarse comida recién dentro de tres horas más. Su novia se había quedado en fin de semana entero en su departamento, ellos luego a estar muy ocupados y no se iban a poder ver mucho, así que aprovecharon esos dos días libres para estar juntos lo más que pudieran.

Pero el pelinegro no podía quejarse por haber olvidado su almuerzo, su fin de semana había sido el mejor que haya tenido hasta ese día. Él y su novia habían pasado las dos noches despiertos teniendo sexo y charlando sobre sus vidas, habían dormido hasta el medio día abrazados y mientras Hyunjiin cocinaba, Minnie se bañaba. Él le había sugerido que sería mejor si se bañaran juntos pero ella lo rechazó sonrojadas y el pelinegro entendió. En las tardes se la habían pasado viendo televisión o alguna película de las que habían alquilado, los dos días habían sido muy similares aunque de igual forma divertidos. Lo extraño había ocurrido esta mañana, luego de que ella de que ella salió del baño, se puso muy distante y le había rechazado en todas las veces que él había intentado besarla, le había pasado otras veces así que no se preocupó tanto. Ella a veces de la nada se ponía así, de mal humor, y Hyunjin entendía, porque era mujer y así se suponía que eran las mujeres.

Hyunjin dejo de pensar en cómo se había sentido cuando su novia lo había rechazado, al escuchar golpes en la puerta de su oficina. Se levantó de la silla y se dirigió hasta esta para abrirla, detrás estaba la persona que menos esperaba: su novia, Minnie. Traía consigo un toper, donde él había puesto la comida que se olvidó en su departamento, y una resplandeciente sonrisa. Él sonrió ampliamente al verla y luego de agarrar el que ella traía en sus manos y dejarlo sobre la mesa, fue hasta ella y la abrazo con fuerza.

—Vine a disculparme por mi actitud esta mañana.

Ella correspondió a su abrazo pero rápidamente lo soltó, entrando dentro de su oficina.

—Está bien, mi amor. — El pelinegro le contestó, ampliando considerablemente su sonrisa.

Él cerró la puerta y antes de que la castaña pudiera evitarlo o marcharse, se abalanzó sobre ella, uniendo sus labios con los suaves y dulces que poseía su novia, esta vez él sintió algo más que piel y suaves labios pero lo ignoro por los primeros segundos del beso. Ella se tensó al instante en que él la beso pero al ver que Hyunjin ignoraba sus vellos del rostro crecidos le correspondió el beso sin problemas. Hyunjin para poder profundizar el beso, inclinó su cabeza, acercándose más a Minnie y tomó con sus manos las mejillas de ella, las sintió un poco ásperas, muy parecido a cuando él las tenía cuando se deja una barba de algunos días.

Luego de pensarlo por unos segundos, mientras el beso se volvía cada vez más apasionado, se dio cuenta que su novia tenia los vellos del rostro crecidos, y que seguramente por ello no le había querido besar antes. A él no le importaba en lo más mínimo si ella tenía los vellos del rostro crecidos o si incluso llegaba a tener barba (claro que sabía que eso era imposible porque Minnie era mujer), él estaba enamorado.

Para demostrarle que no le importaba en lo absoluto que no se depilara por unos días, cuando se separaron por falta de aire, Hyunjin se inclinó nuevamente y dejó varios pequeños, suaves y rápidos besos en sus mejillas.













Nuez de Adán  [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora