Turadh

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Sí, los dos fuimos muy rápido. El mismo día en el que confesamos atracción, o más bien Namjoon confiesa saber sobre mi atracción por él, ya estábamos en la cama pasando un rato en intimidad absoluta. Cabía decir que era mi primera vez estando en la parte de abajo, y la verdad es que nunca me había imaginado que fuera algo por el estilo. No sé si fue por ser mi primera vez o por el chico que estaba encima, pero lo disfruté como un niño.

De que me quise despertar, ya eran las 9:41 y yo entraba a trabajar a las 10. Empezando el día siendo un desastre. Me levanté con gran rapidez para ir al baño a cambiarme tan rápido como pude para bajar a comerme lo primero que pillara. Mientras entraba a la cocina, me choqué con Namjoo, quien estaba la mar de tranquilo comiéndose una galleta.

-¿Por qué no me has despertado?-Pregunté con inercia, empujándole un poco para que me dejara pasar y coger algo de comida.

-Estabas muy mono durmiendo, no quería molestarte. ¿Lo de ayer te dejó tan cansado? Normalmente te despiertas antes.

-Claro que me dejó cansado. Nunca había estado en la posición de abajo.- Claramente no le iba a decir nada respecto al dolor que llevaba encima pero por dentro cada paso era como si rasparas lija ahí.

Me alisté por suerte a tiempo para el primer visitante a casa. Sí, mi clínica estaba en casa, pero no donde vivía sino una caseta en el jardín tan extenso. De esa forma podía examinar cualquier animal, aunque antes que traerme vacas me traían perros o gatos. Para los animales de granja solían llamarme para ir yo, sin embargo esto no implica que no vinieran allí.

El cuarto cliente fue Hoseok con su perro, un pastor australiano precioso. Me agaché para acariciarlo suavemente esperando que tuviéramos confianza y todo fuera mucho más fácil. Simplemente venía a traerlo a una revisión por si no se encontraba bien o podía evitar que se enfermara. Por suerte todo estaba correcto. No vino nadie detrás así que nos quedamos hablando tranquilamente. Me apoyé en la mesa de revisión mientras que él se quedó sentado.

-El perro está bien, y se le ve la mar de feliz, la verdad. Lo único que veo que puede ser un problema es que mira. -Ambos nos acercamos al perro, le tomé la cabeza con cuidado y le mostré la oreja a mi amigo, quien no entendía nada, lógicamente.- No es nada, es simplemente una herida, pero se le puede infectar, y depende de la forma en la que se le infecte puede ser hasta mortal. Difícil que muera, eso ya te lo digo, pero ten cuidado, ¿vale? No dejes que resobe la cabeza por muchos sitios unos días, al menos hasta que ya se le cure.

Namjoon entró con un palo en la boca con su forma animal. El pastor pareció interesado en el lobo al no tener un aura salvaje en absoluto así que se acercó para olerlo un poco. Ambos terminaron jugando con una cuerda, estirando cada uno de un extremo, corriendo un poco por el lugar y volviendo a estirar.

-Ah, verlos jugar me recuerda a que tiene que hacer mucho deporte. No está gordo, pero sí tiene un poco de exceso de grasa. Controla lo que come por ahí. Los perros suelen comerse lo primero que pillan, ten cuidado.

-Sí, si lo sé, pero es que es demasiado impulsivo, y puede que comparado con tu querido amigo no sea gran cosa, pero es muy fuerte. -Empezó a narrarme cómo estiraba de la correa cuando lo paseaba con ella, o como ladraba cuando algo no le gustaba. Parecía ser que tenía un carácter muy fuerte ahí donde se veía.

Continuamos hablando de cosas más triviales, aunque terminamos comentando el problema de los cazadores y lo sucedido con Jungkook y Tae. De repente escuchamos a ambos caninos ladrar y gruñir con mucha fuerza fuera, así que fuimos a ver qué era, encontrándolos frente a la valla que daba cerca del bosque. Hoseok iba a ir a por ellos para separarlos pero yo me negué dándole un ligero toque para hacerlo retroceder y correr hacia ellos. Namjoon me ladró para que no me acercara, lo que me dejó parado unos segundos, pues nunca lo había visto de esa forma, y que fuera mi.. 'amigo con derecho' o algo así, no implicaba que dejara de ser una bestia de los bosques y que imponía lo suyo.

