Capítulo 5

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Los jugadores de Devenford y Sendon Cancy se dan la mano y algunos se retiran del campo. Yo intento hacer lo mismo. Si me doy prisa puede que aún llegue a tiempo para coger el autobús.

Bajo las gradas rápidamente, pero tan pronto como pongo un pie en el césped siento un leve golpe.

—Oh, lo siento, no te había visto —se disculpa rápidamente el chico que acaba de chocar conmigo.

—Tranquilo, no pasa nada —digo sonriendo.

—Hey, tú eres Mía, ¿no?

—Sí —contesto realmente extrañada— ¿De qué me conoces?

Nunca antes había visto a este chico, hasta hoy en el partido. No entiendo cómo puede saber mi nombre..

—Oh, soy Josh. Un amigo de Brett. Él me ha hablado de ti.

—¿Brett te ha hablado de mí? —digo entre incrédula y sorprendida.

—Sí. De hecho, lo hace todo el tiempo —comenta riendo.

Bien, ahora sí que estoy sorprendida de verdad.

—Josh, creía que ibas a los vestuarios —comenta Brett, al llegar hasta nosotros, sonriéndole falsamente a su amigo.

—Sí, pero por el camino me he chocado con esta chica tan maja.

—Sí, claro —responde Brett mirándole mal. No se ha creído ni una de sus palabras, por supuesto.

Le echo un vistazo al reloj. Se supone que el autobús ha salido hace un par de minutos, pero siempre va con retraso, si corro un poco quizás me dé tiempo a alcanzarlo.

—Bueno, ha sido un placer conocerte, Josh, pero tengo que irme ya. —hablo deprisa mientras me dispongo a marcharme—. Adiós.

Ando lo más ligera que puedo, sin llegar a correr, hacia la parada de autobús aunque no me sirve de nada porque cuando llego logro ver el autobús al final de la calle. Se acaba de ir. Genial.

Odio los horarios. Los viernes el autobús sale demasiado tarde y los sábados demasiado pronto, es una mierda.

Me siento en la banqueta y suspiro, voy a tener que esperar a que pase el de las 09:30 y, para colmo, el cielo se está nublando.

***


[Narra Brett]

—Eres un cotilla, lo sabes, ¿verdad? —le recrimino a Josh mientras nos dirigimos al vestuario.

—Oh, vamos ¿qué he hecho ahora?

—Venga ya, Josh. No te has chocado con Mía de casualidad ni de coña.

—Me ofende que dudes de mí —dice sobreactuando—. Está bien, vale —continúa diciendo ahora riendo—, he chocado con ella queriendo. Pero, como mejor amigo tuyo que soy —se excusa con sorna—, era mi deber conocer y darle el visto bueno a la chica que te gusta.

—Mía no me gusta —le corrijo mientras entro en la ducha.

—Ya claro, tú qué vas a decir.

Ignoro a Josh y termino de ducharme para luego vestirme rápidamente. Meto el uniforme de lacross en el macuto y me marcho, no sin antes despedirme de Josh.

Empieza a chispear, así que camino por los aparcamientos rápidamente hasta dar con mi coche y entro en él justo a tiempo, porque las gotas de lluvia se multiplican por segundos.

Arranco el coche y salgo de los aparcamientos para dirigirme a casa, pero al pasar junto a la parada de autobús la veo. Doy media vuelta en cuanto puedo y estaciono en la parada de autobús con la ventanilla agachada.

—Móntate —digo por la ventanilla.  Mía parece pensárselo, aunque de las pocas opciones que tiene, esta es la mejor y ella lo sabe—. Venga, aún sigue en pie lo de llevarte a casa.

Mía sonríe y corre hasta montarse en el coche.

—Gracias.

—No tienes nada que agradecer —digo volviendo a arrancar el coche—. Además, acabas de darme una idea —sonrío ampliamente sin quitar la vista de la carretera—. ¿Tienes algo que hacer ahora?

—No.

—Genial. Entonces vamos a por algo de cenar. Y —añado antes de que replique—, esta vez no puedes negarte porque has vuelto a perder la apuesta.

—Está bien —dice con pesar—, pero recuérdame que nunca más vuelva a apostar nada contra ti.

—De acuerdo —digo riendo.

Apuesto por ti | Brett Talbot - Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora