Desperté desorientado, adolorido, exaltado pero aún más preocupado por Namjoon, así que di un salto que me arrancó un quejido de la garganta y una risa tanto a Hoseok como a DongHyeok. ¿Qué les hacía tanta gracia? Me trajeron un vaso con leche caliente. Hablaban como si nada hubiera pasado, lo que me dejó aún más desconcertado, haciendo gestos para que supieran que estaba despierto porque al parecer no había intención de vitorear mi supervivencia.
-¿Y el lobo? -Tuve que repetir la pregunta varias veces, incluso lo hice en un tono infantil para ver si conseguía disuadirlos un poco, y finalmente lo logré.
-Está fuera durmiendo.-Me respondió Hoseok. Al parecer la broma ya se les había pasado y pudieron centrarse en mí, algo que agradecía internamente.
-¿Cómo te sientes?-Me preguntó el médico con una sonrisa agradable. Lo conocía desde que éramos pequeños así que la confianza rebosaba, pero en cuanto el trabajo entraba en la situación, ambos quitábamos la confianza al estar con otras personas delante, aunque fuera Hoseok.
-Estoy... Digamos que decente. Sigo vivo pero estoy muy perdido y desorientado.
-Es lógico, has estado ahí tres días.
-Eh, perdona, no te he escuchado bien... ¿TRES DÍAS?
-Te has levantado con energía, vaya... Sí. Tres días y con fiebre. Tu cuerpo necesitaba mayor temperatura para que la sangre fluya así que te dio fiebre. Perdiste mucho.
-No te preocupes, tus animales están bien, me hice cargo de ello. Los alimenté como tú lo hacías, con la misma comida aunque no de la misma manera porque no teníamos mucha confianza. Tu oveja negra casi me muerde y la cabra casi me perfora el cuerpo con los cuernos. Embiste muy bien. -Hoseok interrumpió nuestra conversación para alegrarme un poco más, y lo consiguió, y tanto que lo consiguió. Por suerte el tema se desvió hacia uno que a mí me hacía sentirme de lo más feliz y cómodo, así que las preocupaciones se quedaron a un lado.
Eran sobre las siete de la tarde ya. Era de noche y DongHyeok tuvo que irse a una urgencia. Hoseok fue a bañarse así que me quedé solo en la sala mirando a la absoluta nada, hasta que llegó Namjoon. La cara de perrito recién levantado que llevaba me hizo conmoverme demasiado. En cuanto reaccionó a mi movilidad, viendo que estaba despierto, fue corriendo a abrazarme en su forma humana, besándonos poco después durante un ratito. Se le veía muy feliz, lo que me hacía a mí también sentirme bien con él. Le acaricié la mejilla lentamente antes de que pudiera decir nada, y lo atraje de nuevo para besarnos, y es que jamás me cansaría de sus labios.
-Jin, me tenías muy asustado...
-Lo sé, lo sé, y lo siento, de verdad que sí, pero han sido 3 días solamente, no volveré a dejarte. Te lo prometo. Te quiero muchísimo.
El resto del día fue normal dentro de lo que cabe. Al día siguiente pude irme a cas ay al cabo de una semana ya podía volver a trabajar. Tenía buena regeneración así que curé antes de lo previsto. No solo volví a trabajar sino que también demostré a Namjoon que era la misma persona a la que le había quitado su primera vez como posición baja volviéndolo a hacer.
No volví a ver a esos cazadores. Probablemente los llevaron a la cárcel porque dieron un aviso de los disparos y Hoseok reportó las caras de los tres hombres.
Casi era Navidad ya. Estaba de vacaciones así que solo atendía a cosas de urgencia. Me encontraba sentado al lado de Namjoon en el sofá, recostado un poco en él mientras veíamos una película sobre hombres lobo. Entre los dos conseguimos sacar las diferencias entre uno real y otro de película.
Me di cuenta que de verdad parecíamos una pareja como lo pueden ser cualquier persona con otra, y eso me hacía bastante feliz, pero la verdad es que nunca habíamos hablado respecto a nuestra relación. Nos besábamos, nos decíamos que nos queríamos, incluso lo hacíamos en la cama, pero nunca mencionamos ni una sola palabra sobre eso. Yo necesitaba la satisfacción de que ahora tenía pareja.
-Namjoon, ¿puedo preguntarte algo?
-Si va a ser sobre las patitas de los lobos, sí, hay algunos lobos que tienen las almohadillas rositas, pero yo no.
-No era eso.- Le respondí riendo por lo innecesaria que había sido esa idea de decirlo, pero al menos me hizo gracia. Nos desviamos del tema, como de costumbre.
-Ah, pero ya lo sabes. Nunca te vas a dormir sin saber algo nuevo. Inténtalo. No se puede.
-¿Tu objetivo es intentar irte a dormir sin haber aprendido nada en todo el día?
-Pues sí, pero tengo la sensación de que como estoy más pendiente de eso, al final termino aprendiendo el doble de cosas.
-¿Eres inútil hasta para no aprender? -Para que no se molestara, tomé su rostro dejé un beso riéndome ligeramente. Por suerte él también se rió y siguió el juego.
-Puede, pero el inútil que no sabía que las patitas de los lobos son rositas eres tú.
-Vale, pero tú eres inútil porque no sabes que me encantan las cerezas.
-Pues no lo sé porque no estamos en temporada.
-Pues vale, inútil.
Al final terminamos tonteando y de alguna forma, como se había vuelto costumbre, en la cama. Cuando terminamos el acto, estaba tumbado en el colchón boca arriba, teniendo la mano entrelazada a la de él respirando de forma agitada. Recordé mi mayor duda del momento, y por suerte era una tan sencilla como saber si éramos novios o no, aunque pensándolo bien, si me decía que no, me rompería en mil y un pedazos... Tenía muchísimo miedo.
-Jin, estás temblando, ¿estás bien? ¿Lo he hecho demasiado brusco?
-No, no es por eso... Namjoon, ¿te acuerdas que antes te he dicho que quería preguntarte algo?
-Lo de las patitas rosas.
-No, no era eso. Quería saber si... Mmh... ¿Tú y yo somos... novios?
Su mirada me lo explicó todo, no hicieron falta palabras, un silencio que me estaba ahogando lentamente se hizo en la habitación.
-¿Eso es... un no?
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Apariencia
RomanceKim SeokJin es un veterinario de un pequeño pueblo alejado de la sociedad cercano a un bosque de pocas hectáreas y ciertamente pegado a otro pequeño pueblo, aunque separado por el soto. Un día, el chico se encontraba comprando ropa necesaria para u...