Comenzaron a escucharse disparos. Los pájaros salieron volando con gran rapidez del bosque y los perros iban retrocediendo poco a poco. Supuse que estaban protegiéndonos, pero no era necesario. Hoseok al final vino a mi lado, preguntándome si todo estaba bien, a lo que le respondí mi deducción, que cabe decir que era correcta.

Del espesor del bosque y entre sonidos de ese monstruo lleno de pólvora salieron los tres hombres ya perfectamente conocidos. Los animales reaccionaron mucho más agresivos, corriendo a nuestro lado para mantener la protección.

-Vaya, vaya. Así que ese lobito ahora es tu amigo. Qué bonita amistad. Me dijeron que alguien había ido a buscarnos. ¿Puede ser uno de vosotros?- Preguntó el cazador más alto de los tres acercándose mientras hacía un patrón rítmico de golpecitos en la mano con la escopeta que me tenía hipnotizado.

-Sí, yo.

-Tienes muchas agallas, chico. ¿Qué necesitabas de nosotros, renacuajo?

-Me da igual. Y lo primero es que no soy un renacuajo, tengo 25 años y tengo una vida mucho más pacífica, exitosa y adinerada que la tuya, y lo segundo, fui a buscaros para exigir una respuesta a los golpes que les disteis a mis amigos.

-¿Dices los tres niñatos esos? Era de esperar que fueran tus amigos, sois igual de pesados e irritantes.

Saltaron la valla. Namjoon se aprisionaba contra mí mientras que el perro de Hoseok empezaba a asustarse por la mirada de otro de los cazadores sobre él. Sin embargo, se mantuvo firme para proteger a su dueño como pudo.

La discusión es perfectamente imaginables, es decir, comenzamos a debatir, que pasó a discutir, que pasó a una locura. Uno de los hombres me estaba apuntando con la escopeta. Seguí amenazándolo con la mirada y Namjoon gruñendo. El tercero escoltó a Hoseok y a su perro fuera de mi propiedad para que no vieran nada. Yo estaba asustado, claramente lo estaba, para no estarlo, pero es que no podía dejar de lado a todos los animales que habían sido asesinados por culpa de esos tres que solamente buscaban la piel. Más de una vez los vi despellejando a un animal en vida, haciéndole retorcerse de dolor. Odiaba escuchar los sonidos de dolor de estos seres.

-Dame al lobo.

-No.

-Dámelo o te pego un tiro.

-Hazlo.

-Te lo digo en serio.

-Yo también. Hazlo, pero no voy a dejar que os lo llevéis.

-Tú lo has decidido. -El hombre hizo una seña que fue interrumpida primero por Jin con un tono frío y muy enfadado.

-Si me disparas, no lo toques a él.

-Hecho. No me mires así, soy un hombre de palabra, en serio. -Y así aquel monstruo levantó su arma contra mí y me disparó en el abdomen. Por suerte la puntería falló y fue en un lateral porque si hubiera centrado más... Namjoon ahora tenía una crisis de si ir a por ellos o buscar ayuda. Se tumbó a mi lado para pensar, algo que no fue muy inteligente por su parte porque lo único que hacía era perder el tiempo. Le acaricié suavemente antes de quedar inconsciente. A partir de ese momento no recuerdo nada, claramente, pero sé lo que pasó. Namjoon encontró a Hoseok hablando con DongHyeok, el médico del pueblo donde vivía. Los llevó a base de empujones y lloriqueos la mar de asustados hasta que entendieron que había que seguirlo. En cuanto me vieron en el suelo, el médico hizo algo, mi informador no me dijo demasiado porque estaba lloriqueando por ahí recibiendo caricias de Hoseok para tranquilizarse, aunque este estaba también histérico. Al final me llevaron a la casa de este para sacarme los perdigones del interior.

Namjoon lloró sin parar estando asustado por mí. Hoseok se encargó de cuidarme cuando DongHyeok estaba trabajando y viceversa. 

AparienciaWhere stories live. Discover now