Algo duro

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Hyunjin estaba tan ansioso por ver a su preciosa novia Minnie que llego media hora antes de lo debido al restaurante donde sería su cita. No es que no la viera seguido pero simplemente la extrañaba todo el tiempo, la vio hace una semana, porque ambos trabajan y tenían otras responsabilidades y personas para ver, pero mayormente pasaban mucho tiempo juntos. Un mozo del lugar se acercó pero rápidamente le dijo que estaba esperando a alguien y que lo haría por un tiempo, explicándole que sería así porque era ansioso y había querido llegar antes (aunque no le interesaba para nada, se fue lo más rápido que pudo, sonriéndole falsamente y excusándose para poder hacerlo).

Luego de que el camarero se alejara y con su teléfono en mano, comenzó a jugar uno de los juegos que había bajado recientemente, aunque no prestándole mucha atención. El juego era tonto, solo se trataba de un nene saltando monstruos y perdiendo cuando tocaba uno, pero era una manera de distraerse cuando estás muy enamorado y llegas antes de tiempo a tu cita.

Estaba tan absorto que no noto cuando Minnie entro al lugar, ni cuando se paró frente suyo, sonriéndole con cariño.

– ¡Hyunjin! – Lo llamo la castaña.

Tenía su largo cabello atado en media cola y su rostro maquillado, solo apenas un delineado y sombra en el parpado. No era de usar mucho maquillaje, era más bien natural.

La mayoría de las veces solo usaba un poco de labial y mascara de pestañas, ni nada por el estilo. Ella era muy femenina, siempre usando vestidos y tacones, sino polleras con camisetas. Muy rara vez usaba pantalones, sean cortos o largos.

Hyunjin levantó la mirada de su celular a la cara de su novia al escucharla con su aguda voz llamarlo y sonrió ampliamente. Al verla con una bonita sonrisa en su rostro, perdió el juego nuevamente y no pudo importarle menos. Se levantó para saludarla como se debía, con un beso, que quizás, duro más de lo apropiado en público, pero ¿Qué podía decir? La mantenía envuelta de su pequeña cintura con sus brazos.

–Te extrañe, mi amor. – Le murmuro él, cuando se separó, cortando el beso.

Beso dulcemente los labios de la castaña de nuevo, solo tocando estos con los suyos, mientras que con sus brazos la acercaba más a su cuerpo, cuando ambos cuerpos estuvieron pegado, pudo sentir algo extraño y duro rozar contra sus muslos. Frunció el ceño confundido pero entonces supuso que era parte del vestido y dejo de interrogarse mentalmente por ello, ella vestía muy bien ¿Qué importaba si sus prendas tenían una forma extraña y dura cerca de las partes íntimas de su novia?

La soltó y ella, aun sonriente, se acercó a la silla del frente a la que estaba sentado y se sentó, cruzando sus piernas bajo el largo mantel. Volvió a su lugar y llamo al mesero para que pudieran pedir sus cenas. Cuando llego en vez de pedirle de inmediato los minués, lo que hizo fue contarle que su novia ya había vuelto y ponerse a explicarle cosas de nuevo que a él mesero no le interesaban en lo más mínimo. Minnie reía porque su novio era un tonto y sabía que estaba molestando al mesero apropósito.





Nuez de Adán  [hyunmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora